Al menos catorce personas han muerto y otras 66 han resultado heridas en el sur de Beirut en lo que el Ejército israelí ha descrito como un “bombardeo selectivo”, según un balance confirmado por el Ministerio de Sanidad libanés.
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El principal objetivo del ataque era Ibrahim Akil, un alto cargo de Hezbolá
El Ejército israelí respondió así a la ofensiva de la milicia libanesa, que ayer disparó 170 cohetes hacia el norte de Israel. En la operación fue asesinado Ibrahim Aqil, miembro del órgano militar de mayor jerarquía de Hezbolá: el Consejo Yihadista. El año pasado, EE.UU. ofreció una recompensa de US$ 7 millones por él.
“Esta eliminación tiene por objeto proteger a los ciudadanos de Israel”, dijo un portavoz del Ejército de Israel en una breve declaración a la prensa, añadiendo que no buscan una escalada regional.
El “bombardeo selectivo” de este viernes, como lo ha descrito el Ejército israelí, habría tenido como objetivo a un alto cargo de Hezbolá, supuestamente Ibrahim Akil.
Una espesa nube de humo se podía ver elevándose sobre la capital libanesa. El ejército israelí, por su parte, afirmó haber llevado a cabo un “ataque selectivo” en la ciudad.
Desde Hezbolá acusan que fue parte de una operación efectuada por las fuerzas de Israel. Especialistas analizaron las características de lo ocurrido.
Esto luego de la ola de explosiones a "buscapersonas" y otros dispositivos electrónicos en el Líbano, ataque atribuido a Tel Aviv.
La ola de dispositivos electrónicos explosivos utilizados por miembros de Hezbolá podría ser el preludio de un ataque más amplio.
“Hezbolá se siente perseguido y la secuencia de nuestras operaciones militares continuará”, manifestó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
Hassan Nasrallah indicó que los acontecimientos de los últimos días exigen una reevaluación y que Hezbolá presente su nueva posición.
Luego de la ofensiva, Israel afirmó haber desbaratado un plan de asesinato dirigido por Irán.
Esto, tras registrarse una nueva oleada de explosiones de aparatos electrónicos en el país que ha causado al menos una veintena de muertos y más de 450 heridos.
Varias regiones de Líbano, incluida la capital, Beirut, han registrado nuevas explosiones de dispositivos de comunicación.
Se han reportado nueve personas fallecidas y casi 3.000 heridas por las detonaciones.
