El Ejecutivo tenía contemplado elaborar un nuevo decreto de estado de excepción, aprovechando la decisión de sumar a Los Ríos. Con la medida, que ya se aplica en La Araucanía y el Biobío, apostaban a que ya no tendrían que pedir prórroga al Parlamento, debido a que se iniciaba desde cero un nuevo periodo del despliegue militar. Sin embargo, las diferencias con la fórmula al interior del propio Ejecutivo, las advertencias de la Contraloría y las críticas que se ocasionaron en el Congreso provocaron que echaran pie atrás.