Un zoom al camarín de la U: los relatos de Montillo, Rodríguez y Larrivey
Las tres figuras argentinas narran los duros días de cuarentena y hablan del posible retorno con la camiseta estudiantil.
“¡Mati! ¿te cortaste el pelo vos?”. Risas en cada pantalla y la respuesta saca otra carcajada. “Son las cosas que uno hace en cuarentena…”. El diálogo es entre Matías Rodríguez y Joaquín Larrivey. El escenario es un Zoom organizado por Adidas, con motivo del lanzamiento de la nueva camiseta alternativa de la U, al que tuvo acceso exclusivo La Tercera. En el diálogo falta Walter Montillo, quien llega minutos después.
“Tuve problemas con Internet”, se excusa la Ardilla. “Una vez al mes hay que pagar”, le aclara el bromista Larrivey. La conversación de los tres jugadores del Chuncho fluirá entre chistes y el relato de sus encierros y la imposibilidad de desarrollar su gran pasión, que es el fútbol. “Como entrenamos por Zoom todos juntos, es como que hablamos, pero extrañamos el llegar a casa y que duelan las piernas”, dice el 10 azul. “Nosotros estamos grandes y somos los que más sufrimos. Se sufre porque se te pasan muchas cosas por la cabeza”. "Se extrañan hasta esas faltas que te hacen en los entrenamientos”, agrega. “Las faltas…”, interrumpe Rodríguez, a lo que el volante retruca que no se queja, antes de que el lateral vuelva a contestar con ironía: “Ahora ya no voy ni a llegar”.
Ya más serio, Rodríguez, campeón de la Sudamericana 2011, se une al análisis: “Extraño levantarme, desayunar, preparar el mate, tener esa rutina previa al entrenamiento, llegar al CDA, cambiarse, estar con los kinesiólogos, hablar con los compañeros, compartir el camarín. Es todo”, se sincera.
Larrivey no se queda atrás y asegura que durante este tiempo se ha dado cuenta de que “se le da más valor a las cosas cuando deja de tenerlas”. Y que por el hecho de vivir en departamento, lo que más extraña es “patear la pelota y compartir en la cancha con los compañeros”. Que a la larga echa de menos el día a día y “vivir el fútbol”.
Y mientras uno de sus hijos le pide ayuda para inflar una pelota, Montillo se detiene en lo que ha significado para él el coronavirus, el que cerca del retiro lo tiene inquieto. Y no es para menos, si encima el Covid-19 le quitó a su padre. “Lo que más bronca me da es no poder disfrutar de la gente en la cancha. Siento que no está siendo como yo esperaba. Y con esto más todavía, porque no se sabe si hasta fin de año va a poder ir la gente a la cancha. Quería disfrutar el calor de la gente que tanto me marcó. En ese punto lo estoy padeciendo”, asegura.
Larrivey, de 35 años, coincide. Él también está en la parte final de su carrera: “Lesionarse ahora implicaría perderse muchos partidos y en una etapa de nuestras carreras que si queremos seguir jugando no podemos regalar nada”.
Y así como no ha regalado nada, el atacante dice haber descubierto un mundo nuevo entre la compra de una máquina que le ayuda a cocinar y la parrilla.
“Ya amortizaste el gasto”, dice Montillo. “Es la mejor inversión que hemos hecho en los últimos diez años”, retruca Larrivey, quien dice que cuando la pandemia pase invitará a sus compañeros de Zoom a un arroz con mariscos “o una carnecita”, algo que no pone del todo feliz a Montillo: “Gasta un poquito más: un salmón, una corvina”, le ruega.
Entre broma y broma, los transandinos garantizan que no han subido de peso. “Que coma cosas una o dos veces al mes no me va a cambiar mi cuerpo y me he cuidado más que antes, no puedo dar ventajas. A veces ese kilito que te llevas de más cuesta bajarlo”, dice Matías. Por su parte, Larrivey explica que en su casa, él y su mujer le dan “mucha importancia al tema de la alimentación”.
“Estoy bien en ese sentido, aunque obviamente en algunos momentos uno cae un poco la ansiedad de querer comer algo”, revela Montillo, quien durante el diálogo dice que en su cuarentena ha escuchado mucha música en portugués al ritmo de Jorge & Mateus, también se anima a opinar sobre cómo les afectará haber parado cuando estaban peleando en la parte alta de la tabla: “Depende de nosotros seguir por el mismo camino. En tres meses uno no se olvida de jugar. No nos tiene que movilizar eso, porque en realidad nos pasó a todos”.
Sentado en un sillón, Rodríguez asiente: “No es que solo nosotros paramos y ya. Somos uno de los pocos equipos que entrenó desde que paró el torneo. Vamos a salir fortalecidos de esto”. Larrivey recalca que tendrán que poner énfasis en los detalles: “Hay que ir de a poco con el tiempo que nos van a dar. Hay que ponerse a punto rápidamente. Y vamos a estar todos en las mismas condiciones. Ojalá que nosotros retomemos el nivel de antes de la pandemia”.
De cara al regreso del torneo ya hay algunos elencos que han podido practicar. ¿Desventaja? En la U no lo ven así. “Habría diferencia si es que nosotros solo pudiéramos entrenar dos semanas y ellos seis. Pero si ellos entrenan seis y nosotros cuatro, no hay problema”, dice el mediocampista.
Ya hay una fecha tentativa. El Consejo de Presidentes fijó el 31 de julio. “Da tranquilidad. Lo que da ansiedad es pensar en la planificación que manda el cuerpo técnico, que es dependiendo de lo que diga el ministerio de Salud ”, asegura Matías. El Bati concuerda: “A mí me genera tranquilidad tener una fecha. Aunque el 31 de julio es lejano, genera una motivación para decir que tenemos que estar preparados para esa fecha”.
El diálogo llega a su fin, no sin antes dejar otro momento íntimo de camarín: la nueva faceta de Rodríguez en la red social Tik Tok: “Me llegó un videíto, hay que aceitar la cintura”, dice Montillo. “Uno tiene que ceder a las peticiones de su mujer”, agrega Larrivey. “Para la próxima hay que bailar un lento y no se notan falencias”, cierra Rodríguez. Cosas de una cuarentena.
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