Renuncia de Jaime de Aguirre: una gestión marcada por las pérdidas y la sintonía estancada

ROJO
La nueva versión de Rojo fue una de las grandes apuestas de Jaime de Aguirre. Foto: Carolina Reyes

Jaime de Aguirre llegó con el objetivo de sacar a TVN del mermado rating y las pérdidas, pero los números no prosperaron.


Al arribar a TVN a fines de 2016, el norte de Jaime de Aguirre era uno solo: rescatar a TVN de la crisis de sintonía y económica que ya acumulaba dos años, y que lo hundían como un pálido reflejo de lo que fue desde los 90. Pero siempre recalcó que la operación rescate era a largo plazo, con resultados que recién se iban a asomar a principios de 2018.

Casi dos años más tarde, con su adiós ya consumado, su paso por la red pública estuvo cruzado precisamente por esa suerte de vía crucis: números rojos, intentos por sacar a la señal de los bajos números, apuesta por aventuras programáticas que descolocaron a la industria -como la vuelta de Rojo o la alianza con Canal 13 para adjudicarse el Festival de Viña-, un rating zigzagueante y despidos en áreas como prensa.

De hecho, recién en mayo, el ejecutivo comentaba a este diario que la estación había logrado volver a ser un actor competitivo, gracias a espacios como Rojo, Carmen Gloria a tu servicio, Llegó tu hora e Informe especial. De ellos, la remozada versión de Rojo fue el objetivo por el que más luchó: pese a que otros personeros no creían en la resurrección del proyecto, finalmente apuntaló la tarde de TVN, subiendo los números del rating vespertino en cinco puntos. Entre otros factores, ello permitió que 24 horas central recibiera un mejor piso de audiencia; sin embargo, el segmento prime siguió naufragando.

Distintas fuentes al interior de la señal aseguran que parte de sus mayores desaciertos estuvieron precisamente en uno de los bloques más relevantes para los canales, no sólo por las cifras de sintonía, sino que también por los ingresos comerciales. Su fallo más claro fue Familias en jaque, conducido por Karen Doggenweiler, que salió del aire con una escasa sintonía, cercana a los 4 puntos

Otro de los departamentos más golpeados fue el área dramática, donde radicaba gran parte del potencial de la estación. De hecho, hoy su futuro es incierto. Después de la vespertina Wena profe y la nocturna Dime quién fue, que finalizaron en mayo, la estación no ha vuelto a emitir telenovelas.

Rodrigo Sepúlveda, director de contenidos, anunció que solo realizarían una teleserie al año. Son 20 los profesionales que aún siguen en el área dramática, entre ellos, Amparo Noguera, cuyo contrato vence a fines de este mes y ya se zanjó su partida. En tanto, con contratos vigentes están Carolina Arregui, Francisco Reyes, Marcelo Alonso, Alejandra Fosalba, Josefina Fiebelkorn, Elisa Zulueta y Jorge Arecheta. Sus contratos hoy están bajo análisis y eventualmente podrían finalizar si no existen proyectos concretos.

Los rostros principales de la estación también quedaron golpeados con la noticia de la renuncia de De Aguirre; lo sentían un ejecutivo cercano, que visitaba los sets de los programas y con quien tenían una línea directa. Distinta es la visión de Rodrigo Cid, presidente del sindicato 3 de TVN: "Esta renuncia no debería sorprender. En el último tiempo estuvo fuertemente cuestionado por los resultados de la empresa e incluso recibió críticas al más alto nivel. Por tanto, su permanencia y capacidad de gestión aparecían como complicadas. Ahora, lo que viene es trabajar entre todos para sacar adelante el canal, para lo cual resulta fundamental el compromiso del Estado". En lo que va del año, TVN consigue una sintonía de 4,9 puntos. Es la misma cifra de 2017, y que lo sigue dejando en el cuarto lugar, detrás de Mega, CHV y Canal 13.

Bajo la gestión de De Aguirre, los números de TVN siguieron en rojo. A septiembre de este año las pérdidas se duplicaron a -$11.159 millones frente a igual periodo del año pasado. Esto, en línea con ventas que continuaron su camino a la baja: -18%. Sólo los ingresos por publicidad retrocedieron 28%.

El principal ingreso de TVN es la venta de publicidad en televisión abierta, representando un 64,75% de sus ingresos de explotación (74,28% en 2017). El 35,25% está conformado principalmente por la venta de la señal internacional, servicios de producción a terceros y otros (25,72 % en el año 2017).

De esta forma, no sólo es el canal con más pérdidas del país, sino que también figura entre las 15 compañías con mayores números rojos que reportan públicamente sus resultados.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.