La noche del 16 de mayo las urnas entregaron un resultado inédito para los ambientalistas. El Partido Verde Ecologista (PEV) había quintuplicado los votos de las últimas municipales, pasando de ocupar cuatro a 47 concejalías a lo largo de Chile. En gobernadores, su candidata Nathalie Joignant se llevó la tercera mayoría en la Región Metropolitana, y en Coquimbo, Krist Naranjo pasó a segunda vuelta, que un mes más tarde ganó. Todas campañas sin residuos, sin plásticos de un solo uso, con cartones y cierres de campaña con bailes en las plazas. Así, de manera sorprendente y bajo el eslogan #SumateAlBuenVivir, los ecologistas lograron el 4,1% de los concejales del país.

Pero no solo el PEV ganó espacio con la causa ambientalista. En Valparaíso, el activista por el agua, Rodrigo Mundaca, salió electo gobernador de la Región de Valparaíso como independiente por el Frente Amplio (FA). Así es como el vocero nacional del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima) se transformó en la máxima autoridad de la V Región.

Para el experto electoral Gonzalo Müller, en el caso del PEV el éxito no tiene que ver con la organización del partido, sino con que hay un viento a favor del mundo ecologista. “Esto tiene que ver con las causas. Ante la falta de credibilidad de las instituciones, son las causas las que se han transformado en la guía de cómo votan las personas, de por qué votan por los candidatos. En ese sentido, el medioambientalismo o la ecología en general han encontrado alguna fuerza”, explica, y afirma que el triunfo de Mundaca en gran parte tiene que ver con lo mismo.

Aunque el PEV no logró ganar un escaño en la constituyente, los independientes levantaron una bancada importante con 17 escaños para activistas medioambientales. El presidente del PEV, Félix González, actual diputado por el distrito 20, en la Región del Biobío, piensa que los resultados electorales también tienen que ver con un cambio de mentalidad. “De estos temas ambientales, antes la política y la ciudadanía no se preocupaban. Ahora hay una generación millennial y los que vienen después, como Greta Thunberg, que entienden que esto es algo de supervivencia. Y eso es lo que hace que mucha gente tenga sentido de ecología”, explica González.

Félix González, presidente y diputado del PEV | Krist Naranjo, gobernadora de Coquimbo por el PEV | Rodrigo Mundaca, gobernador de Valparaíso y vocero de Modatima.

La tendencia se extiende alrededor del globo. En Europa, los parlamentos cuentan con una fuerte presencia de los verdes, incluso países como Luxemburgo y Austria, en este caso en alianza con los conservadores, son gobernados por ecologistas. En Alemania, Los Verdes son el segundo partido más valorado y esperan llegar a la Cancillería en septiembre, sacando a los herederos de Merkel. En Francia, le arrebataron municipalidades históricas a la izquierda, y en el mismo continente, los verdes ocupan 73 asientos en el Parlamento Europeo, poco más del 10%. En los demás continentes también existen luchas medioambientales, y agrupaciones como la Federación de Partidos Verde de las Américas (FPVA) reúnen intenciones regionales. Sin embargo, los más adelantados son los europeos.

Bajo estos ejemplos es que se formó el PEV en 2006, que actualmente es parte de la FPVA y de Global Green. González piensa que institucionalizar la causa es el mejor camino. “Porque los que participamos somos mayoritariamente activistas, pero además de estar en la calle con los lienzos o reuniendo firmas por algún conflicto ambiental, ahora vamos a disputar los espacios de poder, porque ahí es donde se toman las decisiones”, dice.

Una Constitución verde

Greenpeace propuso un ejercicio simple. Durante la campaña de constituyentes lanzó la página web Sueltaelagua.cl, donde destacaba qué candidatos estaban a favor, en contra o no informaban su posición sobre declarar el agua como un derecho constitucional. De los 155 constituyentes electos, 81 habían firmado el compromiso. Es decir, más de un 50%.

En la página web de la Lista del Pueblo declaran ciertos deberes que instaurarán en la Constitución. “El deber de mantener una relación armónica con la naturaleza” es uno de ellos. A esto se suscriben sus 27 escaños. Pero fuera de esta declaración, la politóloga experta en ecología política Pamela Poo dice que hay un punto importante de diferencia. “Una cosa es que yo me declare que soy verde, porque tiene un trabajo el declararse verde, y deben tener un trabajo que los respalda y avala. En la convención existe este grupo y no son pocos”, afirma.

Poo publicó un análisis de las elecciones a la Convención Constitucional desde los bienes de la naturaleza, donde menciona según su trayectoria quiénes son los 17 constituyentes que realmente considera “verdes”. Entre ellos hay cinco constituyentes pertenecientes o apoyados por la Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC), la que está integrada por más de 100 organizaciones socioambientales y que tiene una propuesta propia de Constitución Ecológica. Ellos son Cristina Dorador, de la lista Movimiento Independientes del Norte; Juan José Martin, por Independientes No Neutrales; Francisco Caamaño, Elisa Giustianovich por la Lista del Pueblo y Gloria Alvarado, por Corrientes Independientes.

“Ya ha habido acercamientos para poder colaborar en conjunto para trabajar, por ejemplo, la Constitución Ecológica”, cuenta Dorador, que por el momento se reúne con los miembros de la SCAC, pero espera que se incorporen todos los que comparten su bandera. “Hay un número considerable de constituyentes que están por apoyar cambios más profundos respecto del rol que tiene el ser humano con la naturaleza y eso nos va a llevar a conversar”, afirma.

Además de los miembros de la SCAC, hay 12 constituyentes que pertenecen a otros colectivos y a quienes reconocen su trabajo socioambiental en el territorio en conjunto con las comunidades, “por lo que suscriben materias como la protección del medioambiente y de la naturaleza, cuestión que han llevado a cabo por un largo tiempo, por lo que se destaca que no es solo un discurso, sino que hay un respaldo real a su trabajo”, señala el análisis de Opp. Entre ellos nombran a Constanza San Juan, parte de la Asamblea por el Agua Guasco Alto; Fernando Salinas, miembro de Codeff (Comité Pro-Defensa de la Flora y Fauna) desde 1993, y César Uribe, fundador de Ñuble Libre, movimiento para defender el territorio del Biobío de las hidroeléctricas. Sin contar a los representantes de los pueblos originarios.

Del total de los 17 representantes “verdes”, 12 son mujeres y 13 son independientes. La mayoría concuerda en establecer la naturaleza como sujeto de derecho y, sobre todo, el fin a un sistema extractivista, es decir, de la extracción de recursos naturales.

Tierra verde

No es casualidad que de los 17 constituyentes ambientalistas electos, solo uno pertenezca a un distrito de Santiago. Tampoco que de los 47 concejales del PEV la mayoría viva fuera de la Región Metropolitana. Que el partido se haya fundado en la Región del Biobío y ahí tenga su sede principal responde a esto mismo. Entre militantes y activistas se conocen las caras, porque viven cerca y, sobre todo, porque se encuentran en las manifestaciones, porque han compartido causas en sus territorios.

Porque fuera de la concepción de la ecología y sustentabilidad a nivel global, este nuevo grupo de políticos muestra un fuerte interés socioambiental. “Los movimientos ambientalistas ahora tienen un componente territorial, en tanto los conflictos se dan en torno a cómo el daño ambiental perjudica la calidad de vida de la población local, como en las zonas de sacrificio o ante los proyectos de inversión mineros o energéticos”, explica Felipe Irarrázaval, investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES). “Esto ha permitido sintonizar mejor con distintos grupos sociales a lo largo del país, los que empatizan de mejor manera con la dimensión territorial que con lo puramente medioambiental”, afirma.

En los constituyentes se repite la lógica de que las asambleas que surgieron tras el estallido social en los territorios hayan postulado en su conjunto a un candidato, asimismo las agrupaciones medioambientales locales. “Por eso en Santiago no nos conocían”, explica el diputado del PEV Félix González, que siente que los candidatos ecologistas fueron ninguneados en la capital, aunque fueron reconocidos por los distritos regionales. Como en el caso de Krist Naranjo, gobernadora con un 63% de los votos, o Andrea de la Barra, concejala electa en Concepción con primera mayoría.

Lo más responsable que podemos hacer con Chile es evitar que gane la derecha. Creo que es prioritario no dispersar el voto

Félix González, presidente del PEV

El futuro político es incierto para los ambientalistas. La Lista del Pueblo ha sido categórica en que no buscan relacionarse con partidos políticos. Sin embargo, a Félix González le gustaría participar del proceso constituyente, entregándoles ideas que han reunido y redactado como partido, y espera que les abran la puerta, “buscaremos una coordinación más como movimiento ecologista, donde podamos bajar a terreno la propuesta que nosotros como partido ya hicimos”, dice.

Sobre las próximas elecciones, hay activistas que no se han pronunciado, los independientes de la Lista del Pueblo proclamaron que irán a las parlamentarias y no cierran la idea de un candidato presidencial. Por su parte, las fichas del PEV están puestas en el Congreso, donde buscan levantar una bancada ecologista. Entre las cartas más fuertes suenan Nathalie Joignant por el distrito 12; en el caso de Los Lagos, Alfonso Belmar, candidato a gobernador que obtuvo un 16%, y Félix González a la reelección como diputado, entre otros.

González asegura que no crearán alianzas políticas. Dice que se presentarán como partido único con independientes asociados, porque han tenido malas experiencias.

La primera vez que buscaron unirse con otros partidos fue en 2009 con el pacto Nueva Mayoría para Chile, junto al Partido Humanista y otras agrupaciones, que más tarde apoyaron a Marco Enríquez-Ominami en las presidenciales. Con el Partido Progresista Independiente tampoco funcionó. Tres años más tarde, postularon a su primer candidato presidencial, Alfredo Sfeir, alcanzando un 2,35% de los votos. Y como la tercera es la vencida, el 2017 se unieron al Frente Amplio (FA), apoyando a Beatriz Sánchez como candidata a presidenta. Dos años después, luego de que el FA firmara el Acuerdo por la Paz, el PEV firmó su salida. Por eso, “ahora estamos en un esfuerzo de aliarnos con mucha gente independiente”, dice González.

Pero en las próximas presidenciales la directiva del partido propuso no llevar candidato. “Lo más responsable que podemos hacer con Chile es evitar que gane la derecha. Creo que es prioritario no dispersar el voto”, afirma González. Es tajante en que no les gusta ninguno de los presidenciables, pero que en segunda vuelta apoyarán a quien sea que se enfrente a la derecha. “Lo nuestro es un proyecto que está en crecimiento. Es un partido emergente. Es un árbol nativo que va creciendo consistentemente, no tiene un crecimiento explosivo. Pero hemos ido avanzando más y yo sé que eventualmente vamos a gobernar”, dice el ecologista.