Quizás fue el exceso de entusiasmo por haber ganado la elección para dirigir su partido.
Quizás el haber derrotado a Mario Desbordes -que tanto les molesta a los poderes fácticos de RN- le hizo sentir una inusitada fuerza.
Quizás toda esa emoción le hizo sufrir un bloqueo o una amnesia selectiva acerca de la historia de su sector para con la centroizquierda desde el retorno a la democracia.
O todas las anteriores.
Lo cierto es que el senador Francisco Chahuán debutó como presidente de RN con un acto tan extraño como fallido. Declaró en Emol haberse propuesto crear una “confederación democrática” con sectores de la Unidad Constituyente y de Independientes No Neutrales, para “reconstruir” un tercio en la Convención Constitucional.
“Reconstruir una mayoría que defienda ciertos marcos de libertades y que mantenga el carácter republicano de la separación de los tres poderes del Estado y sea capaz, efectivamente, de enfocarse en nuestra línea programática para defender la libertad y la democracia”, comentó.
Agregó que había “mandatado” para ese fin al convencional electo Luis Mayol.
“Hay piscina y hay agua en la piscina” para esa meta, aseguró rampante. “Yo he conversado, en conversaciones de pasillo, con algunos presidentes de los partidos de UC y espero formalizarlas una vez que asuma formalmente el cargo”, remató.
Pocas horas después, recibió portazo tras portazo.
Patricia Politzer, de No Neutrales: “No estamos disponibles para juegos como el que pretende @chahuan ni menos para construir algún tipo de tercio en la CC... Queremos una Constitución que modifique el rumbo del país con cambios profundos”.
Portazo de Carmen Frei, presidenta de la DC: “Descarto cualquier tipo de acuerdo o acercamiento con miras a ejercer vetos o limitaciones... No he tenido contacto alguno con personeros de derecha o de gobierno. Espero que le quede muy claro al presidente de Renovación Nacional: la Democracia Cristiana no tiene como voluntad ni como objetivo repetir el mismo contenido de la Constitución de la dictadura”, dijo a Cooperativa.
Portazo del PS, Álvaro Elizalde: “No hay ninguna posibilidad de establecer un entendimiento con las fuerzas que promovieron el Rechazo”.
El portazo final vino de su propio sector. Los 15 convencionales electos en cupo RN emitieron una declaración dura: “Actuaremos con independencia y no recibiremos órdenes de partidos políticos. Tampoco instrucciones de ningún gobierno, parlamentarios o injerencias de cualquier grupo de presión que pretenda instrumentalizar el proceso constituyente para algo distinto de su finalidad”, aseguraron. El texto estaba firmado también por Mayol, el “mandatado”.
Chahuán reconoció que, en realidad, no había habido conversaciones.
“...Ciertamente, una cosa es aquello que nosotros aspiramos, a justamente que se produzcan esos acuerdos, y otra cosa muy distinta es que esas materias hayan sido conversadas formalmente”, aclaró.
No había agua y menos piscina.
Lo increíble y grave del episodio es que el senador Chahuán, en vez de dedicarse a analizar el desfonde de su sector, se aboque a maniobras distractivas -por decirlo suave- como esta, una especie de “abrazo del oso”. Chile Vamos está en el suelo por un gobierno -y una derecha- representada por personas como él, que justamente no terminaron nunca de entender las acuciantes necesidades del Chile del estallido social y de la pandemia. Ayudas tardías, lentas, llenas de requisitos, que indignaron y que fueron la gota que rebasó el vaso para un gobierno que pasó del rechazo a la irrelevancia. La derrota del proyecto de “derecha social” de Mario Desbordes en la interna RN, a manos de un senador del Rechazo como Chahuán, es una señal más de una lectura miope y negadora de la realidad. ¿Qué tercio quiere “reconstruir” y para qué?
Por lo demás, este ensalzamiento de la centroizquierda es bastante oportunista. Ahora, Chahuán y otros consideran que los gobiernos concertacionistas fueron de “los mejores”, pero la derecha en su momento les torpedeó proyectos esenciales, no estuvieron disponibles para cambios relevantes -y que a todas luces eran imprescindibles-, jugando de arqueros del statu quo. Que ahora en la derecha reivindiquen mandatarios y gobiernos que en su momento atacaron con fuerza es una inconsecuencia que requiere ser sacada al pizarrón.
¿Se le olvidó al senador Chahuán la estrategia del “desalojo”?
La derecha rechacista de Chahuán podrá haberse envalentonado por doblarle la mano a Desbordes, como si viera allí un símbolo de hacia dónde soplarán los vientos dentro de su coalición: el eterno retorno a la derecha dura. Pero ese entusiasmo momentáneo no le da derecho a confundir su imaginación, sus deseos, con la realidad. Mucho menos a reescribir la historia.
Una historia en la que, consistentemente, su sector elige estar del lado equivocado.