“Votos sábana” (papeletas con una significativa lista de postulantes), con tiempos de espera superiores a los 5 minutos por cada elector, han sido algunas de las características especiales de las actuales elecciones de alcaldes, concejales, gobernadores regionales y consejeros regionales.
Estas mismas características, que en algunos casos se tradujeron en largas filas en ciertas mesas, han convertido al actual proceso electoral en uno de los más engorrosos del punto de vista del ejercicio del derecho a sufragio que se han registrado desde el retorno de la democracia.
En todo caso, la concurrencia de votantes no fue igual en todas las mesas y las filas de espera no eran un fenómeno generalizado. En algunos locales, incluso, el derecho a sufragio se ejerció en forma expedita. Esto dependía también, en gran parte, de los vocales de mesa, que en un número importante asumieron por primera vez este deber cívico.
Si bien en 2013, 2017 y 2021 hubo comicios múltiples en los que un ciudadano debía escoger cuatro autoridades distintas, este año marcaba el estreno del nuevo modelo de voto obligatorio en elecciones regulares. Antes el sufragio obligatorio solo se había implementado en los plebiscitos y en uno de los comicios de los fallidos procesos constituyentes de 2022 y 2023, en los que solo se marcaba la preferencia en una sola papeleta.
Incluso, el nuevo voto obligatorio con multa es distinto al que existía antes de 2012, cuando comenzó a regir el sufragio voluntario. En años previos, la inscripción electoral siempre fue opcional, pero a partir de 2012, la inclusión en el padrón comenzó a realizarse en forma automática con la información del Servicio de Registro Civil y del Servicio de Extranjería en el caso de migrantes residentes en el país. Esa inscripción pasó de ser voluntaria a ineludible e irrenunciable.
Por estas razones, el mismo Servicio Electoral alertó de la necesidad de desarrollar las actuales elecciones regionales y municipales en dos días, en vez de que se realizaran solo el domingo 27 de octubre. Entonces, ya se anticipaba que era imposible que más de 15 millones de personas votaran en una jornada. Ello obligó a una rápida tramitación legislativa, que, además, se complejizó por otros factores como la multa a quienes no voten, la rebaja del financiamiento fiscal a las campañas, el feriado del comercio, la regulación de la propaganda en medios regionales y el sufragio de extranjeros avecindados en Chile.
Sin embargo, tras una accidentada y conflictiva tramitación, la nueva ley entró en vigencia el 26 de agosto, lo que habilitó a que las elecciones se realizaran este sábado y este domingo, mientras que la sanción pecuniaria a quienes no concurran a las urnas quedó fijada en $33 mil (0,5 UTM).
Alta participación
Desde Magallanes, donde votó la mañana de este sábado, el propio Presidente Gabriel Boric hizo un llamado a la población para acudir a las urnas. “El voto es obligatorio y cada persona puede y debe participar, hacer escuchar su voz y expresar su preferencia respecto a quienes gobernarán los territorios de nuestro país”, dijo el Jefe de Estado, quien fue acompañado por sus padres y el delegado presidencial de dicha región, José Ruiz.
Anoche, el Servicio Electoral (Servel) informó que a nivel nacional habían votado este sábado 7.250.054 personas, lo que equivale a un 46,86% del padrón.
Horas antes,el presidente del Consejo Directivo del Servel, Andrés Tagle, ya había anticipado que la participación era “importante”, al tiempo que volvió a justificar la necesidad de haber dividido estos comicios en dos días.
A nivel nacional, estaban contempladas 40.014 las mesas para que 15.450.377 personas habilitadas votaran en el actual proceso, del que saldrán elegidos 345 alcaldes, 2252 concejales,16 gobernadores regionales y 302 consejeros regionales.
Sin embargo a las 10.20 de la mañana solo se habían constituido 39.677 mesas (99,16%), lo que obligó a fusionar algunas en ciertos locales de votación.
Seguridad de las urnas
Inicialmente desde algunos sectores políticos, especialmente desde el Partido Republicano y la UDI, había muchas dudas de hacer estos comicios en dos días. De hecho, la alcaldesa Evelyn Matthei y el presidente de los republicanos, Arturo Squella, deslizaron el riesgo de fraudes y robo de urnas.
No obstante, el mismo Servel dio garantías de que el procedimiento de custodia de urnas era seguro, ya que recién este domingo a partir de las 18 horas comenzará el conteo de votos.
El protocolo del Servel consideraba que tras la jornada del sábado se levantaran actas. Con ello, ya se podía tener una referencia de cuántas personas votaron.
Luego los vocales debían sellar las urnas con una cinta adhesiva amarilla, obstruyendo la ranura por donde se introducen los votos, así como los costados de la caja.
Adicionalmente, se colocaba un sello especial void de seguridad numerado sobre la ranura. Ese sello tiene la particularidad que al retirarlo deja una huella imborrable. Esos mismos sellos debían, además, ser firmados por todos los vocales, quienes finalmente guardan las cajas con votos en una sala que quedaba cerrada con llave.
Para este proceso electoral, Carabineros y las FF.AA. desplegaron más de 46 mil funcionarios para las labores de resguardo de los centros de votación.
Además, en el caso de la policía uniformada dispuso de 5 mil carabineros para el proceso de excusas de electores para no sufragar, el que hasta el cierre de esta edición sumaba 103.289 constancias validadas.
En materia de seguridad, salvo incidentes aislados, no se registraron mayores hechos delictuales o de orden público.
Según el subsecretario del Interior, Luis Cordero, hasta el mediodía, 21 personas fueron detenidas a nivel nacional, un “75% más que la del último proceso electoral, sin embargo, esto corresponde principalmente a que ocho de ellas están vinculadas al abandono del local de votación, donde tenía obligaciones como vocal, dos por desórdenes, otra por lesiones y otra por robo”. Además, había 9 personas que tenían orden de detención pendiente.
Caso Monsalve
En tanto, la crisis política por la denuncia contra el exsubsecretario Manuel Monsalve fue el tema de conversación ineludible de las figuras políticas que concurrieron a las urnas este sábado y que accedieron a responder preguntas de los medios.
Mientras en el oficialismo temían que el hecho golpeara en esta elecciones, desatando un quiebre en las fuerzas de gobierno, en la oposición se debatía si luego de estos comicios era pertinente embarcarse en una nueva ofensiva de acusaciones constitucionales en vista de los nuevos antecedentes que ha destapado la investigación.
El escándalo del caso Monsalve inevitablemente quedó amarrado al desenlace de estas elecciones regionales y municipales.
Hasta el viernes, la medición de fuerzas a nivel municipal se iba a resolver en función de los resultados de comunas emblemáticas como Santiago, donde compite la actual alcaldesa Irací Hassler (PC) y el exministro Mario Desbordes (RN). Otros duelos simbólicos se darán en Nuñoa, Puente Alto, Viña del Mar y Valparaíso. En tanto, frente a los casos de Maipú, donde su jefe comunal, Tomás Vodanovic, va a la reelección, y de Providencia, donde el exministro Jaime Bellolio aspira a suceder a Evelyn Matthei, tanto en la oposición como en el oficialismo no creían que hubiera sorpresas.
A nivel de gobernadores regionales, autoridades que debutaron en 2021 y que han enfrentado algunas polémicas especialmente por el caso Convenios, la gran duda es si la derecha logrará reducir el dominio que tiene la izquierda y la centro-izquierda.
Dado el carácter obligatorio de estos comicios, algunas figuras políticas que habían mantenido un bajo perfil por problemas judiciales fueron vistos ejerciendo su voto. Entre ellos, la excandidata a gobernadora Karina Oliva, quien incluso debió ejercer como vocal de mesa, y el exministro Andrés Chadwick, quien a raíz de su lazo profesional y de amistad con el abogado Luis Hermosilla, hoy investigado por sus redes de influencia, debió renunciar a la UDI y a la presidencia de la junta directiva de la Universidad San Sebastián.
En períodos pasados, los resultados de las municipales y regionales han sido predictivos de los comicios parlamentarios y presidenciales del año siguiente.
Sin embargo, este año tiene una particularidad especial, ya que el estreno del voto obligatorio en elecciones regulares (no ligadas a los procesos constituyentes), probablemente incidirá en la participación de sectores de la población apáticos de la política, cuyo comportamiento electoral puede ser impredecible.