La paradoja de Quinteros: dejó San Carlos como campeón y vuelve como colista

Quinteros San Carlos

El técnico argentino nacionalizado boliviano dirigió el avasallador título de Universidad Católica en 2019, club al que renunció tras conseguir la copa. Mañana visita a su ex equipo como adiestrador del colista Colo Colo, el peor conjunto del torneo. La extraña contradicción del campeón vigente.



Gustavo Quinteros vuelve a San Carlos de Apoquindo para el clásico de mañana, el estadio donde se hizo un nombre en Chile, donde fue campeón con Universidad Católica del interrumpido Torneo Nacional 2019, el lugar donde dirigió a un equipo que arrasó con todos, que llegó a sacarle 13 puntos de diferencia a su más cercano perseguidor, Colo Colo.

Precisamente, el técnico vuelve a la precordillera al mando del Cacique. Lo hace aún como el vigente monarca del fútbol nacional, pero también como el DT del peor conjunto del campeonato, del colista. Una paradoja, porque mientras ostenta la brillante corona del año pasado se encuentra en zona de descenso directo. Está en el cielo y a un paso del infierno, al mismo tiempo.

Contrario a su exitosa temporada anterior al mando del avasallador cuadro cruzado, en el Monumental es uno de los adiestradores de peor rendimiento en la historia. Llegó con el gran cartel que forjó en San Carlos de Apoquindo, pero ha sido incapaz de sacar a los albos del último lugar de la tabla y de darle el funcionamiento que esperaba. Ni siquiera pudo vencer a los bolivianos de Jorge Wilstermann en la fecha final de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Es más, perdió y quedó eliminado de todo. No alcanzó ni para Copa Sudamericana.

Entremedio, tuvo un triste paso por el Xolos de Tijuana, donde tampoco le fue bien. Llegó a la final de la Copa MX, pero su pobre desempeño en la liga, donde consiguió apenas dos triunfos en 10 partidos, más tres empates y cinco derrotas, le costó el despido. El argentino nacionalizado boliviano estuvo apenas un semestre en México. Llegó al país azteca tras abandonar el buque estudiantil a fines de 2019, con el título bajo el brazo, motivado por una suculenta oferta y decepcionado por el papelón de la dirigencia del fútbol chileno, que no pudo completar el certamen, a raíz del estallido social.

“¡Que agradezcan que el torneo terminó antes, porque les habríamos sacado 20 puntos!”, se le escuchó exclamar a Quinteros en la precordillera, en la mañana siguiente al Consejo de Presidentes de la ANFP en el que se determinó la finalización anticipada del campeonato. Sus jugadores aplaudieron la arenga del “profe”, la que sería también la última.

Su mala campaña con los mexicanos no le importó a Blanco y Negro. Asustados por el mal rendimiento de los albos al mando del interino Gualberto Jara, llamaron al ex DT de la UC para que los salvara. El exseleccionador de Ecuador y Bolivia llevaba cuatro meses cesante y tenía deseos de volver al país. En su círculo admiten que siempre ha tenido interés en dirigir a la selección chilena, por lo que no podía perder la oportunidad de mostrarse nuevamente, más allá de que la banca de la Roja estuviera ocupada por Reinaldo Rueda, situación que ahora puede variar en cualquier momento.

Sin embargo, hasta el momento, la apuesta de Aníbal Mosa está lejos de resultar. Quinteros, que fue oficializado los primeros días de octubre, tomó a Colo Colo en el penúltimo lugar. Hoy lo tiene último, con apenas tres triunfos (Antofagasta, Audax y Unión Española, en la última fecha). Aquejado por los problemas físicos de su plantel, que estuvo tres meses sin entrenar tras ser enviado al seguro de cesantía por sus empleadores, el técnico ha llegado decir que las lesiones son el verdadero enemigo de su gestión. Incluso, cuando apenas llevaba una semana en el cargo, dio a entender que no le informaron bien de la realidad médica de sus jugadores.

“Lo que pasa es que al tener tantos lesionados no puedes competir con el máximo nivel de tu plantel. Entonces tenemos que usar a los jóvenes, que no es el momento adecuado para que aparezcan en este momento, estando muy abajo en la tabla y demás. No estábamos al tanto de tanta cantidad de lesionados, pero bueno”, comentó tras ser goleado 3-5 ante Unión, en el Monumental, por la primera rueda del torneo. Además, Quinteros nunca estuvo al tanto del profundo quiebre entre jugadores y dirigentes, sino hasta que arribó a Macul. Y aquello no le gustó para nada.

Su estadía no ha sido fácil. La semana pasada, tras la derrota ante Deportes La Serena, tuvo una fuerte discusión con Marcelo Espina, en ese entonces, director deportivo de ByN. El encontrón fue conocido por todos en el Monumental. Curiosamente, apenas unos días después, el Cabezón renunciaría a su puesto, minutos antes de que el equipo jugara en Santa Laura. Y aunque el DT dijo públicamente que su relación con él era extraordinaria, en Pedreros todos saben que no fue así. Es más, cuando le preguntaron si él también se iría dijo que no, con un mensaje que sonó a indirecta. “Si yo fuera cobarde me habría ido”, disparó.

Hoy, el fútbol y el destino lo hacen volver a San Carlos de Apoquindo, donde tocó la gloria y logró uno de los títulos mas holgados en la historia del fútbol chileno, con un fútbol que colmó el paladar cruzado. Por si fuera poco, ganó la Supercopa tras golear 5-0 a Palestino, en Sausalito, y no perdió ningún clásico. Es más, se anotó con la mayor goleada en clásicos universitarios desde la década de los 70, tras humillar a los azules por 4-0 en la precordillera. Es decir, solo buenos recuerdos.

Ahora llega con el ú,ltimo título bajo el brazo, pero también como DT del peor equipo del campeonato, como colista absoluto. De vigente campeón a colocolista. La triste paradoja de Quinteros.

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