Un clásico francés. La sopa de cebolla siempre va acompañada de rebanadas de pan con queso derretido al horno o gratinado encima. Casi siempre se utiliza baguette porque su consistencia permite que sostenga el queso y no se deshaga en la sopa.
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Las tortillas de maíz son más pequeñas que las que se usan para las fajitas, y tienen la diferencia de que son más crocantes. Para la lactonesa, siempre es buena idea usar una mini-pimmer porque así se logra que quede más cremosa y no se muela en exceso.
En La Sopería recomiendan servir esta preparación en una hogaza de pan grande, para que se puedan ir cortando los bordes y comerlos junto a la crema de almejas. El caldo de pescado y el jugo de almejas son fundamentales, pero también se pueden usar otros moluscos como machas o navajuelas.
Esta sopa se puede hacer con las legumbres que más nos gusten, pero el sabor de la arveja combina bien con el maní. Esta sopa no lleva crema y es vegana.
Waffles express para un brunch o para aperitivo. Si no hay wafflera, se pueden hacer al sartén con un chorrito de aceite, aunque no queden con la forma cuadrada, el sabor será el mismo.
Esta es una receta típica peruana. La "salsa madre" se hace aparte con concentrado de tomates y ají panca, porque es importante cocinar salsa y pescado por separado, para evitar que éste se seque.
Es bueno acompañar esta sopa de trocitos de queso de cabra encima, porque así los sabores se complementan muy bien. También puede ir con pan o crutones.
El lemon curd es un relleno a base de huevo, sin crema. En esta receta, la chef lo mezcla con limón y un poco de mantequilla para que tome una consistencia "cremosa", y su sabor es muy fresco. Este tipo de relleno se puede probar con otras frutas, como el plátano por ejemplo.
Nogado por las nueces que lleva para acompañar. El caldo de pollo que se agrega se puede hacer con los restos del pollo deshuesado, o se puede comprar en el supermercado para hacerlo más rápido. Esta sopa es perfecta para entradas, o para tomar algo revitalizador en la noche.
El topinambur es un tubérculo d aspecto similar al jengibre, pero más grande. Su sabor es muy rico y parecido al de la alcachofa, y un color que varía entre el café, el blanco, el morado y el rojo. Es ideal para hacer cremas, porque se ablanda rápidamente en su cocción. Se encuentra en el supermercado, pero si no hay, se puede usar una papa sabrosa a gusto, como el camote por ejemplo.
El arroz basmati es un tipo de grano más largo, delgado y suave que el normal, y además, sabe y huele muy rico. Va muy bien con esta salsa arrabiata con tocino. El tip que nos deja la chef Daniela Vidal es no dorar todo en exceso al sartén para la salsa, solo lo justo, ya que así no quedará con un sabor tan ahumado.
Para que la espinaca dure, un buen secreto es blanquearla con agua hirviendo unos segundos y luego trasladarla inmediatamente a un colador con hielo. Así, se evita que se ponga negra,
La técnica para hacer que las costillitas queden completamente bañadas en la salsa es pintarlas con ella a los 5 minutos de hornearlas a una alta temperatura, y repetir si es necesario para que queden impregnadas.
La receta de ramen vegano de La Sopería es muy fácil de hacer para el almuerzo en la semana. No hay que olvidar que los fideos de arroz no se cuecen en agua hirviendo, solo tiene que estar caliente al tacto pero no humeante.
Las papas rosti som una receta tradicional suiza. Sirven para el almuerzo o para un brunch, y siempre van bien acompañadas de un huevo pochado, que se hace con agua hirviendo en una olla, un chorrito de vinagre, y luego revolver hasta formar un remolino. Cuando el agua esté girando, hay que quebrar el huevo y que caiga al remolino, el cual hay que intensificar suavemente con una cuchara hasta que se haga el huevo.
