Ucrania se prepara para un ataque “masivo” por parte de Rusia en Mariupol y el Donbás

Luego de una visita a Bucha, la ciudad donde las tropas rusas son acusadas de matar a civiles deliberadamente durante su ocupación, el Presidente ucraniano, Voldymyr Zelensky, consideró improbable un encuentro con Vladimir Putin.


En el día 41 de la invasión rusa a Ucrania, las imágenes de la masacre de civiles en Bucha ya dieron la vuelta al mundo, y varios países de Occidente han respondido expulsando a los diplomáticos rusos de sus países. Las Naciones Unidas, por su parte, se debate respecto de qué puede hacer para castigar al Kremlin: las imágenes de la ciudad, señalan desde la oficina de la ONU para los Derechos Humanos, “parecen sugerir” que se asesinó de manera deliberada a civiles.

El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, por su parte, da un giro en su discurso luego de visitar Bucha y ver en directo las consecuencias de la ocupación rusa: hoy ve “muy improbable” un encuentro con su par ruso, Vladimir Putin, sin por eso dejar totalmente de lado las negociaciones de paz.

En el frente de guerra, en tanto, los militares rusos corrigen su camino: luego de abandonar la región de Kiev durante este fin de semana, los convoyes se dirigen a la región separatista de Donetsk, en la región del Donbás. El Kremlin ya había advertido que, al pasar a una “segunda etapa” de la invasión, los esfuerzos se centrarían en el este de Ucrania. Los bombardeos, mientras tanto, siguen cayendo sobre Kharkiv, la segunda ciudad de mayor importancia luego de Kiev.

Ya no irían por Kiev: luego de retirarse de la capital ucraniana, las tropas rusas están reforzando sus posiciones en la zona oriental del país, en miras a establecer el control en las provincias de Donetsk y Luhansk. De acuerdo con el portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk, Rusia está preparándose para un asalto a Severodonetsk, una ciudad de la provincia de Luhansk. La idea, apunta el funcionario, sería atacar desde las ciudades de Rubizhne y Popasna.

Otro objetivo que los rusos no han abandonado, según Motuzyanyk, es el puerto de Mariupol: el portavoz indicó que los invasores estarían amasando fuerzas en miras a capturar definitivamente la ciudad, que lleva más de cuatro semanas sitiada, sin por eso rendirse. La importancia de las dos ciudades, Severodonetsk y Mariupol, reside en que ambas están en los puntos sur y norte de la “línea de contacto” de Ucrania, la línea de cese de fuego que los separatistas habían dejado en 2015.

En la misma conferencia, Motuzyanyk declaró que las tropas rusas estaban abandonando Bielorrusia y yendo a Moscú, donde, entre otras cosas, se estaban preparando con combustible y municiones, además de equipamiento médico para un “potencial flujo de bajas entre sus tropas”.

Por su parte, el consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, hizo eco de lo dicho por el ucraniano, indicando que la guerra ahora estaba girando hacia el sur y este de Ucrania. Advirtió que Rusia estaba doblando su ofensiva, luego de retirarla de la región kievita. “Rusia trató de subyugar a toda Ucrania y falló. Ahora intentará poner partes del país bajo su dominio”, señaló Sullivan. De todos modos, se espera que Moscú continúe lanzando misiles y bombardeando a Kiev y Lviv, para causar terror y daño económico en el país.

“En las próximas semanas, esperamos un impulso adicional de Rusia en el este y sur de Ucrania, para intentar tomar todo el Donbás y crear una conexión por tierra con la Crimea ocupada”, afirmó este martes el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. “Cambian su foco hacia el este”, resumió, porque en el norte “fracasaron”, y añadió que se trata de una fase “crucial” de la guerra.

En tanto, la inteligencia militar británica, que todos los días publica en Twitter los desarrollos del conflicto, indicó que las fuerzas invasoras necesitan “un reequipamiento y remodelación significativos”, antes de que puedan desplegarse de nuevo en Ucrania. En esa misma dirección, la cuenta del Ministerio de Defensa de Reino Unido señaló que las fuerzas ucranianas estaban retomando las posiciones del norte que Moscú había abandonado. Según los británicos, a pesar de que las tropas rusas estén abandonando las áreas del norte de Kiev y Chernihiv, los combates “de bajo nivel” podrían continuar a medida que los invasores se van retirando.

El ataque masivo también ha sido esperado por el gobernador de Luhansk, Serhiy Gaidai: “Vemos que hay equipamiento viniendo de diferentes direcciones, que los rusos traen hombres, combustible (…), entendemos que se están preparando para un ataque masivo”, declaró en un mensaje de video, detallando que ya había habido un intento por llegar a Rubizhne, pero que había sido repelido por las fuerzas defensoras, llegando a inutilizar varios tanques.

Luego de visitar la ciudad de Bucha el lunes, la disposición de Zelensky hacia las conversaciones de paz dio un giro, ya que, según declaró en la televisión ucraniana, “puede ocurrir que no haya negociaciones”. Esto sucede, además, en conjunto con una serie de días donde el balance militar se ha inclinado hacia Ucrania, reconfigurando las posiciones de fuerza debido a la retirada rusa de algunas zonas de Ucrania.

Si durante febrero y marzo Zelensky había dicho en reiteradas ocasiones que estaba dispuesto a sentarse a negociar con Putin, ahora manifiesta que sería entendible no hablar con él luego de acusar a sus tropas de cometer crímenes de guerra en Ucrania. Dirigiéndose al líder del Kremlin a través de la televisión, el mandatario ucraniano señaló: “Sería fácil decir que no voy a hablar contigo, y sería comprensible, luego de lo que has hecho. Ese es el motivo”.

Un encuentro entre ambos mandatarios podría ocurrir, condicionó Zelensky, si Rusia “soportase todos los castigos por cometer genocidio”. “En un encuentro así, podremos encontrar la salida a está situación, sin perder nuestro territorio. Creo que esa es la vara que definimos en estas negociaciones. El resto se verá, pero es probable que no haya negociaciones”, evaluó el Presidente de Ucrania.

Zelensky se trasladó este lunes Bucha, la ciudad donde se tomaron las imágenes de los cuerpos de civiles muertos en las calles luego de que los rusos la abandonaran el pasado viernes. Durante la visita, ya advirtió que era “muy difícil negociar” con Rusia “cuando ves lo que hicieron aquí”.

En cambio, el canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo este martes que las fosas comunes descubiertas en Bucha eran una “provocación” destinada a detener las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania. “Surge la pregunta: ¿Cuál es el motivo de esta burda y falsa provocación, cuya veracidad es imposible de demostrar? Tendemos a pensar que el motivo radica en el deseo de encontrar una razón para torpedear las actuales negociaciones”, señaló Lavrov en una declaración en directo por la televisión.

En una intervención por video ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el Presidente ucraniano criticó este martes su ineficacia y pidió la expulsión de Rusia. “Si no, la siguiente opción es que se disuelvan”, le dijo un visiblemente molesto Zelensky al máximo órgano ejecutivo de Naciones Unidas, al que instó a actuar “inmediatamente”.

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