Según funcionarios estadounidenses, los mandatarios de Rusia y Corea del Norte estarían planificando una posible reunión en suelo ruso, donde se discutirá la posibilidad de que Pyongyang entregue armamento a Moscú, además de otras formas de cooperación militar, como ejercicios militares.
Los lanzamientos tuvieron lugar dos días después de que las fuerzas armadas de Estados Unidos y Corea del Sur concluyeron 11 días de maniobras, a las que el régimen de Pyongyang considera un ensayo de invasión. Washington y Seúl sostienen que sus maniobras son de carácter defensivo.
El vocero del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, detalló los más recientes hallazgos apenas semanas después de que la Casa Blanca dijera que había llegado a la conclusión de que el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigu presentó una solicitud a funcionarios norcoreanos para incrementar la venta de municiones a Moscú durante una reciente visita a Pyongyang.
Según el ejército surcoreano, Corea del Norte disparó dos misiles balísticos de corto alcance al mar.
En un ejercicio que simulaba ataques contra puestos de mando y aeródromos de Corea del Sur, “la unidad de misiles disparó dos proyectiles balísticos tácticos hacia el noreste del aeropuerto de Pyongyang y llevó a cabo correctamente su misión de ataque nuclear”, dijo la agencia norcoreana de noticias KCNA. El hecho se produjo después que EE.UU. desplegara enla región bombarderos B-1B para simulacros aéreos aliados.
El líder norcoreano, al referirse a los ejercicios navales trilaterales de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, consideró estos adiestramientos en los que se incluye la participación de soldados estadounidenses como un ensayo de invasión, aunque Washington y sus socios aseguran que sus maniobras son defensivas.
Tokio presentó una “enérgica condena” contra Corea del Norte por el fallido lanzamiento del artefacto espacial militar, al tiempo que ha advertido que este tipo de acciones constituyen “un grave desafío para la comunidad internacional” en su conjunto.
Fue un nuevo intento fallido luego que a fines de mayo, un cohete norcoreano que transportaba un artefacto satelital militar espía se precipitó al mar poco después de despega. El hecho supuso un revés para la iniciativa del líder Kim Jong Un de establecer un sistema de reconocimiento basado en el espacio para vigilar mejor a Estados Unidos y Corea del Sur.
Pyongyang criticó los ejercicios conjuntos de Seúl y Washington.
Las autoridades norcoreanas afirmaron que la cumbre entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón celebrada el viernes pasado en la residencia presidencial estadounidense ubicada en las afueras de Washington D. C, tenía como objetivo formular una “provocación de guerra nuclear”.
La Guardia Costera japonesa reportó que Corea del Norte notificó que pretende lanzar un artefacto espacial entre el jueves y el 31 de agosto. La agencia señaló que se cree que se trataría del segundo intento norcoreano de lanzar un satélite militar de reconocimiento.
Se presume que las armas que se probaron fueron desarrolladas para portar ojivas nucleares.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk dijo que en el pasado el pueblo norcoreano ha sufrido periodos de graves dificultades económicas y represión, pero “actualmente parece estar sufriendo ambas”. Advirtió, además, que la población está cada vez más desesperada y, según reportes, muere de hambre en partes del país a medida que empeora la crisis.
Las medidas aplican para las sociedades que estarían vinculadas al sancionado ciudadano eslovaco Ashot Mkrtychev, designado como tal por organizar negociaciones de envío de armas y municiones desde entre ambos países asiáticos.
King pidió asilo por el "maltrato" y la "discriminación" por parte del Ejército estadounidense, según las autoridades de Pionyang.
