Taqi Daryabi y Neamat Naghdi, del diario Etilaat Roz, de Afganistán, denunciaron que fueron torturados por los talibanes después de cubrir las protestas en el valle Panjshir en Kabul.
10 sep 2021 09:55 AM
Taqi Daryabi y Neamat Naghdi, del diario Etilaat Roz, de Afganistán, denunciaron que fueron torturados por los talibanes después de cubrir las protestas en el valle Panjshir en Kabul.
“Nuestro deber es extender nuestra solidaridad a un pueblo que sufre mucho, y en el que millones y millones corren el riesgo de morir de hambre”, dijo Antonio Guterres, máxima autoridad de Naciones Unidas. Agregó que “no hay garantías” sobre lo que pueda salir de las conversaciones con el nuevo régimen, pero que éstas son imprescindibles “si queremos que Afganistán no sea un centro de terrorismo, si queremos que las mujeres y las niñas no pierdan todos los derechos adquiridos durante el periodo anterior, si queremos que los diferentes grupos étnicos puedan sentirse representados”.
El subjefe de la comisión cultural de los insurgentes, Ahmadullah Wasiq, dijo que el deporte femenino no se considera apropiado ni necesario. A ello se suma un decreto que establece que solo una profesora enseñaría a las alumnas, pero si eso no fuera posible, los “ancianos” de buen carácter podrían reemplazarla.
Los nuevos gobernantes de Afganistán omiten a otras fuerzas políticas y mujeres, dando un puesto de alto rango al líder de un grupo vinculado a Al Qaeda.
Los insurgentes aseguraron que ya controlaban todo Afganistán, aunque el líder de la oposición llamó a un levantamiento y a la resistencia. Teherán, por su parte, criticó el avance de los talibanes hacia la provincia de Panjshir.
Tras su fulminante victoria sobre las tropas gubernamentales en agosto y la retirada de Estados Unidos hace una semana tras 20 años de guerra, los irsurgentes buscaban sofocar la resistencia parapetada en el montañoso valle del Panshir, cercano a Kabul. “Con esta victoria, nuestro país salió por completo de la ciénaga de la guerra. La gente vivirá ahora en libertad, paz y prosperidad”, afirmó el principal portavoz del nuevo régimen, Zabihullah Mujahid. El jefe del Frente Nacional de Resistencia, Ahmad Massoud, respondió a los talibanes llamando a la población a “levantarse por la dignidad, la libertad y la prosperidad” de Afganistán.
Las fotografías tomadas en la Universidad de Avicena en Kabul muestran a los estudiantes separados por una tela.
Hijo de un héroe muyahidín, el fundador del Frente de Resistencia Nacional de Afganistán no da la batalla por perdida. “Enfrentamos a la Unión Soviética y podremos enfrentarnos a los talibanes”, advirtió.
En entrevista con La Tercera, la directora asociada de Human Rights Watch para Asia advierte sobre las medidas del grupo islámico contra las mujeres en Afganistán. “Todo esto está demasiado cerca de las restricciones del pasado”, apunta.
Refugiados que huyeron de Kabul a la carrera, tildados de traidores, temen por la vida de los familiares que se quedaron; militares españoles cuya labor de años en la zona ha sido demolida en 10 minutos, y miembros de los centros de acogida que tratan de dibujar esperanza en las vidas abruptamente rotas de los evacuados. Actores al otro lado del regreso de los talibanes.
Si bien los expertos dicen que los insurgentes no tienen la experiencia para garantizar que los aviones de EE.UU. continúen siendo operativos, creen que tratarán de aplicar coerción sobre expilotos afganos para hacer que vuelen. Además, temen que otros grupos yihadistas tengan acceso a estas armas.
Se espera que los insurgentes den a conocer en las próximas horas la formación de su régimen, que sería encabezado por Baradar, según fuentes citadas por Reuters. Ya se habría desestimado un acuerdo con la oposición que se enfrenta al grupo fundamentalista en el valle del Panjshir.
Con el puente aéreo terminado, afganos desesperados intentan sobornos y traficantes de personas para escapar del gobierno talibán.