Lo que se juega en la próxima batalla electoral de nuevos constituyentes
Aparte del objetivo central -influir en la redacción de una nueva Constitución-, partidos y líderes están analizando varios otros factores que podrían decantar esa otoñal noche y comenzar a delinear las siguientes elecciones. Aquí, ocho claves para entender el nuevo proceso constituyente que arrancó con la luz verde del Senado y que esta semana debiese ser ratificado por la Cámara Baja.
1.- Reencantar a un electorado con otras prioridades
Distintos estudios de opinión pública muestran hoy un cierto hastío de los chilenos con el nuevo proceso constituyente.
La encuesta Cadem arrojó que a cuatro de cada 10 votantes del Rechazo y al 53% de quienes votaron Apruebo no les gusta el reciente acuerdo.
La CEP -publicada esta semana- señala que un 37% cree que una nueva Constitución “probablemente ayude a resolver los problemas de Chile”, un 30% considera que un nuevo texto “probablemente deje las cosas igual” y un 26% piensa que “probablemente empeore la situación actual”.
En este escenario, en que las principales preocupaciones de la gente hoy son la delincuencia y la situación económica, el desafío de toda la clase política será volver a reencantar a la ciudadanía y hacerla parte de una nueva elección con voto obligatorio que, entre otras cosas, puso un cerrojo a los independientes y a los pueblos originarios, que hasta ahora han mantenido un alarmante silencio.
2.- 11 de septiembre vs. 4 de septiembre
En un 2023 que se percibe cuesta arriba para Gabriel Boric (la encuesta CEP de esta semana arrojó un 61% de desaprobación del Presidente), el aniversario de los 50 años del golpe militar y la posibilidad de cerrar el año con la foto del Mandatario poniendo su firma a una nueva Constitución aparecen como los “salvavidas” a los que se aferrarán sus estrategas.
Para ello, señalan fuentes oficialistas, el primer objetivo es “desacoplar” este nuevo proceso al anterior plebiscito.
Conscientes de lo anterior, RN propondrá a sus socios bautizar el nuevo pacto electoral constituyente con el nombre de “4 de septiembre”, con la intención de mantener vivo el triunfo del Rechazo.
La estrategia -cuentan en RN- es aunar a ese 62% que se opuso a un cambio radical propuesto por la ex Convención y que La Moneda apoyó con entusiasmo.
El plan contempla, además, situar a Chile Vamos en el centro, incluir a candidatos que no sean políticos y poner el foco de la campaña en la seguridad ciudadana y en la desigualdad económica (un concepto de la izquierda).
3.- Inédita inhabilidad y el regreso de la “vieja guardia”
En la recta final de la negociación del nuevo acuerdo fue incluida una polémica cláusula que inhabilita a los 50 nuevos convencionales, a los expertos y al árbitro a postular en las elecciones municipales, de gobernadores y consejeros regionales de 2024, y en las parlamentarias y presidenciales de 2025.
Según sus autores, el objetivo es impedir que se use al consejo como trampolín para acceder a otros cargos y que el único interés de sus miembros sea el redactar una nueva Carta Fundamental.
No obstante, otros participantes de las tratativas confiesan que el real objetivo de aquel párrafo fue impedir que José Antonio Kast y Daniel Jadue -férreos opositores a este nuevo proceso desde diferentes veredas- fuesen electos constituyentes con grandes mayorías y boicotearan el proceso desde adentro.
Lo cierto es que la inhabilidad redujo considerablemente el universo de posibles candidatos y obligó a los partidos a recurrir a la “vieja guardia”, un arma de doble filo considerando que la ciudadanía ha demandado renovación.
4.- “Primarias” Chile Vamos Republicanos
Cada día que pasa -declaraciones de sus dirigentes de por medio-, tanto en Chile Vamos como en Republicanos ven más difícil un posible acuerdo para enfrentar en conjunto la próxima batalla electoral.
Las posturas opuestas frente a este nuevo proceso constituyente, además de las cuentas pendientes, hacen inevitable una competencia que será vista como una “primaria” entre una derecha más moderada, representada por Javier Macaya, Francisco Chahuán y Gloria Hutt, y otra más radical y conservadora, liderada por José Antonio Kast, a un año de las municipales y a dos de las presidenciales.
Pero en política todo puede pasar, advierten de ambos lados. Es más, exconstituyentes de la UDI que hoy son parte del comité electoral del partido, entre ellos Rodrigo Álvarez, son partidarios de analizar con cifras el efecto electoral que podría tener ir en listas separadas.
Consciente de la posibilidad de que sus socios de RN y la UDI finalmente pacten con el partido de Kast, la directiva de Evópoli ha conversado con Amarillos por Chile y con el Partido de la Gente (PDG) para tener un Plan B que activar si fuese necesario.
5.- La improbable apuesta de Boric por una lista única
La Moneda ha transmitido a sus partidos que la mejor alternativa para enfrentar esta elección es una lista única que reúna a todas las fuerzas de centroizquierda, incluida la DC.
El mensaje fue inmediatamente acogido por el PS y el PC, las dos principales fuerzas del gobierno.
“No se puede ser neutro frente a una batalla contra el tiempo, que ya empezó… La mejor opción de eficacia electoral al milímetro la constituye la lista única”, dijo el lunes el secretario general del PC, Lautaro Carmona.
Con la misma claridad, los socialistas llamaron el miércoles a crear “una alternativa electoral del conjunto de las fuerzas democráticas, invitando a la DC a compartir ese gran esfuerzo”.
Sin embargo, en el PPD, radicales y liberales no existe esta misma convicción y varios de sus miembros se inclinan por ir en dos listas: una inédita integrada por el PS, el PC y el Frente Amplio, y otra más moderada, compuesta por la DC, PPD, PR y PL, que en los últimos días han ido avanzando.
“Nuestro ánimo es ir en lista única, pero hay que ver como quedaríamos representados”, avisa el presidente del PR, Leonardo Cubillos.
6.- Piñera vuelve al ruedo
A diferencia del silencio que mantuvo durante la campaña del Rechazo, Sebastián Piñera ha estado encima de este nuevo proceso. El expresidente ha sondeado personalmente a varios cercanos –Paulina Daza, Felipe Ward, Karla Rubilar y Jaime Mañalich, entre otros- para ver si estarían dispuestos a ser candidatos. También pidió a su equipo elaborar una lista con posibles postulantes y en las últimas semanas ha sostenido muchas reuniones con excolaboradores, las directivas de Chile Vamos y figuras del sector.
Sobre su protagonismo hay diferentes lecturas. Sus cercanos aseguran que fueron los presidentes de partidos quienes le pidieron ayuda para buscar candidatos constituyentes y que su único interés es que el proceso salga bien. Otros creen que no quiere perder su influencia y que un porcentaje de “piñeristas” en el nuevo órgano se lo permitiría. Por la cabeza de algunos dirigentes pasa la idea de que esté buscando una reivindicación histórica -salpicada por el 18-O- con una tercera candidatura.
7.- Parisi y PDG sondean alianzas
En las últimas semanas, Franco Parisi ha participado en varias reuniones -por Zoom- con distintos partidos –desde Republicanos a Evópoli- en que se han evaluado posibles pactos con el Partido de la Gente.
A ello se suman los trascendidos de que el economista habría llegado a un acuerdo con su exmujer para pagar la millonaria deuda de pensión alimenticia de sus dos hijos y regresaría este verano a Chile.
“Estamos evaluando proponer a Franco Parisi como experto”, anunció el jueves el diputado del PDG Rubén Oyarzo, aumentando la expectación.
Pero ninguno de los dirigentes de su partido sabe realmente qué está pensando el excandidato presidencial.
Lo que sí ha expresado Parisi en diversos encuentros es un fuerte malestar con la UDI y RN –incluso un cierto ánimo de desquite- por no apoyar las propuestas del PDG presentadas en la negociación, entre ellas la que incluía un plebiscito de entrada para que la gente dijera si quería o no un nuevo proceso constituyente.
8.- DC y PPD miran al centro
La directiva DC ya comunicó a sus pares del PS que no se sumarán a una lista única de la centroizquierda para enfrentar la elección de mayo. Y que las conversaciones con el PPD para crear una alianza que apunte al centro -con candidatos más moderados- se encuentran muy avanzadas.
Ambas colectividades coinciden en que sería un error convertir este proceso en un plebiscito al gobierno de Boric, polarizando al país, y que un pacto que busque el centro, incluso, podría contar el apoyo de Amarillos y Demócratas.
“Una lista de centroizquierda distinta a la de Apruebo Dignidad permite superar la lógica del Apruebo-Rechazo, llegar a más electores y aumentar la elegibilidad”, dice el presidente de la DC, Alberto Undurraga.
Más categórico, el exsenador Guido Girardi (PPD) advierte que una parte importante de la sociedad progresista que votaba por la Concertación y la Nueva Mayoría no apoyará una lista encabezada por el PC y el FA, aun cuando el Socialismo Democrático sea parte de ella”.
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