De acuerdo a las cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Chile es, junto a Costa Rica, el último de la región en natalidad y sólo se les acerca Argentina (1,6) y El Salvador (1,8). Para los expertos, la baja de este indicador trae consigo efectos negativos, pues se traduce en el envejecimiento de la población y explican que esto es producto de diversos cambios sociales.
Los demógrafos y economistas dicen que los intentos de Europa de impulsar su debilitada tasa de natalidad están fallando. Instan a un replanteamiento, incluido un cambio de rumbo para aceptar y abrazar las realidades económicas de una población que envejece.
"Necesitamos un cambio de paradigma que genere condiciones más amables para las mujeres que desean ser madres, sin renunciar a su vida laboral".
En una larga conferencia de prensa televisada, el mandatario promovió uniformes en las escuelas y medidas para impulsar la decreciente tasa de natalidad en Francia. Frente al avance de la extrema derecha, a seis meses de las elecciones europeas, el presidente busca frenar a Marine Le Pen y Jordan Bardella.
La continúa disminución de los grupos familiares traerá radicales consecuencias futuras: una mujer que nazca en 2024, probablemente morirá sola.
Los científicos esperan que, si las pruebas tienen éxito, la píldora diaria podría ampliar la responsabilidad compartida en materia de anticoncepción entre los sexos.
El líder norcoreano, que volvió a emocionarse tal como ocurrió cuando se disculpó por su mal manejo en la pandemia de Covid-19, elogió la labor de las madres de su país, a quienes consideró responsables de alimentar “no solo a sus propias familias, sino también al futuro de la patria”.
Según un sociólogo, la consecuencia de la baja natalidad en Chile —que alcanzó un mínimo histórico— puede traducirse en “una sociedad vieja, dogmática, conservadora, que duda más del cambio”.
Pese a que aisladamente puede parecer un buen indicador, enfrentan otros problemas adversos. Según las autoridades, se encuentran en una “encrucijada crítica”.
El condado de Changshan, en el este de China, hizo la oferta en un esfuerzo por promover el “matrimonio y la maternidad apropiados para la edad”.
De acuerdo al último informe de Estadísticas Vitales, el primer año de confinamiento profundizó este déficit de nacimientos en nuestro país, a diferencia de lo que se pensó en un principio.
En el último esfuerzo por impulsar una tasa de natalidad en descenso, las autoridades sanitarias permitirán que estas personas formen una familia y disfruten de los beneficios reservados para las parejas casadas.
La baja tasa de natalidad y el envejecimiento de su población son un riesgo urgente para el país, admitió el primer ministro Fumio Kishida, que prometió hacer frente a este asunto creando una nueva agencia estatal. China y Corea del Sur enfrentan fenómenos similares.
El año pasado nacieron unos 10,6 millones de niños, un 12% menos de los 12 millones estimados de 2020. El declive en las tasas de natalidad podría socavar los planes del gobierno de desarrollar un crecimiento económico autosuficiente basado en el gasto del consumidor, en lugar de en las exportaciones y la inversión.
