Columna de Paula Escobar: El candidato zoom-bi
Si cumple su última “promesa”, el candidato Franco Parisi llegará este mediodía a Chile, después de haber hecho toda su campaña desde Alabama, Estados Unidos. Así aseguró Luis Moreno, presidente de su Partido de la Gente, en el programa llamado Bad Boys (sic).
En las encuestas Parisi está cuarto, pero si esto fuera un reality show, va ganando por paliza. En una elección presidencial llena de episodios inéditos y de incertidumbre, Parisi ha traspasado todos los límites de lo que conocíamos como posible: lo que ha hecho es realmente un emprendimiento, de estilo agresivo, trumpianamente desfachatado. Una empresa montada sobre la base de vacíos en la legislación, que han permitido que una persona como él pueda ser candidato por Zoom y luego obtener suculentos ingresos vía devolución por votos.
Su ausencia no es un detalle: no solo no ha gastado suelas de zapatos en las calles, sino que tampoco se ha sometido a los debates presidenciales de rigor, que cada vez son más relevantes para tomar decisiones electorales. Al no ser contrastado, sino limitarse a monólogos en sus redes sociales, ha desplegado su narrativa sin contrapesos; sin preguntas de los periodistas ni interpelaciones de los demás candidatos. Y vaya que hay material para preguntarle: según reportó La Tercera esta semana, Parisi mantiene una querella por los presuntos delitos de estafa y lavado de activos en el 4º Juzgado de Garantía de Santiago. También debería prestar declaración por sus vínculos con el “edificio sin ley” de La Cisterna. Más grave aún, tiene una demanda por no pago de pensión alimenticia que presentó su expareja en favor de sus hijos menores. Como reveló Canal 13, la deuda sería de más de 200 millones de pesos. Por ello, Parisi tiene una orden de arraigo pendiente y habrá que ver si lo detienen o no en el aeropuerto cuando llegue: eso le agrega suspenso a su reality show. Quizás le dará aún mayor visibilidad -y viralidad- a su campaña. Al no exponerse al más mínimo escrutinio público, sino a repetir una sarta de lugares comunes contra “los políticos” y su falta de ética, ha hecho de su persona y su imagen ubicua -a través Zoom- su fortaleza, su caballo de batalla. Un zombi: está ausente en el mundo real -del cual, sin embargo, profita-, y solo está disponible en un mundo paralelo y virtual, que lo protege de toda fiscalización. Y si bien esto es inédito e impresentable para alguien que opta a la Primera Magistratura en Chile, hay algo mucho más grave y peligroso en su candidatura. En un país donde el 80% de quienes están demandados por pensiones alimenticias de sus hijos están morosos, Parisi es el “poster boy” de ese indignante fenómeno.
Una de las aristas más inesperadas de los retiros de fondos de AFP fue la de desnudar un secreto a voces, como es la recurrencia y masividad de las pensiones alimenticias impagas de estos “papás corazón” (muy mal llamados así, porque lo primero les queda grande y de lo segundo carecen). Las caras de esas mujeres haciendo fila, con esa dignidad y ese cansancio, sosteniendo solas la mantención de sus hijos, contrastan con la energía desatada de Parisi y su campaña. Es una burla frente ellas.
Y si bien esta situación de las AFP gatilló la ley de Registro Nacional de Deudores, con una batería de medidas destinadas a hacerlos pagar, que Parisi sea candidato pese a ser uno de ellos es desolador. Chile es un país que descansa en mujeres que se desloman por sacar adelante a sus hijos, y es loable y heroico de parte de ellas, pero es profundamente injusto.
Que en medio de un debate constitucional con una Convención paritaria, una candidatura como la de Parisi exista y avance es señal de que algo está profundamente enfermo en nuestra sociedad. Un requisito básico de cualquier servidor público (¡y privado!) debiera incluir que no estén demandados ni condenados por violencia intrafamiliar ni por violencia económica contra mujeres y niños, como lo es el no pago de su deber económico.
¿Quién le puede creer a alguien que incumple a sus hijos e hijas y que, además, no tiene el menor escrúpulo al respecto?
Pero todo indica que, a pesar de todo esto, Parisi sacará un buen número de votos que le permitirán un excelente balance final de esta, su última empresa. Con nuestros impuestos, lectoras y lectores, Parisi obtendrá financiamiento público por los votos que obtenga. Con dinero de las alicaídas arcas del Fisco chileno, él reembolsará sin problemas sus gastos de esta campaña virtual.
Ojalá esta vez, al menos, Parisi no pida reembolso al Servel de camisas y ropa interior Hugo Boss, como hizo la elección anterior. Pero en su reality show todo puede pasar. Incluso, que adeude la pensión alimenticia de sus hijos y las chilenas terminemos pagándole los calzoncillos.
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