Ana Lya Uriarte: “He visto un ánimo colaborativo y no obstruccionista en esta oposición”
La ministra secretaria general de la Presidencia afirma que “es posible tener un diálogo de buena fe” con la derecha, y que cual sea el acuerdo alcanzado por el Congreso para un nuevo proceso constituyente, será respaldado por La Moneda.
El puño apretado de la ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte (PS), celebrando la victoria del diputado oficialista Vlado Mirosevic en la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados se convirtió en un sticker que recorrió los WhatsApp oficialistas y generó molestia en la oposición. La ministra había sido pieza clave en el triunfo -el primero del oficialismo sobre la derecha desde la derrota del plebiscito del 4 de septiembre- y no ocultó su entusiasmo. Ahora da vuelta la página y compromete a futuro un estilo más sobrio en este tipo de ocasiones.
En el acuerdo por la mesa de la Cámara de Diputados se le vio eufórica. ¿Qué se jugaba el gobierno que celebraba tanto, ministra?
Siempre hemos tenido muy presente el hecho de que somos minoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Y, por ello, hemos planteado que nos parece que es muy necesario avanzar en la construcción de diálogo democrático, de convivencia cívica, amable y cercana. Pero al mismo tiempo, el gobierno no es prescindente y le interesa el hecho de tener en la Cámara de Diputados una presencia que permita un diálogo fluido sobre la tramitación legislativa. Teníamos inquietud puesto que en un principio teníamos un candidato del Partido de la Gente, que iba a asumir la presidencia de la Cámara, Víctor Pino, que independientemente de su condición de diputado, de la representación que ejerce y su investidura, también es cierto que este es su primer período y, en consecuencia, el tema de la experiencia para presidir la Cámara es bastante importante.
Se dice que las victorias se celebran en el camarín porque se pueden fragmentar ciertas confianzas. ¿Se arrepiente de su euforia? Hasta memes le hicieron...
Claro. Quiero decirle que creo que en una siguiente oportunidad, voy a tener, en un caso análogo, una actitud más moderada respecto de las situaciones que me provoquen alegría o satisfacción.
¿Por qué se optó por replicar un acuerdo que es frágil? ¿Por qué no se apostó por un entendimiento con la derecha que le pudiera haber dado más estabilidad?
El gobierno no es quien toma las decisiones respecto de la política de alianzas o de la mesa directiva de la Cámara. Las decisiones radican en los jefes de bancada de los diputados. Y este proceso en particular se vivió de una manera muy compleja y traumática luego del hecho político que planteó la Democracia Cristiana respecto del Partido Comunista. Y eso significó que la DC, en definitiva, condicionara su apoyo. Y una vez que la DC hace su punto político respecto del PC, hace que la opción estratégica sea la de privilegiar la unidad de nuestras coaliciones por sobre, incluso, el triunfo.
¿Hubo un veto del PC respecto de no negociar con la derecha?
No, no, de ninguna manera. Dadas las circunstancias de que el PC hace el máximo sacrificio al retirar la candidatura de la diputada Karol Cariola, que legítimamente tenía su derecho a aspirar a la presidencia de la Cámara, cuestión que todos los partidos del oficialismo apoyaban, indudablemente una forma de acompañar ese gesto político de tanta envergadura -porque para el PC fue un gesto que le resultó extraordinariamente duro-, es, naturalmente, la unidad de todas las fuerzas del oficialismo.
¿Y qué le hace pensar que esto no va a ser frágil, ministra?
Fíjense que la elección de Vlado Mirosevic como presidente de la Cámara se produce al día siguiente del cónclave de las fuerzas oficialistas. Y ese cónclave confirmó y ratificó que las dos coaliciones y todos los partidos que la componen, reiteran y fortalecen el vínculo de unidad para apoyar sin ningún tipo de restricción ni condición, el gobierno del Presidente Boric. Por lo tanto, no hay elemento alguno que permite inferir que hay una fragilidad o una debilidad.
¿Pero hay garantías en el resto de los que votaron con el gobierno? Los democratacristianos y algunos del PDG.
Y respecto de los demás, de los militantes de la DC que nos acompañaron en este acuerdo democrático y en aquellas personas que, perteneciendo o estando dentro de la bancada del PDG nos acompañaron con su voto, tenemos una expectativa que permanezcan en este acuerdo, porque van a estar en una situación de presencia en comisiones.
Algunos consideraron imprudente que la ministra Segpres, que es la encargada del enlace de la relación gobierno-Congreso, se involucrara tan directamente en esta negociación. ¿Cómo quedó la relación con la oposición?
El lunes, cuando se realiza la elección, indudablemente es un día de mucha tensión. Están en ese momento dos fuerzas antagónicas enfrentándose para obtener un triunfo. Y uno triunfa y el otro resulta derrotado. Y esos son momentos que uno entiende en política -y en cualquier situación- pueden generar cierta crispación de ánimo. Pero ya todo va retomando su curso, su cauce normal. El día miércoles almorcé con la bancada de Evópoli y tuvimos un estupendo diálogo donde escuchamos con mucha atención sus planteamientos.
El gobierno de Piñera se solía quejar de la relación que tenía con la oposición, a la que calificó de obstruccionista. ¿Cuál es su balance respecto de la actual oposición?
Tengo la impresión de que es posible tener un diálogo, un diálogo de buena fe y buscando el beneficio para los chilenos con esta oposición. Y lo digo porque han estado acompañando estas dos semanas la discusión del primer presupuesto del Presidente Boric. Y observo un ánimo, una conducta que en definitiva va avanzando en los temas que le interesan a todas las personas. He visto un ánimo colaborativo y no obstruccionista en esta oposición. He visto un ánimo muy colaborativo en La Araucanía, y creo que se está desarrollando un diálogo de buena forma tanto con la tributaria como con la reforma de pensiones. Hemos aprobado entre tanto la Ley de robo de madera, hemos tenido la discusión del salario mínimo, y la semana pasada se aprobó el posnatal de emergencia. Es decir, van pasando muchas cosas positivas que nos llevan a pensar que estamos frente a una oposición que, naturalmente, hace su punto; no digo con esto que sea todo fácil y sea sencillo, sino que apunto a que realizan su tarea como oposición que son, pero no con un ánimo de obstrucción.
Usted está en La Araucanía, casi de regreso a Santiago. El Presidente habló por primera vez de actos de carácter terrorista en la zona. ¿Comparte el concepto?
Respecto de los dichos del Presidente, en cuanto a que en la Macrozona Sur y en este caso en esta región en concreto se producen actos de carácter terrorista, lo comparto un cien por ciento. Hay acciones que no pueden calificarse de otra manera porque no son delitos comunes que tengan por objeto una apropiación para generar un rédito. O bien teniéndolo, además generan conductas que son verdaderamente inexplicables desde la lógica penal normal. Lo digo porque en el caso del molino Grollmus, creo que no tiene otro nombre tomar a una persona de 80 años como escudo humano, tirarla al suelo y una vez que está en el suelo, sin armas, sin ni siquiera una piedra, balearle una pierna, la cual en definitiva resulta amputada. En verdad me parece que es un acto de una vileza increíble, y que creo que sólo se puede calificar como un acto de carácter terrorista. Entonces sí lo comparto. Creo que son conductas que deben ser perseguidas criminalmente, y que deben ser separadas totalmente, con toda nitidez, de las comunidades mapuche con las cuales nosotros estamos teniendo diálogo. En el Plan de Buen Vivir llevamos 165 diálogos con igual número de comunidades.
Se anunció la creación de la Comisión de Paz y Entendimiento, en la que le va a tocar tener un rol clave...
El Presidente ha tomado la decisión de crear una comisión, que la ha calificado como de Estado, en el sentido de que no se trata de que sea la comisión de un gobierno porque parte del tema que nos ha acompañado como un déficit en el tema de nuestra relación con el pueblo mapuche, es que cada gobierno empieza de nuevo una nueva historia de la relación con el pueblo mapuche. Esta tiene que ser una situación donde el Estado se comprometa en un corto, mediano y largo plazo, de manera que exista un seguimiento entre las líneas de trabajo que se vayan realizando con el pueblo mapuche. Y una de esas líneas de trabajo es la restitución de tierras. Así el Presidente decidió crear esta comisión que va a tener como tarea la determinación de la demanda mapuche de tierras, y determinar, dijo él, el qué, el cómo y el cuándo de esa restitución.
¿Está claro quiénes serán convocados? ¿Los grupos que participaron en hechos de violencia van a participar?
No, esta Comisión de Estado que se va a conformar en el mes de marzo, el Presidente nos ha señalado que tiene ciertas definiciones que son generales, pero que son clave. Tiene que tener una conformación que dé garantías tanto al Estado chileno como al pueblo mapuche. Y desde ese punto de vista, la conformación tiene que ser con personas que tengan proximidad respecto del conflicto propiamente tal o que tengan cierta expertise que facilite el análisis de las circunstancias y que permitan contestar a la pregunta qué, cómo y cuándo. Sus miembros no deben ser objeto de cuestionamiento.
Hay expertos que señalan que mientras no se sienten todos a la mesa -ejemplo clásico es el de las FARC, los acuerdo de paz en Colombia- incluidos aquellos que han propiciado la violencia, estos diálogos suelen no tener éxito...
El punto es que nosotros hicimos una definición. Nosotros vamos a dialogar, por supuesto, con el pueblo mapuche, pero con aquel pueblo mapuche que quiera dialogar con nosotros, en primer término y en segundo término, que quiera la paz.
¿El gobierno se plantea la posibilidad de la reforma a la ley antiterrorista con el objetivo de mejorar su eficacia?
Nuestro gobierno estima que existen instrumentos jurídicos hoy día vigentes, que en forma expedita y en forma eficaz castigan las conductas que constituyen delitos que pueden estar asociados a actos terroristas. Ahora bien, debo decirle que lo más importante hoy día de avanzar con rapidez en materia de seguridad y coincidimos completamente con los parlamentarios que nos lo han planteado es: por una parte el Ministerio de Seguridad, la Ley de Inteligencia, la Ley de Reforma a la Policías... estamos enfocados en esa línea.
¿Cuál es la posición del gobierno respecto de la discusión constitucional? ¿Usted es de las que creen que terminó el momento constituyente?
No, no comparto para nada esa premisa. Lo que vivimos como proceso constitucional a partir del 15 de noviembre de 2019 en adelante no constituye un momento, sino que fija una circunstancia política que evidencia que nuestra forma de entendernos, de acuerdo a un marco general fundamental, no encaja con los márgenes que tiene la Constitución de 1980, no obstante que tuvo reformas el año 2005. Creemos que esta circunstancia política no ha variado y adicionalmente tenemos algo que nos hace pensar en que este proceso va a ver la luz y vamos a tener una nueva Constitución: por una parte, los partidos que conforman el oficialismo aspiran a que nuestro país pueda tener una nueva Constitución y, por otro lado, la derecha nos insistió durante la campaña del Apruebo y el Rechazo que querían una nueva Constitución. Y nos dijeron que iban a cumplir su compromiso. Hoy no tengo elemento alguno que me permita señalar que no van a cumplir su compromiso. Hay que tener paciencia, pero la nueva Constitución tiene que ver la luz.
¿Las expectativas del gobierno son las mismas del inicio del proceso, una convención 100% electa, con las características del proceso constitucional que tuvimos anteriormente o eso ha cambiado en función de las conversaciones?
Nosotros no vamos a emitir opinión sobre las resoluciones que vaya tomando la Convención. Acompañamos el proceso porque nos interesa, no somos indiferentes. Queremos una nueva Constitución, pero no nos vamos a pronunciar sobre la fórmula, etc. Se establecieron ciertos bordes y nosotros vamos tomando como un avance todo aquello en lo que se va logrando en un acuerdo.
Se entiende que el gobierno es observante de las negociaciones sobre el proceso constitucional y que éste está en manos de los partidos. ¿Lo que resulte de esas conversaciones, porque no sabemos qué va a resultar, siempre va a contar con el respaldo del gobierno?
Exactamente. Para nosotros es muy importante que el resultado de este proceso que han liderado el presidente del Senado y el presidente de la Cámara de Diputados convoque el acuerdo de todos aquellos que estuvieron trabajando en crearlo. En concreto, que cuente con el apoyo de la fuerza y que, naturalmente, la fuerza de gobierno esté comprometida en ese esfuerzo.
Para que quede claro. Si las fuerzas políticas acuerdan un órgano que no sea una convención 100% electa, ¿al gobierno le va a parecer bien en el entendido en que sea un acuerdo mayoritario de las fuerzas presentes?
Sí, lo contesto de la siguiente manera. Al gobierno le va a parecer bien que las fuerzas políticas lleguen a un acuerdo que permita y habilite la realización del proceso constituyente, que nos lleve, en definitiva, a tener una nueva Constitución para Chile.
Es como decir “todos los caminos llevan a Roma”, ministra. ¿Da lo mismo el camino, entonces, mientras se encamine a una nueva Constitución?
Lo que quiero decir es que si las fuerzas políticas en medio de su conversación política toman decisiones que habiliten el proceso constituyente, nosotros como gobierno que hemos estado acompañando este proceso, seguiremos acompañando el proceso hasta su total conclusión.
Ahí hay un cambio de opinión porque el Presidente había manifestado que un proceso constituyente replicaría al anterior...
El gobierno ha dicho que va a acompañar este proceso y lo que esperamos es que las fuerzas políticas logren llegar a un acuerdo que habilite un proceso constituyente. Y eso significa que nosotros, que no somos aquellos que estamos negociando, lo que queremos es que lleguen a ese acuerdo y habiliten el proceso. Eso no contradice en nada lo que se ha dicho porque hasta este minuto no sabemos cuál es el resultado de la negociación. Esto es muy importante, dado que la fuerza que toma las decisiones son los representantes de los partidos políticos que conforman nuestras dos coaliciones y cuando esos representantes lleguen a un acuerdo, nosotros naturalmente acompañaremos ese proceso porque no somos nosotros, el gobierno, los llamados a decidir, son los partidos políticos.
Se entiende, ministra. Se puede acordar A o B y el gobierno lo va a respaldar en la medida en que habilite un proceso constituyente que lleve a una nueva Constitución. ¿Eso es lo que se entiende de sus palabras?
Así es.
Usted acompaña a este gobierno desde mayo, primero como jefa de gabinete en el Ministerio de Interior. ¿Ha visto un cambio de actitud en la coalición Apruebo Dignidad tras la derrota del 4S?
Llegué a poco tiempo de haberse iniciado el gobierno y lo he dicho en público y en privado, en verdad he tenido muchísima fortuna porque fui muy acogida por las personas de Apruebo Dignidad. Durante todo este tiempo he podido desarrollar una relación cordial, cercana, de complicidad y de mucho acompañamiento en el gobierno. Y creo que todos en un proceso político que es tan dinámico hemos ido asumiendo los distintos momentos políticos por lo que hemos ido atravesando.
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