En agosto de 1936 se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Berlín, en medio de un momento de tensión en el mundo; en oposición al nazismo se intentó generar una olimpíada paralela que no fructificó pues sorprendió a los atletas en Barcelona, cuando estalló la Guerra Civil. El Führer estaba decidido a mostrar la superioridad de los arios, pero vio en primera fila como el afroamericano Jesse Owens ganaba cuatro oros. Mientras, la delegación chilena tuvo que conseguir de emergencia el dinero para viajar a la competencia, que tuvo entre sus novedades a la primera mujer criolla que corrió en atletismo.