Reducen en 65% las listas de espera en Hospital Padre Hurtado: estudio UC revela que la “gestión” es tan importante como los recursos
"No sirve aumentar la oferta si no se abordan los problemas para gestionar" la asistencia de los pacientes con gente capacitada en el área médica, sostiene Cristóbal Tello, director del Laboratorio de Innovación Pública de la Pontificia Universidad Católica.
La pandemia tuvo efectos negativos en las listas de espera, pues durante la crisis sanitaria las atenciones médicas se vieron pausadas. Los equipos médicos trabajaron a toda su capacidad para enfrentar la crisis sanitaria producida por el Covid-19 y en los momentos más críticos de la primera ola -mayo de 2020- hubo más 7.000 personas hospitalizadas en UCI. Por esta razón se suspendieron cirugías electivas y la atención médica pasó a ser telemática casi en su totalidad.
En ese escenario, los especialistas advierten que las listas actuales son las más abultadas de la historia. Las de cirugía, por ejemplo, anotaron un récord con 330 mil registros para un total de 293 mil pacientes. Pero no solo eso es complejo: si antes de la pandemia estas personas debían aguardar 329 días (más de 10 meses) en promedio para ser atendidas, ahora este plazo ha crecido a 603 días (cerca de 20 meses).
En ese contexto, a fines de 2020 el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) definió licitar la lista de espera quirúrgica no GES, tanto a prestadores públicos -en horario no institucional, es decir, aumentando las horas de uso de pabellones- y, por primera vez, a clínicas privadas. Un año depués, en mayo, se cerró el proceso y en el caso del sector privado, 35 clínicas y centros médicos se adjudicaron algunas de las 17 especialidades licitadas, mientras que 57 recintos públicos en horario no institucional también licitaron atenciones.
Según los datos de Fonasa, la licitación permitió disponer de alrededor de 23.000 cupos mensuales para la resolución de intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, durante el año 2021 sólo se resolvieron 6.096 prestaciones que estaban en espera. Este total incluye 861 casos de cirugías derivadas de garantías retrasadas GES y 5.235 casos de cirugías en Lista de Espera No GES.
El exministro de Salud Enrique Paris explica que “durante 2021 tuvimos una ola gigante de Covid-19, y las cirugías electivas se postergaron para así atender a los paciente con coronavirus que ocuparon casi todas las unidades hospitalarias. Además, el presupuesto se disminuyó casi a la mitad, a 67 mil millones aproximadamente. Pero aún se están llevando a cabo muchas de estas cirugías”.
Modelo con “refresh”
En ese contexto, Cristóbal Tello, director del Laboratorio de Innovación Pública de la Pontificia Universidad Católica, sostiene que al abordar el tema faltó una parte importante: “Muchas personas piensan que el problema solo se resuelve aumentando la oferta. Nosotros nos dimos cuenta de que hay un componente de gestión que es clave. No sirve aumentar la oferta si no se abordan los problemas de gestión”.
A partir de una investigación que realizó junto al Ministerio de Salud y el Banco Interamericano, el LIP UC implementó en varios centros de salud un piloto durante 2020 y 2021 dirigido a mejorar la gestión en las listas de espera de una determinada especialidad: se reforzó el equipo de salud con una enfermera adicional y se implementó un nuevo modelo, que incluyó la actualización de la lista, el contacto de los pacientes, la gestión de los exámenes básicos previamente prescritos y el seguimiento de los controles y el alta médica.
“En los lugares en que se implementó el modelo (en total acumula 2.023.741 de atenciones) se muestra una reducción significativa de la cantidad de pacientes que están en la lista de espera y una reducción en los tiempos de espera, con los mismos recursos, solo aportando con el apoyo extra de una enfermera para las labores de gestión”, recalca Tello.
En junio de 2020 se implementó este modelo en el Centro de Referencia de Salud (CRS) del Hospital Padre Hurtado para atender la especialidad de gastroenterología. Así, se redujo en un 65% la lista de espera inicial, resolviendo el 98,4% de los casos existentes al momento de comenzar el piloto.
Vania Zarzar, enfermera del equipo del LIP UC, explica que la primera etapa es fundamental: “Recopilamos todas las listas de espera para identificar bien cuál era la demanda y saber si había pacientes que ya habían sido atendidos o que fallecieron. En una segunda instancia, actualizamos la lista de espera y realizamos una priorización para identificar signos de alarma y agendar con prioridad”.
Constanza Cortés, jefa de atención ambulatoria del Hospital Padre Hurtado, coincide: “Un gran porcentaje de las listas de espera se explica por el desorden y la mala gestión, pues se hacen interconsultas y no hay personas dedicadas a ver qué pasa con estas derivaciones. Aquí se hace algo obvio, que es revisarlas para saber qué paciente falleció o si se se cambió y si aún tiene el problema, porque hay gente que recurre al sistema privado”.
Además, la especialista destaca que el llamado previo lo debe realizar un funcionario médico, pues prepara mejor al paciente para su atención: “La primera consulta resulta más productiva, muchas veces pasa que el paciente ha olvidado el origen de la consulta o no trae los exámenes que le han realizado”.
“Cualquier iniciativa que permita disminuir las listas de espera es bienvenida, y si esa disminución pasa por mejorar la gestiones, hay que tomar esas medidas. Ojala la licitaciones sean lo más amplias y transparentes posible y, en mi opinión , que puedan participar tanto los establecimientos públicos como privados”, sostiene el doctor Paris.
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