Este árido rincón de Chile se ubica en la Región de Tarapacá, junto a la frontera con Bolivia, a 3.700 metros de altura. Allí viven poco más de 1.500 personas y votaron 524. Con un fuerte componente aymara, y lejos de ser un "enclave" de uniformados, como reza el mito, fue uno de los cinco lugares donde se impuso la opción derrotada, y, de hecho, donde eso ocurrió por un mayor margen. "Acá viven familias tradicionales, extremadamente conservadoras y que están de acuerdo con este modelo económico", asegura su alcalde, el RN Javier García Choque.