Ricardo Montero (PS) por ratificación del quórum de 2/3: “Puede ser una herramienta para construir grandes mayorías y acuerdos”
El convencional por el distrito 18 defiende su voto en favor de mantener la norma que fijó el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. Asegura que no está dentro de las atribuciones de la Convención Constitucional modificar esa regla y cuestiona a quienes han criticado al Colectivo Socialista por su posición. "Estoy en contra de cualquier intento de funa o de violencia política (...). Todos tenemos que sentirnos con la libertad de poder ejercer nuestros derechos como constituyentes", dice.
Extensas jornadas han marcado la labor de las distintas subcomisiones de Reglamento de la Convención Constitucional. Uno de los principales hitos en su avance se dio esta semana, luego de que este miércoles la instancia encargada de revisar Iniciativas y Normas ratificara -por seis votos a cinco- el quórum de 2/3 de los convencionales en ejercicio para aprobar cualquier disposición de carácter constitucional. Los votos a favor estuvieron en Vamos por Chile y sectores como el Frente Amplio y el Colectivo Socialista.
Ricardo Montero (PS), quien estuvo por mantener la regla, defiende la posición de su sector y afirma que es una buena noticia “si es que queremos que esta nueva Carta Fundamental nos represente a todas y a todos”.
¿Qué implicancia tiene para el proceso, en general, la aprobación del quórum de 2/3 que se ratificó en la subcomisión?
Me parece que es un hito muy importante, que se produce a través del diálogo, en una instancia formal de la Convención Constitucional y es la primera, de al menos tres etapas, en que se va a discutir esto. Esto lo debatimos en la subcomisión, se llegó una mayoría democrática, luego debe pasar al pleno de la Comisión de Reglamento para ser finalmente ratificado por el pleno general.
¿Qué señal se da con esto para lo que viene?
Lo primero es decir que entiendo a los que piensan que establecer un quórum de 2/3 para modificar una Constitución que nos ha sido impuesta parece una condición excesiva. Sin embargo, cuando se trata de pensar, de diseñar, de construir una nueva Constitución, de una hoja en blanco y con la actual composición del órgano constituyente, los 2/3 es un quórum alto, pero atendible. Especialmente si es que queremos que esta nueva Carta Fundamental nos represente a todas y a todos, que sea un contrato social de mayoría y que se proyecte en el tiempo. En ese sentido, los 2/3 pueden ser una herramienta positiva.
Más allá de que se contravenga el acuerdo del 15N, ¿qué riesgos ve en términos prácticos en un quórum de 4/7, como han planteado otros sectores?
Al inicio de nuestro trabajo como constituyentes, nosotros aprobamos por más de 2/3 una declaración en que reconocíamos que la Convención Constitucional no pretende interferir ni arrogarse las competencias o atribuciones de otros poderes del Estado. Por eso, si se llegara a discutir, el poder del Estado competente para modificar esa norma es el Congreso y no la Convención. Esa declaración fue expresa y cambiar el quórum no es parte de las competencias de la Convención. Los 2/3 puede ser una herramienta para construir grandes mayorías, grandes acuerdos y potenciar el diálogo político.
Algunos han cuestionado el respaldo del Colectivo Socialista y el Frente Amplio a ese quórum. La convencional Zárate planteaba que esa es una “herencia de la dictadura” y los emplazaba a modificarlo. ¿Cómo recibe esas críticas?
Lo importante es que en la subcomisión el debate se abordó formalmente y por primera vez en un clima de respeto y de diálogo; podemos tener miradas diferentes y, de hecho, las tenemos. Pero eso no impide que podamos debatir y llegar a conclusiones democráticas. La conclusión democrática de ayer fue que la mayoría estuvo por mantener los 2/3 y el lugar de debate tiene que ser en el espacio de la Convención Constitucional y no en las redes sociales o en otros lugares.
Algunos convencionales publicaron su nombre y cara en redes sociales y se vieron duras críticas a quienes respaldaron la opción de mantener los 2/3. ¿Qué le parece eso?
Estoy en contra de cualquier intento de funa o de violencia política, sea de la forma que sea. El lugar del debate es la comisión y es el pleno de la Convención Constitucional. El diálogo político tiene que ser de frente, tiene que ser de mayorías, y las mayorías se logran a través de esa conversación. La desinformación es un riesgo para este proceso, venga del sector que venga, y eso tenemos que cuidarlo entre todos. Todos tenemos que sentirnos con la libertad de poder ejercer nuestros derechos como constituyentes y esa es la clave, tenemos que resguardar eso.
¿Considera que, pese a que ninguna fuerza logró el tercio en la Convención, es posible que ese quórum se utilice para frenar normas constitucionales significativas?
No, hoy día precisamente ningún sector tiene poder de veto. Y tampoco ningún sector por sí solo tiene los 2/3 para imponer unilateralmente una propuesta constitucional. Esa es una buena noticia, porque eso nos obliga a conversar, nos obliga a dialogar y a llegar a acuerdos.
¿Por qué rechaza la opción de que, de no lograr esa mayoría, algunas normas sensibles puedan ser sometidas a plebiscitos dirimentes intermedios?
Nosotros estamos trabajando en tres subcomisiones y hay temas que se van a tocar y otros que están absolutamente sobrepuestos en una comisión y otra. La propuesta que analizamos estos plebiscitos era solo un titular. No tenía el detalle de cómo se iba a implementar, cómo, cuándo, quién era el responsable, qué órgano se hace cargo de validar una consulta de esas características, cuáles son los requisitos para que eso se realice, etc. Entonces, es un debate más de fondo que hay que ponerlo en contexto para poder evaluarlo bien.
¿Pero se cierra a esa alternativa?
Para empezar el diálogo deberíamos ver una propuesta más acabada. Tiene que ser un mecanismo muy específico, si lo miramos en abstracto yo creo que nosotros tenemos un mandato popular de ponernos de acuerdo y llegar a una propuesta constitucional. Entonces, si no tenemos ninguna bajada de lo que se entendería por esos plebiscitos, yo me inclino por mantenernos con ese mandato que nos fue entregado.
¿Cómo ve que se haya aprobado una rotación de todos los cargos de la mesa?
Hay que evaluar todos los factores, acá había un ánimo transversal de que la mesa fuera rotativa y que asumieran también otras personas. El plazo y la forma pueden ser discutidos. Pero la idea siempre fue cambiar la mesa completa en algún momento, no veo un problema ahí, por el contrario, veo un diálogo súper interesante de pensar los liderazgos y la conducción de órgano colegiado de forma distinta.
¿Cómo proyecta el trabajo que le queda a la Comisión de Reglamento?
Yo soy optimista, en la Comisión de Reglamento hemos tenido un muy buen trabajo, intenso, no hemos parado ningún solo día desde que asumimos y hemos ido avanzando. Ya se empieza a consolidar nuestra propuesta de que acá lo que tiene que armarse es un reglamento base que esté preparado para recibir otras partes del reglamento que están generando las otras comisiones y después consolidarse en un reglamento definitivo para la Convención Constitucional. Pero ha habido señales muy positivas, a mí me llena de felicidad que se haya aprobado, por ejemplo, la opción de una iniciativa popular de propuesta de norma constitucional.
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