La aventura de Greta y una paliza electoral en Argentina

En un velero de competición modificado zarpó el martes Greta Thunberg rumbo a Nueva York. Lo hizo desde un puerto inglés para participar en una cumbre de la ONU sobre la acción climática el 23 de septiembre. La joven sueca de 16 años, que se ha convertido en símbolo de la lucha contra el cambio climático, decidió viajar en la pequeña embarcación con la idea de no generar emisiones de carbono. En el buque, que puede alcanzar hasta 35 nudos (unos 70 kilómetros por hora), viajan otras cuatro personas, entre éstas su padre. Pero ya algunos medios alemanes están sugiriendo que esta "aventura" podría no servir de mucho para la causa de Greta, ya que parte de la tripulación volvería a Europa en avión, que es precisamente lo que quería evitar la adolescente para no contaminar. Tampoco se sabe qué medio utilizará para llegar a Chile para la COP25 en diciembre.

Otra contradicción y alta incertidumbre es la que vive Argentina. En las primarias del domingo Alberto Fernández, el candidato kirchnerista, le dio una paliza a Mauricio Macri, que se juega su reelección en octubre. El ex jefe de gabinete de los Kirchner y cuya fórmula presidencial es secundada por Cristina Fernández, logró nada menos que 11.622.428 votos (47,6%), mientras que el mandatario obtuvo 7.825.208 (32%), una diferencia de 3,7 millones de sufragios.

Muchos dijeron que en las PASO no se jugaba nada y ahora los mismos sostienen que la diferencia entre Fernández y Macri es "irremontable". Las primarias provocaron un movimiento telúrico de alta intensidad en Argentina -mercado incluido-, al punto que tras su fracaso electoral, Macri tuvo que anunciar medidas económicas de emergencia, puesto que el bolsillo de los argentinos es el leitmotiv de la contienda. Aunque aún faltan 70 días para las elecciones, en Argentina el debate ya no es electoral, sino que apunta a si Macri podrá convertirse o no en el primer Presidente no peronista post dictadura en concluir su mandato, algo que no logró ni Raúl Alfonsín ni Fernando de la Rúa.

Quien sí está en una buena perspectiva para ser reelecto es Donald Trump, cuyo nombre apareció esta semana vinculado a un supuesto interés por comprar Groenlandia. Pero la isla, de grandes recursos naturales y pequeña población (apenas 56.000 habitantes), anunció que no estaba a la venta. Ya en 1946 Estados Unidos propuso adquirir el territorio  por US$ 100 millones, a lo que Dinamarca se negó. El portazo danés fue tan categórico como el de los argentinos con Macri.