Daniela Campos Letelier *
29 sep 2020 03:10 PM
El académico y teórico político habla de los desafíos y oportunidades que la emergencia sanitaria plantea al sistema democrático. El próximo martes, a las 18.30 h, Innerarity dará la conferencia virtual Pandemocracia: Una reflexión sobre la crisis, como parte del ciclo #PuertodeIdeasEnVivo.
Ministro de Hacienda expresó “agradecimiento” y “orgullo” por las personas que “se la jugaron” por dejar atrás la dictadura de Augusto Pinochet.
El PPD, el PS y Comunes declinaron la invitación del gobierno. Desde la DC no han confirmado por desconocer el verdadero sentido del acto.
El presidente de la Sofofa sostuvo que es fundamental que el ciclo electoral y constitucional que se viene se haga dentro de un ambiente de paz social.
Resulta inquietante enfrentar un proceso de la magnitud que supone la creación de una nueva Constitución bajo este clima de improvisación y falta de certezas. De individualismo y racionalidad instrumental, que desinforma a la opinión pública, la que en su gran mayoría carece de la información y los elementos de juicio suficientes sobre temas que afectarán significativamente su vida cotidiana en el mediano y largo plazo.
Inesperado éxito de ventas, el coautor de Cómo mueren las democracias, señala que actualmente la mayoría de los quiebres democráticos no los provocan militares, sino los propios gobiernos electos. Levitsky, experto en Latinoamérica, comenta sobre la situación en Chile: "No hay razón para esperar que una reforma constitucional sea peligrosa".
Según el reporte El estado de la democracia en el mundo y en las Américas 2019, existe un aumento de la polarización política y una intensidad en la frustración que producen las elites y "la política de la vieja escuela".
Así lo dio a conocer un estudio realizado por Open Society Foundations, en el que se señala que la mayoría de los encuestados mantiene su compromiso hacia una sociedad civil y fe en las libertades que trajo la caída del Muro de Berlín.
El problema es que no cuesta nada que la clase política se desconecte. Suele hacerlo por múltiples razones: narcisismo, populismo, endogamia, oportunismo, rapiñaje, resentimiento. Lo concreto es que la desconexión es como esas enfermedades asintomáticas donde el paciente se siente bien pero el mal va haciendo su trabajo por dentro. Por fuera todo muy normal. Hasta que, claro, deja de serlo.
El actual empate de mediocridad entre un gobierno autocomplaciente, pero que realiza una gestión más bien pobre, y una oposición que mayoritariamente mira más su propio ombligo que los problemas del país, tendría como resultado un estancamiento mayor del que observamos. En algún momento, sin embargo, esta tendencia pasará la cuenta y ese patrimonio político que permitió avanzar hacia un desarrollo económico y social sorprendentemente rápido terminará por extinguirse.
Susan Fainstein. La investigadora y académica de la Universidad de Harvard, autora de la teoría de la 'ciudad justa', visitó recientemente Chile, invitada por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC. En entrevista exclusiva con MásDeco reafirmó su visión basada en los principios de democracia, equidad y diversidad, a cambio de la obsesión por el desarrollo económico. Conversó sobre problemáticas transversales aún no resueltas, como la inmigración; postuló ejemplos de ciudades que se acercan a un modelo más justo, y más.
Más vale una conducción calmada, sólida y que busque más los acuerdos que la imposición. A fin de cuentas, no es tan difícil. Se trata de controlar la vanidad y la ansiedad que llevan al exceso y, por supuesto, de sacarle el cuerpo a Mefistófeles.
El golpe contra las reglas democráticas en Venezuela ya se produjo hace rato por el actual régimen, la realidad de hoy es golpista al menos desde cuando se desconoció a la Asamblea Nacional, se generó el delito de opinión y desde el momento en que quienes tienen el monopolio de las armas las están usando para defender una gestión antidemocrática y no poniéndolo al servicio de la sociedad en su conjunto.
La primera pregunta asociada a estos desbordes es hasta dónde aguanta el elástico; desde luego, no son los jueces, sino los políticos, que son los que aprueban las políticas públicas, los llamados a responderla. La segunda es dónde queda el bien común, puesto que, entre tanto tira y afloja y tanto particularismo, hay razones objetivas para temer que la mirada general y la ecuanimidad, la prudencia y la igualdad de acceso a los beneficios sociales, hayan pasado a pérdida. Dan ganas de preguntar en qué momento se desfiguró tanto el contrato social.