Nunca la buscó, dice. Había escuchado versiones sobre Caterina, la madre de Leonardo Da Vinci, pero no le parecieron convincentes. Después de 500 años aún se sabía poco de ella. Especialista en el Renacimiento, Carlo Vecce decidió ocuparse de cosas más serias: los manuscritos, el tratado de pintura, la biblioteca del artista. ”Y así, ella se vengó”, afirma. Un día, casi por casualidad, encontró el acta de liberación de la esclava Caterina, escrita por el notario Piero Da Vinci, nada menos que el padre de Leonardo.
-No lo podía creer. Era un descubrimiento que ponía en crisis todos mis conocimientos sobre Leonardo y el Renacimiento. Un punto de crisis, o un “punto ciego”, como lo llama Javier Cercas, que me cambió profundamente. Desde ahí comenzó de nuevo mi investigación y de ahí nació el deseo de contar la vida de esta mujer extraordinaria, fuerte y valiente, pero completamente desconocida y olvidada por la historia -dice.
Académico en la Universidad de Nápoles, Carlo Vecce dedicó 10 años a investigar la vida de Caterina. Nacida en la antigua Circasia, en el Cáucaso, ella fue capturada y vendida como esclava. Fue llevada a Constantinopla, luego a Venecia y Florencia, donde conoció al notario Piero Da Vinci. Leonardo fue su hijo ilegítimo y nació el 15 de abril de 1452.
El hallazgo proyecta una luz nueva sobre el artista y su obra. Criado por sus abuelos en Vinci, Leonardo creció lejos de su padre, pero cerca de su madre, quien delineó la sensibilidad de sus primeros años. Basado en documentos inéditos, notas, cartas y una amplia bibliografía, Vecce escribió Caterina, novela biográfica que llegó a Chile con el sello Alfaguara. En abril pasado, además, publicó en Italia una nueva biografía del artista: Leonardo, la vita.
El biógrafo resalta la influencia de Caterina en la vida y en la visión del artista: reconoce a la madre en los suaves rostros de mujeres de Leonardo, delicados y luminosos, y sobre todo en la relación dulce, tierna y protectora de sus pinturas de la Madonna y el Niño. Cuenta también el reencuentro de Leonardo y su madre al final de su vida y el dolor que le provocó su muerte.
¿Qué implicancias tiene su hallazgo para la interpretación de la biografía de Leonardo?
Las consecuencias son enormes, pero sobre todo porque confirman los rasgos más importantes de la personalidad de Leonardo y de su obra: elementos que ya conocíamos, pero que no lográbamos explicar. Ahora, en cambio, podemos decir que se trata casi de una herencia genética, y que proviene de su madre. Pensemos en el espíritu de libertad, que era el ideal más alto del pueblo circasiano y el deseo más grande de Caterina cuando era esclava: la libertad domina, de hecho, toda la investigación científica e intelectual de Leonardo, que no se detiene ante ningún límite, siempre busca ir más allá, en sus descubrimientos e invenciones. Además, Leonardo no es solo italiano o europeo, sino que nace del cruce de mundos, culturas, lenguas diferentes. Es el hijo de una esclava extranjera. Es un verdadero hombre universal, que pertenece a toda la humanidad.
¿Cómo era el pueblo circasiano del que venía Caterina?
Caterina provenía de un mundo completamente diferente al altamente avanzado y civilizado del Renacimiento italiano. Los circasianos eran pueblos guerreros que habitaban desde hace milenios en las mesetas septentrionales del Cáucaso, en estrecho contacto con la naturaleza salvaje, aún inmersos en una visión mágica del mundo. Lamentablemente, Caterina fue arrancada de ese mundo fabuloso, reducida a la esclavitud, vendida y revendida en Constantinopla, Venecia, Florencia. Es un viaje extraordinario, del mito a la historia, de la naturaleza a la civilización; pero también es un viaje de increíble sufrimiento, porque ella es una esclava, un objeto, y ya no un ser humano. También para mí fue un descubrimiento impactante, porque no sabía que la esclavitud estaba tan extendida en el Mediterráneo y en la Italia del Renacimiento: un sistema inhumano que luego fue exportado a las Américas. En Italia, en particular, el mercado demandaba chicas y mujeres jóvenes, y las circasianas eran las más buscadas, por su proverbial belleza. ¿Cómo habrá hecho para resistir, sobrevivir, seguir adelante? Eso me preguntaba, con angustia, mientras me sumergía en su historia.
¿Cómo ocurrió su liberación?
La liberación fue concedida por su última dueña florentina, Monna Ginevra, pero el gran mediador fue justamente Piero, el padre del niño. Piero debe haber convencido a todos, a Ginevra, a su esposo Donato y al caballero que había alquilado a Caterina como nodriza. No era algo obvio. Piero podría no haber ayudado a Caterina. Su historia de amor, según la ley, era un crimen contra la propiedad privada, castigado con gran severidad. Y, sin embargo, Piero asumió sus responsabilidades, logró liberar a Caterina, encontrarle un esposo en Vinci y salvar al niño, que de otro modo habría terminado en un orfanato. Por cierto, el nombre que se le da al niño, Leonardo, en la cultura popular significaba “libertad”: San Leonardo era el santo que liberaba a los esclavos de las cadenas. ¡Curioso que nadie lo haya notado hasta ahora! Y, según mi opinión, el nombre Leonardo se lo dio precisamente Caterina.
¿Cómo pudo afectar a Leonardo la separación temprana de su madre?
Separado, pero no demasiado, porque el niño se queda en Vinci, con los abuelos, en la vieja casa del pueblo, a poca distancia de la casa en el campo donde ahora vive su madre junto con su nuevo marido, el campesino Antonio, llamado el Accattabriga. Creo que durante los primeros 10 años de su vida, Leonardo pudo frecuentar libremente la casa de su madre, jugar con las hermanitas recién nacidas y con los animales de la granja, y sobre todo vivir, libre y salvaje, en medio de los campos, inmerso en la naturaleza, que para él es la maestra más grande, la única escuela que frecuenta. La verdadera separación ocurre cuando el abuelo Antonio muere, y entonces el padre Piero se ve obligado a traer a la familia, junto con el niño, a Florencia, una ciudad desconocida y hostil. Este es el primer evento traumático en la vida de Leonardo.
¿Cómo influyó Caterina en la visión del mundo de Leonardo?
Según mi opinión, la influencia de Caterina fue fundamental. Debe haber sido, al principio, una relación muy fuerte desde el punto de vista físico y psíquico, un sentido de fusión total, que es lo que vemos en los cuadros donde Leonardo pinta a la Madonna con el Niño. En los primeros dos años, fue ella quien lo amamantó y lo destetó. Luego, en los años siguientes, le transmitió su amor por la libertad, por la naturaleza y por todas sus criaturas, y sobre todo por aquellas que simbolizan la fuerza, la belleza y la libertad: los caballos y las aves del cielo. Caterina no sabía ni leer ni escribir, no tenía ninguna cultura, y ni siquiera sabía hablar bien, pero probablemente se comunicaba muy bien con el cuerpo, con los ojos, con la sonrisa. Y también con el dibujo: había trabajado en Venecia en las más refinadas manufacturas textiles (como hoy Gucci o Prada). Creo que la primera educación de Leonardo en el dibujo, en la imaginación, en la forma visual, es otra herencia de su madre.
Leonardo era hijo ilegítimo. Desde una perspectiva optimista, esto lo liberó de ser un notario como su padre. Algunos historiadores han sugerido que en esa época no era una vergüenza ser hijo ilegítimo y que incluso autores como Petrarca y Boccaccio lo eran. ¿Qué significaba para Leonardo esta condición? ¿Cómo era la relación con su padre?
Ser hijo natural ciertamente no era una vergüenza, pero sí una gran limitación, especialmente en una ciudad como Florencia, donde la sociedad estaba dominada por un sistema cerrado de unas pocas grandes familias riquísimas y de corporaciones llamadas “artes”. Por eso, Leonardo nunca se sintió cómodo en Florencia. Además, nunca fue legitimado por su padre, por lo que nunca tuvo el derecho de llevar su apellido y de llamarse “Leonardo da Vinci”. Como ilegítimo, estaba excluido de la profesión notarial, y tampoco podía convertirse en mercader, ya que no había progresado en el estudio del ábaco y las letras. Por suerte, sabía dibujar divinamente. Su padre se dio cuenta de esto, entendió que el destino de su hijo era ese, y entonces lo confió a un gran amigo suyo, el artista Andrea del Verrocchio, quien se convirtió en un segundo padre para el joven. En realidad, las relaciones entre Piero y su hijo nunca fueron muy buenas. De hecho, para el notario, Leonardo siempre fue motivo de incomodidad, si no de vergüenza: el joven no lograba mucho como artista, no conseguía independizarse y tenía la mala fama de no completar las obras que le eran encargadas; además, estaba lleno de deudas, e incluso fue investigado en un proceso por sodomía. Sin embargo, los nuevos documentos que he encontrado demuestran que, a pesar de todo, Piero siempre trató de ayudar a su hijo, tal vez en secreto, para conseguirle nuevos encargos de obras de arte. En la práctica, detrás de todas las obras florentinas de Leonardo es posible hipotetizar una recomendación de Piero ante un convento, una familia noble o la misma Signoria.
La Anunciación, esa obra maestra en la Galería de los Uffizi, tiene un paisaje en el fondo que siempre ha asombrado a los especialistas: la gran montaña difuminada y la ciudad costera. Usted ofrece una explicación que remite a la historia de Caterina: podría ser Constantinopla. ¿Leonardo conocía la historia de su madre como esclava?
En mi opinión, Leonardo lo sabía todo. Era un chico despierto, y no podía dejar de preguntar a su madre: ¿Pero tú, de dónde vienes? ¿De qué mundo fantástico? ¿Por qué eres tan diferente de las otras mujeres del campo toscano, pequeñas y de piel oscura, por qué hablas de una manera tan extraña? Y ella, Caterina, comenzaba a contar...
Caterina “se limita a sonreír, de manera muy dulce y ambigua”, dice en el libro Antonio Da Vinci. Eventualmente, ¿podría ser que la sonrisa de la Gioconda -“la sonrisa leonardesca”- sea un recuerdo de la sonrisa de Caterina?
Sí, creo que Caterina sonreía justo así. La sonrisa es el primer acto comunicativo que un bebé percibe visualmente de su madre, después de las primeras percepciones pre y posnatales, que son el tacto, el olfato, el gusto y el oído. La vista llega en último lugar, y la sonrisa es la primera visión que tenemos de la persona más importante de nuestras vidas, nuestra mamá. Así que también aprendemos a sonreír, por imitación, de la sonrisa de nuestra madre. Como en una famosa canción italiana (“Lontano lontano”, de Tenco), la sonrisa de Caterina siempre regresará en la memoria de Leonardo, cada vez que la encuentre en los labios de otra mujer. Y quizás también era su propia manera de sonreír.
Ha encontrado notas de Leonardo sobre Caterina hacia el final de su vida. ¿Qué dicen estas notas?
Son notas extraordinarias, en las cuales Leonardo registra la llegada de Caterina a Milán en 1493. Él tenía más de 40 años y ella más de 60: había quedado viuda y sola, pero no tuvo miedo de emprender un viaje (quizás con un grupo de peregrinos) para reunirse con su hijo, ya famoso. La nota más impactante es la última: la lista de gastos para el funeral de Caterina, fallecida apenas un año después. Quizás fue el dolor más grande en toda la vida de Leonardo. Lo más increíble es que otro documento nos dice exactamente dónde fue enterrada: en la capilla de la iglesia de San Francesco Grande, en Milán, es decir, bajo el altar de la Virgen de las Rocas. Fue un gran acto de amor y justicia: Leonardo depositó el cuerpo de su madre, una humilde esclava, bajo el ícono de la Reina del Cielo.
El libro y especialmente la película El Código Da Vinci desataron una fiebre por Leonardo. ¿Qué efectos tuvo? ¿Fue beneficioso para el legado de Leonardo?
Inicialmente, El Código Da Vinci tuvo un efecto algo negativo, porque difundió en la cultura popular una serie de informaciones totalmente inventadas que no tenían nada que ver con Leonardo. Esto contribuyó a desarrollar aún más la imagen falsa y enigmática de un Leonardo esotérico y genio sobrehumano, especialmente difundida en la cultura anglosajona. Sin embargo, después de más de 20 años, hay que admitir que ese libro (y la película) ha contribuido enormemente a la difusión global del nombre de Leonardo y de sus obras más famosas. Se ha convertido en un ícono pop global.
Acaba de publicar en Italia una nueva biografía de Leonardo. ¿Qué imagen ofrece del artista?
Quizás el título mismo sea suficiente para presentar la nueva interpretación que surge de documentos inéditos y de la realidad histórica: Leonardo, la vita. Il ragazzo di Vinci, l’uomo universale, l’errante. Especialmente en los términos iniciales y finales: el niño y el errante. A lo largo de su vida, como decía Freud, Leonardo permaneció como un niño y toda su obra fue como un juego infinito; pero por eso mismo, su destino fue estar siempre en movimiento, nunca detenerse en todo el largo viaje de la vida. Quizás también como su madre, Caterina.