En ocasiones lo ha pensado: esto puede no terminar bien. Pero no abandona el optimismo. Pese a la extravagancia de ciertas indicaciones, las escaramuzas y discordias, las críticas y los elocuentes rechazos que han recibido algunos informes de comisiones, entre ellos el de Sistema Político, Fernando Atria (1968) mantiene la confianza en el trabajo constituyente: “Sigo creyendo que este proceso va a ser fundamental para la política que viene, no solo por las decisiones constituyentes que va a tomar, sino porque va a mostrar una forma de decisión democrática a la cual no estábamos habituados. Parte de lo que se le ha criticado al proceso es precisamente ese tránsito”, dice.

Abogado de la Universidad de Chile y presidente de Fuerza Común (Frente Amplio), Atria es una pieza clave de la Comisión de Sistema Político, considerada el cerebro de la Convención. En las últimas semanas, el cerebro constitucional ha vivido tensiones y remezones en su intento de dar fisonomía a un nuevo poder Legislativo y Ejecutivo.

Prueba de ello fue el fracaso de su primer informe en el pleno, que recibió un abrumador rechazo. Y más recientemente, la renuncia de Fuad Chahin a la comisión: el convencional del Colectivo Apruebo se alejó acusando que se estaba diseñando un engendro y responsabilizó al Frente Amplio y al Partido Comunista. Ahora la comisión trabaja contra el tiempo: tiene plazo hasta mañana para presentar un nuevo informe.

La dificultad para construir acuerdos, así como las posiciones radicales de algunos convencionales, se han ido impregnando en la retina del ciudadano común. Y la Convención ha sido blanco de ásperas críticas.

Atria defiende que la Convención logró dar representación a voces y sectores que estaban excluidos de la discusión política tradicional. “Es evidente que hay una voz en la Convención que estaba afuera del debate político, y habrá gente que piensa que esa voz habla cosas que son insensatas, inadecuadas, etc. Es parte de la discusión política. Pero el hecho de que esa voz esté incluida hace una diferencia política considerable. Y es un cambio que llegó para quedarse. Esa voz nueva va a empezar a formar parte de la discusión política normal, porque son posiciones que existen en Chile”, dice.

Para el abogado, las opiniones desfavorables se explican por falta de perspectiva, así como la débil comunicación del trabajo constituyente. “Parte importante de la crítica que ha recibido la Convención son miradas a las normas que salen de las comisiones y se proyecta la nueva Constitución a partir de ellas. Dicen miremos lo que aprobó la Comisión de Sistema Político, un informe incoherente. Pero lo que hay que mirar son las normas aprobadas por el pleno, porque hay un camino largo que siguen esas propuestas desde que surgen como ideas unilaterales y logran concitar el apoyo de la comisión. Y después necesitan adquirir mayor apoyo para lograr el respaldo de la Convención completa. Si uno mira las normas aprobadas y proyecta la Constitución desde ahí, tiene una idea completamente distinta. Y alguien podrá estar en desacuerdo en este punto o aquel, pero lo que aparece cuando uno proyecta desde ahí es una Constitución que va a estar a la altura de los problemas que tiene Chile”.

Una crítica persistente apunta a la falta de capacidad de diálogo. ¿No la comparte?

Yo no creo que haya faltado capacidad de diálogo. Yo creo que lo que está pasando en Sistema Político lo demuestra. Esta vez nos sentamos todos, desde la derecha hasta los independientes, y nos enfrentamos al hecho de que teníamos que ir construyendo en conjunto un acuerdo en cosas en las cuales estábamos en desacuerdo y que inicialmente para los distintos colectivos eran muy importantes. Si no hubiera capacidad de diálogo, habría pasado lo que pasó en el caso de un convencional, Fuad Chahin, se habrían parado de la mesa y habrían dicho bueno, yo no sigo. El único que mostró incapacidad de diálogo fue él, todos los demás, desde la derecha hasta Pueblo Constituyente, la Coordinadora Plurinacional, nos miramos y dijimos esto no puede fracasar. Tenemos que llegar a un acuerdo y si para eso tenemos que cruzar algunas de nuestras líneas rojas, bueno, lo haremos. ¿Por qué? Porque hay algo más importante. Esa es la disposición fundamental que permite el diálogo democrático. Por cierto, el hecho de que tengamos poco tiempo hace más difícil alcanzar acuerdos, porque este proceso de ir acercando posiciones toma tiempo.

La comisión está viviendo horas críticas: tienen que lograr un acuerdo rápido. ¿Cuán intransigentes han sido las posturas?

Ha habido posturas más intransigentes que otras, pero ninguna definitivamente intransigente, salvo la de quien se paró y se fue. Esa diría yo es la manifestación de intransigencia, de decir mire, yo me voy, ¿eh? Aparte de eso, todo el resto con distintos grados de intransigencia que operaban bajo el entendido de que era una conversación en que nadie podía tener puntos intransables, ya que no habría acuerdo.

"La causa de incertidumbre no es la Convención Constitucional. La causa de incertidumbre es la profundísima crisis política que se ha manifestado en Chile desde el 18 de octubre. O sea, en ese contexto la Convención contribuye a la certidumbre", dice Atria. Foto: Andres Perez

El acuerdo para el sistema Legislativo establece un Congreso de Diputados y Diputadas y un Congreso Regional, tal vez sin esos nombres. Uno de los nudos eran las atribuciones de este último. ¿Ganó atribuciones?

Sí, aumentaron sus atribuciones. Una cuestión que para nosotros era importante era que las atribuciones fueran vinculadas a su naturaleza regional. Nosotros no queríamos que tuviera atribuciones de política general, digamos , no vinculada a su naturaleza regional. Y cuando digo naturaleza digo a su principio de representación, porque es un Congreso compuesto por representantes de las regiones en igual número. Nosotros estuvimos dispuestos a aumentar esas facultades, pero queríamos mantener el principio y desde ese punto de vista, para nosotros es un acuerdo satisfactorio. Aumenta las facultades, y por eso quienes querían aumentarlas también dirán que tuvieron éxito.

Ud. era partidario de un sistema unicameral, pero este avanzó hacia un bicameralismo asimétrico. ¿Cuánto tuvo que ceder?

Para mí, y también para el Frente Amplio, la cuestión fundamental era la configuración de un proceso legislativo que esté genuinamente caracterizado por el principio democrático, que no tenga todos estos cerrojos a los cuales estamos acostumbrados en los últimos 30 años. Entonces, desde mi punto de vista, que se haya configurado un proceso legislativo sin quórum calificados, sin esta revisión doble de todos los proyectos, y sin esta exigencia de que no hay ley si no concurren completamente ambas cámaras en cada caso y que no esté sujeto al control externo de un órgano como el Tribunal Constitucional con competencia preventiva, esto es un cambio mayúsculo en la manera en que entendemos la ley. Dentro de eso, ¿cómo se organiza un procedimiento legislativo que responde plenamente al principio democrático, a diferencia del que teníamos? Hay casos de leyes que tienen que ser discutidas en el Congreso de los Diputados y en el Congreso de las Regiones. Pero hay también otras leyes que solo se discuten en el Congreso de Diputados. La existencia de estos dos órganos configura una suerte de bicameralismo asimétrico, que responde a distintos principios de representación. Y eso configura, a mi juicio, un proceso legislativo que responde plenamente al principio democrático.

En estos días, exministros de Hacienda, así como Vittorio Corbo, señalaron que el principal motivo de incertidumbre en el país proviene de la Convención Constitucional.

Con todo el respeto que me merecen en sus ámbitos de competencia estas opiniones, yo les sugeriría que ampliaran su mirada. La causa de incertidumbre no es la Convención Constitucional. La causa de incertidumbre es la profundísima crisis política que se ha manifestado en Chile desde el 18 de octubre. O sea, en ese contexto la Convención contribuye a la certidumbre. Esa profunda crisis política que en otros países se habría solucionado muy distinto, con la caída del gobierno, y en Chile fue reconducida a un proceso constituyente que está regulado por normas. Estas críticas lo dan como por sentado, dicen bueno, eso es obvio. Bueno, no es obvio. Si uno tiene una mirada un poquito más amplia, las cosas no tienen nada de obvio. Normalmente no es así como se solucionan esas crisis. Decir la Convención Constitucional es la principal causa de incertidumbre, ignorando el contexto que la hizo necesaria, creo que es un análisis, quiero decirlo caritativamente, demasiado estrecho de las cosas. ¿Cómo sería si no hubiera Convención? ¿Qué tendríamos? Una crisis política sin solución. Yo les sugeriría a estas personas preguntarse seriamente qué significa una crisis profunda, una crisis política profunda que no tiene solución.

¿Qué rol debería asumir el Presidente respecto de la Convención?

Más allá de toda duda, el gobierno debería prestar a la Convención el apoyo que el anterior gobierno no ofreció. Segundo, el proceso constituyente es un proceso institucional del Estado de Chile, y yo esperaría que el gobierno asumiera una función de comunicación que colaborara en hacer lo más transparente posible para los ciudadanos el proceso: en qué etapa estamos, qué etapa viene. Ahora la Convención Constitucional es una cuestión importante políticamente para Chile y en principio las competencias del Presidente en cuanto a manifestar su posición se extienden a todas las cuestiones políticamente importantes para el país. Otra cosa, por supuesto, es que yo esperaría que el Presidente no pretendiera darles instrucciones a los convencionales, decir esta solución no me gusta, así que eliminen. Conociendo la persona del Presidente, estoy seguro de que él no tiene ninguna tentación de hacer eso. Pero creo que es enteramente razonable que el Presidente manifieste una posición y tenga un impacto en la Convención.

"El plebiscito, aunque formalmente va a ser sobre la nueva Constitución, va a ser bien difícil que no sea interpretado en función del gobierno", afirma Atria. Foto: Andres Perez

En este caso, él se manifestó a favor de que el Congreso Regional tuviera más atribuciones. ¿Les resonó su opinión durante el debate?

En general hay bastante sintonía entre las posiciones del Presidente y las posiciones que nosotros asumimos; nosotros estábamos dispuestos a una ampliación en los términos que ya expliqué. Y la posición que defendió el Presidente estaba en esa línea. Claro, si él hubiera manifestado una posición contraria, dado que somos convencionales del Frente Amplio, no lo habríamos tomado como una instrucción, pero por cierto que sería un argumento de peso en nuestra conversación. Si hubiera habido una diferencia, lo probable es que hubiéramos conversado eso incluso con él. La comunicación entre el Presidente y los convencionales, especialmente los convencionales del Frente Amplio o de Apruebo Dignidad, es evidente que ocurre y tiene que ocurrir, y no puede ser vista como intromisión, simplemente es alineación política.

¿El éxito del gobierno está asociado al éxito de la Convención?

Hay una vinculación y es bastante estrecha. Hay pocas cosas más grandes que pueden ocurrir durante un gobierno que un proceso constituyente y una nueva Constitución. Por otro lado, esto significa que a pocos meses de asumir el gobierno va a haber un plebiscito. Y ese plebiscito, aunque formalmente va a ser sobre la nueva Constitución, va a ser bien difícil que no sea interpretado en función del gobierno. Porque, además, Gabriel Boric no es cualquier persona. Gabriel Boric fue una pieza sin la cual ese camino de salida a la crisis no podría haber sido diseñado, y no le salió gratis. Una de las demostraciones más grandes de la responsabilidad de estadista que tiene Gabriel Boric fue que él estuvo disponible, porque veía la importancia de construir este camino. En la imagen pública, la figura de Gabriel quedó vinculada al proceso constituyente, para bien o para mal. Por eso yo creo que si la Convención y el proceso constituyente tienen éxito, eso va a significar algo importante para el gobierno. Y si no lo tienen, también.

¿En este momento, dado el contexto, prevé un resultado exitoso de la Convención?

Sí, estoy convencido. Y no a priori, sino a posteriori. O sea, precisamente viendo lo que está ocurriendo. He tenido momentos de preocupación; a veces uno ve cosas y dice esto puede no terminar bien. Pero creo que la manera en que se han ido reconduciendo las distintas posiciones, las posiciones más radicales, las iniciativas más disruptivas, la manera en que se han ido construyendo acuerdos que se veían tan difíciles , me lleva a pensar que vamos a tener una buena propuesta de Constitución para Chile, la Constitución que Chile necesita. Y eso va a llevar a que sea aprobada y que sea un éxito.