El distrito 11: La batalla digital de los candidatos
¿Cuáles son los patrones en uno de los lugares emblemáticos de la disputa para llegar a la convención constitucional? Un análisis hecho por la empresa de data science Unholster usó las relaciones en Twitter entre los distintos candidatos para hacer un mapa donde se revelan las potenciales fortalezas, debilidades y estrategias para los postulantes.
Son 59 candidatos en busca de seis cupos, agrupados en diez listas y tres candidaturas independientes que no van con compañeros de pacto. El escenario en el distrito 11, que reúne cinco comunas y más de 820 mil personas, será uno de los más observados en la noche del 11 de abril, dado su carácter de emblemático y las diferencias que tiene su electorado con la mayoría de los restantes territorios electorales del país.
Por eso, las estrategias de campaña y la manera en que los candidatos aborden sus opciones no son indiferentes. Y en eso, las redes sociales jugarán un rol clave, más en tiempos de cuarentenas y transición. En esa línea, la empresa de data science Unholster realizó un ejercicio: revisar las cuentas y los seguidores de 41 de los aspirantes a la convención constitucional en Twitter, y ver las relaciones existentes entre ellos, para generar un mapa de fortalezas, debilidades y zonas de influencia.
Con varias figuras que tienen una alta presencia en esta red social, las estrategias en este nicho pueden ser especialmente relevantes. “El marketing digital llegó y se va a quedar. Los candidatos que no sepan cuáles son los canales, temas, horarios y audiencias, no van a proyectar sus campañas”, dice Antonio Díaz-Araujo, gerente general de Unholster.
Un distrito especial
Integrado por los municipios de La Reina, Las Condes, Lo Barnechea, Peñalolén y Vitacura, el distrito 11 tiene a cuatro de las cinco comunas con mejor posición en el índice de vulnerabilidad de los municipios de la Región Metropolitana, según el Ministerio de Desarrollo Social: solo Peñalolén está en el lugar 38 de la lista, de todas formas, mejor que la gran mayoría de las comunas de la capital.
Políticamente, fue algo así como el corazón del Rechazo en el plebiscito del 25 de octubre: tres de las cinco comunas de todo el país donde ganó esa opción -Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura- están acá, y en las elecciones parlamentarias de 2017, Chile Vamos obtuvo cinco de los seis escaños en disputa, con el otro yendo en ese entonces para un candidato del Frente Amplio, Tomás Hirsch.
También es un distrito que socioeconómicamente tiene un perfil alto. Según datos del INE, el 61,56% de sus habitantes de 25 años o más completó su educación superior: en la RM esa cifra es del 35,98%, y a nivel país alcanza el 29,82%. Y en cuanto a la penetración digital, cuatro de las cinco comunas superan el 75%, con Las Condes y Vitacura sobre el 90%, de acuerdo con datos de la Subtel. Como referencia, 30 de las 52 comunas de la capital tenían hasta 2020 una cobertura menor al 50%.
Por eso, la presencia en internet de los candidatos en este distrito electoral es especialmente importante. “Por supuesto que no todos los seguidores viven en el distrito y seguir a alguien no implica que vaya a votar por esas personas. Pero esta información es muy relevante para el diseño de la campaña porque el candidato X tiene que tomar en cuenta que otro candidato le está hablando a su elector y con qué mensaje, sobre todo cuando las formas tradicionales de campaña son más difíciles como es ahora en pandemia”, dice Cristóbal Huneeus, director de Data Science de Unholster.
Cuenta por cuenta
Catorce de los candidatos en competencia tienen más de 10 mil seguidores en Twitter. De ellos, cinco superan los 50 mil: Hernán Larraín Matte (62.047), Mariana Aylwin (69.414), Patricio Fernández (89.209), Marcela Cubillos (116.563) y Cristóbal Bellolio (126.062).
Según el análisis de Unholster, en algunas de las listas se da un fenómeno particular, con candidatos que atraen a grupos distintos. “En Vamos por Chile hay dos grupos de tuiteros: los que siguen al grupo de Marcela Cubillos, Pauline Kantor, Hernán Larraín Matte y Bernardo Fontaine por una parte, y después Verónica Campino y Andrés Carey, que son un grupo separado. Eso es interesante porque llegan a públicos distintos”, plantea Huneeus.
En la lista del Apruebo pasa algo similar. “Patricio Fernández, Cristóbal Bellolio y Paola Berlin son un grupo que tiene muchos seguidores en común. Por otra parte están María José Cumplido, Juan Enrique Pi y Elisa Walker, por otro lado. Sara Larraín podría considerarse un tercer grupo”, es el análisis de Huneeus para este caso.
En la lista Independientes por Chile, Mariana Aylwin, Clemente Pérez y Tomás Recart tienen muchos seguidores en común; el resto de los candidatos tienen seguidores bien diferentes. En Apruebo Dignidad, por otra parte, Constanza Schonhaut y Javiera Toro tiene muchos seguidores en común, con Carolina Peréz muy cerca. Y los candidatos que van independiente fuera de lista -Francisco Orrego y Henry Boys- tienen muchos seguidores en común.
Un punto de interés que resalta Unholster es que existen cruces de seguidores entre listas. Por ejemplo, muchos que siguen a Mariana Aylwin también siguen a Cubillos, Larraín Matte y Fontaine, y algo menos a Bellolio. A la vez, una cantidad importante de los que siguen a este último candidato también siguen a Hernán Larraín Matte: pasa lo mismo con Patricio Fernández y algo menos con Paola Berlin.
En una elección que se va a pelear voto a voto, estas intersecciones pueden representar oportunidades de ganar sufragios o llegar con mensajes. “Conocer la audiencia es clave, de hecho las últimas semanas de campaña deberían tener un foco en cautivar los electores de las mismas y buscar ser el más votado”, señala Antonio Díaz-Araujo.
Además, el gerente general de Unholster apunta un elemento más. Dado que varias de las figuras políticas con mayor conocimiento y alcance de entre los candidatos son mujeres, en este distrito podría darse el caso de lo que él denomina como la “paridad inversa”: es decir, que el ajuste de género haga que ingrese un hombre en reemplazo de una mujer en uno de los cupos menos votados, con lo que los candidatos tendrían incentivos para buscar ese espacio.
“Este análisis permite aproximarse a esa pregunta y ver qué otros candidatos -y por lo tanto mensajes- esta viendo el elector, lo cual permite focalizar aún más el mensaje y construir mensajes que sean más diferenciadores”, sentencia Huneeus.
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