En la capital regional de Tarapacá se dio un cóctel perfecto para que la rabia contra los venezolanos explotara: tomas y deterioro de espacios públicos, un Estado burocrático, autoridades que reaccionaron tarde, miedo al extranjero pobre, odio esparcido por redes sociales y una marcha que nunca tuvo responsables.
3 oct 2021 12:10 AM