El miércoles 7 a primera hora, la recién nombrada ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte (PS), recibió el llamado de felicitaciones de la expresidenta Michelle Bachelet. Mano derecha de la exjefa de Estado, Uriarte forma parte del recambio para un segundo tiempo del Presidente Gabriel Boric, marcado por el ingreso de figuras con experiencia en gobiernos anteriores y militantes del Socialismo Democrático.

Fue recibida de manera muy cálida en su primera visita formal al Congreso…

Fue una alegría tremenda, me siento tremendamente honrada y siento que fueron extraordinariamente generosos en la acogida que me dieron el primer día. Un buen punto de partida.

Se dijo que la mitad estaba muy contenta de tenerla y la otra mitad estaba más contenta con que su antecesor, Giorgio Jackson, se fuera...

Me quedo con la acogida afectuosa, muy respetuosa y cariñosa. Y respecto de mi antecesor, quisiera decirle que le tengo un tremendo cariño y respeto. Tiene un gran liderazgo y no voy a ser yo quien califique cómo habrá sido su relación con el Congreso.

Usted ya marcó algunas diferencias con Jackson. Empezó a llamar a varios parlamentarios que, incluso, no tenían mucha comunicación con el Ejecutivo.

Entiendo que parte del encargo que tengo por parte del Presidente es conducir las relaciones del Ejecutivo con el Legislativo. Tengo la obligación, y quiero hacerlo, de forjar un diálogo fluido, amable, respetuoso, con todos y cada uno de los diputados, diputadas, senadores y senadoras.

¿Notó que había un clima, quizás, en el que era necesario limar asperezas?

No diría que se trate de limar asperezas. Los parlamentarios me plantearon diversas visiones respecto del Ejecutivo, lo que esperan, y a todos les fui diciendo que estamos totalmente disponibles para escuchar y actuar.

¿Cuándo se enteró que era ministra? La leyenda cuenta que ese día martes terminaban sus labores y que, por lo tanto, partía a nuevos rumbos fuera de La Moneda.

Me enteré que iba a ser ministra ese día martes. Lo digo así porque hasta ese día muchos ministros y ministras no conocían cuál iba a ser el curso de los acontecimientos. Así, tras la llamada del Presidente, y habiéndome él pedido que lo acompañara en este lindo desafío, aquí estamos.

Se criticó la improvisación, a propósito de la caída de la Subsecretaría del Interior y que Manuel Monsalve, quien se suponía iba a estar en esta oficina, volvió a su espacio inicial. ¿Hubo algo de ello?

He participado en otros gobiernos y he seguido la historia política por lo menos de los últimos años y creo que los cambios de gabinete siempre son complicados, con incidentes y acontecimientos de última hora. No es la primera vez que ocurren. Por lo tanto, no me parece que sea una situación que deba llamar a asombro.

Independiente de eso, quedó un saldo de sabor amargo -dijo el senador Daniel Núñez (PC)-, particularmente en el PC y también hubo ruidos en el PS, que esperaban que Monsalve llegara a ser ministro.

Lo primero que quisiera señalar es que el PC se ha comportado con el Presidente y con nuestro gobierno de forma impecable. En consecuencia, si hubo algún tipo de malestar, o situación incómoda, en verdad no pasó por mí, no la conocí.

¿En el PS no ve que pueda haber algún tipo de problema en la relación con algunos diputados? ¿Con el hoy presidente del Senado, Álvaro Elizalde, de quien fue disidente?

Para nada, el día miércoles estuve almorzando con la bancada completa y todos y cada uno de los diputados y diputadas fueron tremendamente cariñosos.

Pero el problema del gobierno parecen ser los senadores…

Después del almuerzo con los diputados, subí a tomar el café con los senadores. Estaba la bancada completa de senadores PS y todos fueron muy cariñosos. Y le quiero aclarar que yo voté por Álvaro Elizalde en las elecciones internas...

Él se va a sorprender de leer esto...

(Risas) No, él no se va sorprender. Él sabe perfectamente que si en algún momento se produjo alguna diferencia en torno a hechos puntuales, es un tema que está superado y hemos trabajado en este tiempo en forma perfectamente coordinada y amable en el tiempo que fui jefa de gabinete de la ministra Izkia Siches.

El cambio de gabinete fue consecuencia de una derrota electoral. ¿Le sorprendió la amplia ventaja del Rechazo?

Hubiese preferido mil veces que hubiera ganado mi opción. No esperaba la diferencia que se produjo. Pero lo que me deja tremendamente satisfecha y quisiera recalcar es que el proceso eleccionario, como siempre en Chile, fue impecable y que los sectores políticos estamos disponibles a reconocer el triunfo del otro, de forma respetuosa y aceptando que se pierde. A veces se pierde.

"Me enteré que iba a ser ministra ese día martes. Lo digo así porque hasta ese día muchos ministros y ministras no conocían cuál iba a ser el curso de los acontecimientos", dice la secretaria de Estado. Foto: Mario Téllez / La Tercera

¿No se suma a aquellas voces que dicen que la gente votó Rechazo porque estaba manipulada, engañada, porque creyó en fake news?

No me parece que sea un análisis riguroso establecer que haya una razón que explique y justifique el resultado del día domingo. Hay una multiplicidad de factores. Y las fake news operaron de una manera muy fuerte, pero creo que nunca podría sostenerse que son la razón del que se haya impuesto el Rechazo. Este era un proyecto de Constitución que tenía tantos temas. Las personas apoyaban algunos temas y no apoyaban otros temas. ¿Quién hoy no está de acuerdo que Chile sea un Estado social y democrático de derecho? Pero hay otras partes del texto que probablemente estuvieron en el corazón del Rechazo de algunas personas.

¿Cuánto hay de voto de castigo al gobierno?

Carezco de un antecedente que me dé un dato preciso en torno a cuántos de aquellos chilenos y chilenas que fueron a votar, y extranjeros residentes, votaron Rechazo como una manera de manifestar una distancia con el gobierno. Pero creo que hay temas del texto que deben ser asumidos para un buen análisis por parte del progresismo chileno.

Si el gobierno no asume que había un castigo al gobierno, ¿cómo se explica el cambio de gabinete?

El cambio de gabinete que se iba a producir después del plebiscito era un tema que se venía trabajando por lo menos dos meses antes, desde julio, diría yo. Ahora bien, conociendo los resultados del plebiscito, evidentemente hay un proceso por parte del Presidente de la República de reflexión y análisis.

¿Usted no lee lo del plebiscito como una derrota para este gobierno?

A este gobierno le asigno el haberse sometido a un proceso electoral cuando fue elegido el Presidente Boric. Esa es la elección popular respecto del gobierno. Y respecto de esa elección, sabemos cuánto fueron los porcentajes con los cuales ganó el Presidente Boric, cuánto porcentaje obtuvo de votación José Antonio Kast. Y el proceso plebiscitario es un proceso que va en otro carril, independientemente -y en esto por supuesto que no pretendo hacer una vuelta ni un giro en ninguna parte-, no obstante que cada uno de las personas que componemos este gobierno tiene una opción política y tuvo una opción en el reciente plebiscito. Pero eso es un carril completamente separado del gobierno. No asocio en forma lineal y directa el resultado del plebiscito con el del gobierno.

Llama la atención que no asuman que lo del domingo fue una derrota para el gobierno, dado que varios ministros anunciaron su voto con la opción Apruebo, uno de ellos amarró el proceso al cumplimiento del programa, y al Presidente se le acusó -injustamente dirá usted- de ser jefe de campaña de esa opción...

El día domingo desde luego es un día que, para quienes estábamos por la opción del Apruebo, el resultado naturalmente es adverso. Y en ese sentido es un resultado que uno hubiera esperado que hubiera sido de una forma distinta. Y por eso hay un ánimo que no es festivo a la hora de recibir un resultado adverso. Pero, luego de eso, hacer una total simbiosis entre el proceso plebiscitario y el gobierno, creo que no estoy en condiciones de hacerlo, y no me puedo hacer cargo de lo que otros hayan dicho respecto de eso, porque lo que veo y lo que tengo que hacer, y lo que todos tenemos que hacer, es seguir trabajando para cumplir nuestro programa, para poder hacer carne el compromiso que hicimos a la hora del término del gobierno. Tenemos que rendir una cuenta, y en eso tenemos que seguir trabajando.

¿No cree que habría sido distinto el cambio de gabinete en caso de ganar la opción Apruebo... Porque hay un cambio de tesis política y de hegemonía. ¿Los arrendatarios pasaron a ser los anfitriones?

Hay una sola persona en este país que lo puede contestar con certeza y es el Presidente de la República.

Usted asume que ingresa una generación política distinta a la que había en La Moneda...

Quisiera partir destacando un hecho. Y es que mi partido, el Partido Socialista de Chile, desde el momento en que el Presidente Boric es elegido Presidente de la República, señaló que iba a apoyar totalmente a este gobierno. Y hubo un primer gabinete donde la presencia del socialismo estuvo representado por el ministro Mario Marcel, que por cierto también es de otra generación. Es un hombre joven, pero no tan joven (risas), como el resto del comité político que teníamos hasta antes del cambio de gabinete. Y hoy día el que ingrese el Partido Socialista y el PPD, representado por la ministra Tohá, se traduce claramente en que la discusión política integra una mirada, una visión, que naturalmente tiene incorporada una experiencia política. Experiencia en qué sentido. Tanto Carolina Tohá como yo hemos vivido en esta misma casa, el Palacio de La Moneda, distintas experiencias en otros gobiernos. Carolina, además, ha tenido otro desarrollo, por ejemplo, la alcaldía de Santiago. Y eso implica que estamos en condiciones de aportar aquello que hemos vivido. Las vivencias importan, las vivencias tienen un valor y las vivencias dejan enseñanza.

Como usted lo plantea, uno podría entender que faltaba experiencia.

Tal como lo planteo, había un hombre como Mario Marcel quien tiene una gran experiencia y estaba en el gabinete. Y esto viene a reforzar esa experiencia con otras personas experimentadas, con Carolina Tohá hemos venido a poner a disposición del gobierno nuestro aprendizaje. Es lo que uno podría denominar como más horas de vuelo. No es más que eso.

Todo esto se asemeja al cambio que hubo en el gobierno de la Presidenta Bachelet, en 2015, con “el realismo sin renuncia”.

No es adecuado traer a este gobierno una experiencia que correspondió a otro gobierno, en otro contexto. Son momentos totalmente distintos, cruzados por sucesos políticos de diverso tipo. Así que creo que no son comparables.

Lo que pasa es que en 2015, algunos que eran parte de la Nueva Mayoría, entendieron que el realismo sin renuncia era una moderación del programa de gobierno de la Presidenta Bachelet. Y hoy hay grupos que ven una amenaza, un riesgo de moderación del programa del Presidente Boric...

No veo amenaza de un cambio, de un giro, de un cambio de timón o de claudicar respecto del carácter transformador de este gobierno.

Con esto quiere decir que no se están reacomodando prioridades, que llegó el momento de sincerar qué cosas no se van a poder hacer...

La reforma tributaria es una reforma que tiene un propósito y ese propósito es mayor justicia tributaria para enfrentar la tremenda desigualdad de Chile. Y creo que los sectores de oposición comparten el análisis respecto de que deben hacerse mejoras concretas en la calidad de vida de la persona y eso implica gasto permanente, que debe ser financiado con un ingreso permanente por la vía tributaria.

Usted parece tener una aproximación distinta, pero una parte del Socialismo Democrático ha resentido la crítica severa que el Frente Amplio había hecho antes respecto de los gobiernos anteriores. Incluso enarbolando una supuesta superioridad moral.

Creo que hay una realidad que es innegable, y es que cuando uno no conoce, no ha tenido relación, no se ha vinculado con otra persona, con otro grupo de personas o con un partido político, hay una distancia que solo se puede salvar conociendo a esa persona, a ese grupo o ese partido. Y esa es la situación que creo acompaña a muchos, a muchas personas de mi generación que forman parte del progresismo que no han tenido, simplemente, la oportunidad de conocer a los militantes de Revolución Democrática, de Convergencia, etc. Y creo que al Frente Amplio le pasa exactamente lo mismo respecto de mi generación. Esa falta de encuentro ha generado -en algunos- una distancia, pero quisiera decirle que nosotros, como socialistas y todo el Socialismo Democrático, desde el primer momento dijimos que nos poníamos a disposición del gobierno y sin condiciones. Y lo hicimos porque creemos que esta generación que está gobernando es una generación que ha avanzado. Creo que hay que reconocer el mérito que han tenido en lograr ir formándose y estar hoy día en el lugar en que están.

¿No hay una suerte de reivindicación política a quienes cumplieron labores de gobierno antes, que fueron maltratados por la gente del Frente Amplio, que cuestionaron muchas de sus decisiones?

Debo decirle que respeto mucho la crítica. Nunca recibir crítica es agradable, pero invita siempre a revisar lo que uno ha hecho. Y cuando se es joven, particularmente, no mirar la vida y los procesos con ojos críticos es, como decía el Presidente Allende, prácticamente antinatural. Así que no me provoca un espanto ni un resentimiento. Y si mi generación hoy día está apoyando a este gobierno no es que nos estemos reivindicando ni de comportamientos anteriores, ni logrando establecer una ventaja ni nada de eso. Simplemente nos acompaña el ánimo transformador que hemos demostrado haber vivido y haber trabajado desde que estábamos recuperando la democracia.

La ministra Tohá se vio envuelta en temas de financiamiento irregular de la política, usted en el caso Caval, que implicaba acusaciones de tráfico de influencias. ¿Nunca le generó ruido, nunca le generó algún tipo de distancia con esa generación respecto de las críticas de situaciones que ustedes vivieron?

Creo que cuando hay un cuestionamiento general a la política, como era aquel que existía en el año 2015, me habría parecido muy extraño que jóvenes que estaban empezando o ya habían recientemente empezado su vida política no hubieran tenido una mirada crítica como era la que existía en ese momento respecto del mundo político que, digámoslo, cruzó transversalmente a todo el espectro político.

¿Cómo se explica que personeros que fueron parte de los grupos criticados en esos casos ahora ocupen las principales plaza del gobierno?

Hoy día lo que lo que yo advierto, y vivo, y experimento, es que hay una acogida a personas como Carolina Tohá o como yo, que venimos de gobiernos anteriores y que el Presidente ha estimado del caso integrarnos a la gestión política del gobierno en la primera línea, como es ser ministro de un gobierno, porque creo que analizando nuestros antecedentes debe haber estimado que reuníamos ciertas características que nos hacían constituir de alguna manera un aporte a este proceso.

Usted lo pone como al revés: fueron acogidas. Hay gente de su mundo, del socialismo democrático, que ve que ustedes vienen a hacer un salvataje.

No, creo que nunca me ha parecido que uno deba asumir los temas o los análisis desde una perspectiva que excluye otra. Pretendo aportar. Quisiera que ese fuera el valor de mi estadía en este gobierno, es decir, el poder traer aquello que he aprendido, aquello que he transitado en mi vida.

Vamos al proceso constituyente, porque usted es la representante del Ejecutivo en esas negociaciones. ¿Cuál va a ser en específico su rol?

Fíjese que el mismo día que fui nombrada ministra, el día martes 6, participé en la primera conversación que sostuvo el Presidente de la República con todos los presidentes y presidentas de los partidos políticos. El gobierno está acompañando este proceso, estamos presentes, plenamente a disposición, para aportar desde informes técnicos a personas. Tenemos abogados extraordinarios. No somos prescindentes, estamos ahí, pero, naturalmente, la negociación política está en manos de las fuerzas políticas.

¿Pero eso no es contradictorio frente a los llamados que hacían desde la UDI, Javier Macaya, al Partido Socialista, de que el Presidente Boric liderara el proceso? Acompañar es distinto que liderar.

Por supuesto. El día 5, el Presidente Boric se reunió con el presidente de la Cámara y con el presidente del Senado. Y en esa conversación claramente se analizaron las características de este momento. En consecuencia, es mucho más eficiente y eficaz que estén liderando estas conversaciones el presidente de la Cámara y el presidente del Senado y donde están todas la fuerzas políticas. Porque va a ser ese lugar, el Congreso Nacional, donde vamos a necesitar el acuerdo.

"El gobierno está acompañando este proceso, estamos presentes, plenamente a disposición, para aportar desde informes técnicos a personas. Tenemos abogados extraordinarios. No somos prescindentes, estamos ahí, pero, naturalmente, la negociación política está en manos de las fuerzas políticas", acota Uriarte. Foto: Mario Téllez: La Tercera.

¿Eso significa, ministra, que, por ejemplo, ustedes no se van a pronunciar respecto de cómo va a ser la nueva Convención?

La opinión del gobierno respecto de esos aspectos es conocida. El tema de la paridad, el tema de escaños reservados en una proporción, que ignoro cuál será, el tema de hoja en blanco, que es distinto a partir de cero. Una hoja en blanco significa que podemos escribir tomando como referente el mismo proyecto de la Presidenta Bachelet, la propuesta de los encuentros locales autoconvocados, la propia Constitución rechazada.

¿Y constituyentes 100% elegidos como planteó el Presidente?

Nosotros mantenemos esa opinión que, insisto, no es que la estemos dando en el marco de esta negociación.

Lo que pasa es que ya hay senadores de RN que piden una comisión de expertos y se entiende también que sean designados por el Congreso...

Bueno, en nuestra visión de gobierno manifestada, insisto, desde hace mucho tiempo, una mayor y mejor democracia siempre incluye la opinión ciudadana manifestada libre y secretamente en las urnas. Si a ese proceso se le acompaña o no un comité de expertos, asesores expertos o como se quiera llamar, eso ya formará parte de...

¿Y una elección de convencionales no es riesgoso para el gobierno, ya que por la experiencia electoral de los últimos años, donde generalmente la gente está castigando al gobierno de turno, eso puede traducirse en revés electoral?

Bueno, todos los que pretendemos ser consistentemente demócratas tenemos que jugar siempre a la democracia, y eso significa que tenemos que ir a elecciones de todas maneras.

Ministra, ¿y sobre los tiempos? La ministra del Interior habló de que al gobierno le gustaría tener una nueva Constitución antes de la conmemoración, el próximo año, de los 50 años del Golpe.

Sí, bueno, la ministra del Interior manifestó esa aspiración y concordamos con esa aspiración. Efectivamente, está en el seno del gobierno y ojalá pudiera concretarse.