A lo mejor el episodio no es ni tan grave ni tan sorprendente. Pero arroja luz sobre un cierto hechizo de una fracción de la izquierda por la épica asociada a tradiciones políticas que están al filo de la legalidad, que hunden sus pies en el mundo anarco, que se mezclan en algún momento con la ley de las armas, en otros con la delincuencia común, y para las cuales, en definitiva, el fin siempre justifica los medios, por crueles, infames o miserables que sean esos medios.
Héctor Soto
17 nov 2018 03:19 PM