Los últimos días de Reinaldo Rueda como entrenador de la selección chilena han sido como un partido de ajedrez. El todavía entrenador de la Roja había sido muy cauteloso al hablar respecto a su futuro. Cuando el viernes pasado le solicitó vacaciones al presidente de la ANFP, Pablo Milad, argumentó que las necesitaba para solucionar problemas familiares referentes a su esposa, quien, según cuentan en el círculo del DT, ha sufrido en demasía con el confinamiento en Santiago, producto de la pandemia de Covid-19.
En Quilín entendieron sus razones, pero, al mismo tiempo, sospechaban cuál sería el siguiente movimiento del adiestrador: negociar su arribo a la selección de Colombia. La prensa cafetera lo señalaba como el principal candidato para reemplazar al portugués Carlos Queiroz, despedido tras la estrepitosa última fecha doble de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar 2022, donde fue goleado por Uruguay (0-3) y Ecuador (6-1), dos rivales directos en la lucha por la clasificación.
En las tierras caribeñas aún está muy vivo el recuerdo de su exitoso paso por Atlético Nacional de Medellín, club con el que conquistó la Copa Libertadores de América 2016 y con el que llegó a la final de la Copa Sudamericana ese mismo año, certamen que le cedieron al Chapecoense de Brasil, tras el accidente aéreo que terminó con la vida de casi todo el equipo. Además, ya había sido DT de Colombia, rumbo a Alemania 2006, cuando también asumió en medio de una pobre campaña de su antecesor.
Fue tema de debate en el directorio de la ANFP. ¿Dejarlo ir o sostenerlo? ¿Su salida era un beneficio o un problema? Las respuestas siempre estuvieron vinculadas al factor económico, del cual se quejan constantemente en Quilín. Las críticas apuntan al anterior presidente Arturo Salah, por el contrato que tiene el DT. “Tiene un sueldo muy alto, igual que su staff, además de numerosos y suculentos premios”, reclaman. Según dicen, las anteriores administraciones no pensaron en las finanzas de la asociación.
Pagarle la remuneración se transformó en 2020 en un verdadero dolor de cabeza, tanto para el directorio de Sebastián Moreno como para el de Milad. La pandemia fue un mazazo para las arcas federativas. De hecho, Rei tuvo que asumir dos veces una reducción importante de su salario, cercana al 50%, debido a la delicada economía de la sede ubicada en Peñalolén.
Por eso, su eventual salida aparecía como el momento ideal para la liberarse de una carga muy pesada, que implicaba un gran gasto y que, para colmo, no se justificaba con los pobres resultados deportivos conseguidos por la Selección en las primeras cuatro jornadas de las Eliminatorias, donde apenas suma cuatro puntos, incluida una sonrojante e histórica derrota ante Venezuela, en Caracas. Adicionalmente, la cláusula de salida de establecida en el contrato asciende a US$ 2.230.000, equivalente a un año de salario, por lo que también se presentaba una oportunidad de obtener algo de liquidez en tiempo de vacas flacas.
En ese sentido, la movida de la ANFP fue la siguiente: esperar la formalización del asunto y permitirle al técnico salir sin pagar la totalidad del monto de rescisión, sino que solo la mitad, para así no espantar el interés de la federación colombiana. En Quilín cuentan que son conscientes de que el coronavirus ha afectado la caja de todas las asociaciones miembros de la Conmebol, por lo que US$ 1 millón es una cifra razonable. Además, tampoco olvidan que hace tres semanas, luego de la caída ante la Vinotinto, Rueda no quiso irse por las buenas. “Exigió el pago de toda la indemnización”, advierten en la mesa principal. Aquello hizo imposible el término del contrato.
Por más que la prensa colombiana dé por hecho la llegada de Triple R, lo concreto es que recién ayer el estratego le comunicó formalmente a la ANFP que tiene una oferta de Colombia. Es más, el propio Milad reconoció que Ramón Jesurún, timonel de la federación colombiana de fútbol, lo llamó para pedirle autorización y sellar el acuerdo con el DT. “La federación colombiana me pidió hablar con él y yo lo acepté, manteniendo la deferencia y el respeto”, aseguró el curicano a La Tercera. Si Rueda y la federación colombiana ya tienen el arreglo fue a espaldas de Chile.
Con las piezas ya posicionadas sobre el tablero, el juego ya se encuentra en su etapa central de desarrollo, donde cada uno ha desplegado sus estrategias. Las últimas horas han estado marcadas por negociaciones intensas entre la ANFP y la FCF. “Estamos en conversaciones”. Se trata de los tira y afloja típicos para ganar o ahorrar unos cuántos dólares más. Por lo pronto, Rueda viajará en los próximos días a Cali, donde lo más probable es que selle su arribo a la selección colombiana y renuncie a la Roja. Luego, irá a Canadá a visitar a sus hijos.
Más allá de la diplomacia, la situación ha generado cierta molestia en la asociación. Esto, debido a las vacaciones que pidió el entrenador. En la ANFP esperan que su arribo a Colombia se arregle cuanto antes, ojalá previo a las vacaciones al DT, para así no tener que pagárselas. Si la operación se dilatara hasta enero, tendrían que pagarle un sueldo más, lo que no agrada para nada.
El nuevo DT de la Selección
Apenas Milad reveló en La Tercera el llamado de Jesurún con motivo de solicitarle autorización para llevarse a Rueda, decenas de currículums de técnicos llegaron hasta Quilín, cuentan en la asociación, algo sorprendidos. Y seguirán llegando, sin duda.
Lo cierto es para pensar en el nuevo técnico de la Roja ya hay algunas pistas claras. Quien venga ganará mucho menos que Rei, ya que no hay plata en la ANFP. Por esa razón, los interesados tendrán que privilegiar el aspecto deportivo por sobre lo económico.
La idea de un importante sector del directorio es rejuvenecer la banca, ya que, durante todo este tiempo, vieron muy agotado al colombiano, que ya tiene 63 años. Los malos resultados y las críticas lo tenían cansado y desgastado, así como tampoco le agradó la inminente llegada del hispano-británico Francis Cagigao, ex jefe de scouting del Arsenal, como director deportivo nacional.
“Tiene que ser alguien joven, con energía, con hambre de triunfos y con ganas de éxito”, advierten en Quilín. Más allá de las versiones que apuntan a Ariel Holan (60), técnico de la UC, o Gustavo Quinteros (55), entrenador de Colo Colo, como los favoritos en la carrera por la banca de la Roja, fuentes de la sede de Peñalolén aseguran que esos nombres ni siquiera están entre los primeros de la lista. Además, buena parte del Consejo de Presidentes no ve con buenos que la ANFP busque levantarle el técnico a uno de sus asociados.
Como sea, la búsqueda ya comenzó en Quilín, donde esperan que Cagigao también juegue un rol fundamental en la elección del nuevo entrenador. Su conocimiento del mercado de técnicos en Europa la abre un atractivo y hasta desconocido abanico de opciones a la ANFP, donde tampoco descartan candidatos como Gabriel Heinze (42), ex Vélez y actualmente sin club, o Hernán Crespo (45), de gran campaña con Defensa y Justicia en la Copa Sudamericana.
Al menos, esta vez hay tiempo de sobra para buscar con cuidado y precisión, ya que las Eliminatorias para el Mundial vuelven recién en marzo.