Nunca soñó con trabajar en un laboratorio, porque no sabía qué era eso. En medio de la peor pandemia del último siglo, sin embargo, este joven que vivió en la calle y que cumplió una pena en un centro del Sename está fabricando protectores faciales y aprendiendo el método científico en un prestigioso centro de innovación tecnológica de Valdivia. Hoy, por primera vez, Henry Gallardo se siente parte de algo importante. “Tengo una historia que contarle a mi hija”, dice él.
25 sep 2020 06:00 PM