Martín Pradenas (28) salió sin ropa de una cabaña que había arrendado con ocho amigos en Pucón, tapándose solo con un cojín. Eran cerca de las 9.00 del 18 de septiembre de 2019 y, minutos antes, una pareja de amigos de Antonia Barra (20) había llegado a buscar a la joven a ese mismo lugar. Iban preocupados, luego de que Antonia los llamara y, con voz alterada, les dijera que no daba más. “Toy violada”, fue lo último que les escribió a través de WhatsApp.

Cuando llegaron, salió llorando de esa cabaña. Antonia se veía destruida. Decía que se sentía sucia y que se quería duchar. En el trayecto de vuelta, la estudiante de Ingeniería Comercial siguió llorando, mientras vestía un polerón verde de Pradenas. Apenas pudo, se lo sacó y lo botaron. Antonia les pidió que nunca más volvieran a hablar del tema.

Este relato fue entregado a la Fiscalía de Temuco por uno de los presentes en la escena y es parte de la investigación que el Ministerio Público desarrolla contra Pradenas por presunta violación. Esto, luego de que el 13 de octubre, casi tres semanas después de ese episodio, Antonia decidiera quitarse la vida. Su caso ha movilizado a Temuco y su familia creó la campaña “Justicia para Antonia”.

La experiencia vivida por la estudiante fue también un llamado para otras personas que habían pasado por situaciones similares y en que se repite el nombre de Martín Pradenas. Así, a dos días del suicidio, una joven denunció ante la policía que a los 13 años -entre diciembre de 2012 y enero de 2013- fue abusada por esta misma persona. Poco después llegó otra acusación, y hoy la fiscalía suma seis casos contra Pradenas. Esto, sin contar lo que ocurrió con Antonia. La Tercera accedió a estas declaraciones, en que las presuntas víctimas relatan cómo habrían sido abusadas o violadas por el mismo agresor. El 21 de julio será formalizado por cinco de esos casos, incluido el de la estudiante. Además, hay otros dos casos en que aún la fiscalía no decide si va a formalizar.

La mayoría de las personas que llegó a la PDI declaró que se motivó luego de conocer lo que pasó con Antonia Barra. Ninguna se conocía entre sí.

La compañera

Los primeros hechos que imputa la fiscalía y que se encuentran en investigación se remontan a noviembre de 2010. Se trata de una joven que en esa época -según declaró a la PDI- estudiaba en el Liceo Camilo Henríquez de Temuco, donde era compañera de colegio de Pradenas. Coincidían en los ramos humanistas.

Un día, Pradenas faltó a clases. Ella le había prestado unas guías y cuando se las pidió de vuelta, su compañero le dijo que fuera a buscarlas a su casa, ya que eran vecinos.

Esa jornada -indica el testimonio- llegó hasta la residencia y esperó al joven en el living. Pradenas la hizo esperar, luego la llamó desde una de las habitaciones y cuando la presunta víctima entró, fue atacada. Justo en ese momento la mamá de Pradenas lo llamó y le dijo que iba en camino. “Había que hacerla corta”, fue la reacción del imputado tras colgar. En ese momento, la niña huyó.

13 años

El segundo hecho que le imputa la fiscalía también es un presunto abuso sexual. La víctima tras esta denuncia es una mujer que en ese momento -entre diciembre de 2012 y enero de 2013- tenía 13 años. Declaró que fue con una amiga a la casa de Pradenas, quien tenía 20 años.

La joven relató a la policía que preguntó dónde estaba el baño y el imputado le indicó que la llevaría. Este la guió a una pieza, momento en que la empujó a una cama y se le tiró encima. Luego, aseguró, le empezó a dar besos en la boca. Señaló que no sabía cómo pararlo, porque nunca había pasado por algo así. La agresión continuó hasta que logró librarse, bajó las escaleras llorando y le pidió a su amiga que se fueran.

La fiesta

El tercer delito al que apunta el Ministerio Público es un abuso sexual que se habría registrado en abril de 2014. La denunciante declaró que estaba durmiendo tras una fiesta y que en esas circunstancias Pradenas la habría abusado. Lloró por días y solo fue capaz de contar a una amiga lo que había pasado.

Violación

El 23 de noviembre de 2018 ocurrió el hecho por el cual la fiscalía formalizará a Pradenas por violación. El testimonio que sustenta estos cargos fue entregado a la PDI el 17 de octubre de 2019. Según la joven, todo ocurrió en un cumpleaños. Sostuvo que esa noche tomó varias piscolas, pero nunca antes le había pasado que no se acordara de nada.

Al otro día amaneció adolorida, con un moretón en la muñeca y rasguños en la espalda. Luego, una amiga le dijo que en la noche había sido descubierta por la dueña de casa teniendo relaciones sexuales con Pradenas dentro de una bodega. Le contó todo esto a su madre, quien le contestó que tenía que tener cuidado con el trago. Pidió ir a un hospital para tomar la “pastilla del día después”, ocasión en que una matrona le consultó si había tenido relaciones consentidas, a lo que la joven le preguntó cuándo se consideraba violación. La matrona le dijo que dependía de su criterio. Declaró que no quiso hacer la denuncia, porque pensaba que era su culpa.

Pradenas habría tomado fotografías del episodio y compartido con un grupo de amigos a través de WhatsApp.

Antonia

Según un informe de la PDI, Pradenas tenía un modus operandi: aprovechaba elementos situacionales con proximidad física en espacios recreativos y sociales. Además, el documento apunta a que tiene rasgos de personalidad en la línea de la sicopatía, como egocentrismo y baja empatía.

En el caso de Antonia, la noche del 17 de septiembre llegó a una discotheque en Pucón junto a sus amigos. De acuerdo a la declaración de testigos y otras pruebas, ahí Pradenas la abordó, luego fueron al estacionamiento de un supermercado y después, cerca de las 7.00, con ella caminando con dificultad (como está registrado en cámaras de seguridad), llegaron a la cabaña.

Horas después, cuando la pareja de amigos de Antonia llegó a socorrerla, ella entró a la habitación y vio que estaba llena de hombres, con quienes Pradenas arrendó ese lugar. Ninguno de ellos declaró haber escuchado nada extraño esa madrugada.

Después del “pacto de silencio” que pidió Antonia a sus amigos, su padre, Alejandro Barra, cuenta que nunca vio nada extraño en su hija.

Todo seguía aparentemente normal para la familia, hasta que la noche del 12 de octubre Antonia recibió la llamada telefónica de un expololo, con el que había terminado su relación en agosto. Según antecedentes del caso, el hombre le preguntó qué había pasado en Fiestas Patrias en Pucón y Antonia le contestó que Pradenas la había violado. La conversación fue grabada por su expololo, sin el consentimiento de ella. Luego, le entregó el registro a la familia y esta última hizo llegar la grabación a la fiscalía. Según el padre de la joven, tras la llamada de la expareja, Martín Pradenas llamó a Antonia y la amenazó. Al día siguiente, el 13 de octubre, la joven se quitó la vida.

“Al revisar su celular esa tarde, cuando llegué (a la casa), me di cuenta de una conversación por WhatsApp con su ex, en la cual ella le decía que él no se imaginaba lo que le había sucedido. Esa misma noche del domingo 13 de octubre llegaron a nuestra casa los amigos que estuvieron con ella el 18 de septiembre y nos contaron todo”, explicó su padre.

Martín

Martín Pradenas declaró el 14 de noviembre y el 21 de enero ante el fiscal Miguel Ángel Rojas: nunca reconoció haber cometido delito.

Sobre su excompañera de colegio que lo denunció por abuso en 2010, Pradenas dice que no recuerda que ella haya ido a su casa y que el testimonio es falso, porque en su hogar siempre estaban su mamá y sus hermanos.

En relación a la denuncia por abuso en 2013, indicó que eso no pasó, que nunca hubo un acercamiento amoroso.

Sobre la violación que se le imputa de noviembre de 2018, declaró no recordar a la persona que lo denunció.

En cuanto al caso de Antonia, dijo al fiscal que la llamó el 12 de octubre (un día antes de su muerte) porque supo que se había divulgado que él había violado a la joven. De acuerdo a Pradenas, ella le contestó que no se acordaba de nada y él le hizo una reconstitución de escena, que solo se dieron besos y “agarraron”.

Su padre, Iván Pradenas, acusa a la familia de Antonia de injuriarlos e incitar el odio: “Se trata de un procedimiento judicial que se resolverá con las pruebas y la decisión de jueces. Como familia podemos entender el dolor de la pérdida de un hijo, pero de allí atribuírsela a un ataque sexual, hay mucha distancia”. Para el padre, la situación ha generado “una condena anticipada, ya que se muestra únicamente lo que se quiere mostrar, como una alegoría de una víctima y no como una joven que tomó sus propias determinaciones”.

Gaspar Calderón, abogado del imputado: “Lo quieren hacer parecer como un violador en serie"

Martín Pradenas será formalizado por violación y/o abuso sexual. ¿Él reconoce los delitos?

Martín Pradenas descarta la comisión de los delitos. Sus declaraciones en la investigación son coherentes con las pruebas que desmienten los hechos que se relatan en las denuncias. Todas ellas, según lo declaran las mismas denunciantes, lo hacen porque desean ayudar a una amiga o respecto de quien tiene algún tipo de cercanía. Estas denuncias laterales han colaborado mucho en convertir el hecho en una causa mediática. No se configuran los presupuestos de los delitos o abusos sexuales de estas denunciantes, todo está dentro del contexto de un consumo excesivo de alcohol, de libertades y conductas asociadas a fiestas. El caso se construyó a ciegas, sobre la base de muchas circunstancias falsas que hoy están descartadas, como que se habría tratado de un individuo que embriagó y drogó a la víctima (…), que hubo amenazas.

¿Su representado conocía a Antonia Barra? ¿En qué contexto?

Antonia Barra y Martín Pradenas no eran desconocidos, formaban parte de un grupo indeterminado que se veía con frecuencia en discotecas y otras actividades, especialmente en la noche.

¿Y Pradenas conoció al resto de las denunciantes?

Sí se conocían con Martín Pradenas en distintos planos. Una de ellas era compañera de colegio y otra vecina de un amigo, pero todos se ubicaban dentro del marco de las fiestas. Este elemento es determinante para comprobar que (…) se hizo llamando a sumar probables víctimas, al que concurrieron únicamente amigas directas o indirectas de Antonia Barra y de su círculo. Se sitúa dentro de un esfuerzo y estrategia para hacer aparecer al acusado como un violador en serie.

¿Cuál es la situación de su representado?

Martín intenta seguir con su vida normal, trabajando en negocios familiares, cuenta con apoyo de su familia y amigos y está confiado en probar su inocencia. Él y su familia han sido víctimas de atentados directos, se grita su nombre en las calles y han puesto grafitis; una turba atacó el negocio de su hermano (...). Ha sido injuriado por los denunciantes.