Quien visitaba el Congreso Nacional en 2013 se encontraba con un paisaje de notoria uniformidad: bancadas mayoritariamente de cuello y corbata. Entre los 158 parlamentarios de entonces, solo 21 eran mujeres. Es decir, apenas el 14%. Diez años después y gracias a la ley de cuotas de género promulgada en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, en 2015, la brecha se ha reducido: de los 205 miembros que hoy integran el Poder Legislativo, 66 son mujeres. O sea, un 32%.
Ese es uno de los datos más destacados que ofrece la nueva radiografía de los líderes políticos que cada 10 años realiza la empresa Seminarium. Si bien la cifra es levemente inferior al promedio de la Unión Europea, que gira en torno al 33%, el avance es notable: en una década la representación femenina en el Congreso creció un 18%.
- Los hombres siguen siendo un porcentaje alto, pero es evidente que la ley de cuotas ha impulsado un cambio en la composición del Parlamento. Del 14 al 32% es un salto relevante, si bien aún seguimos lejos del paradigma actual, que es la paridad -dice Isabel Aninat, Master of Laws de la U. de Columbia y decana de la Facultad de Derecho de la UAI.
Especializada en la selección de ejecutivos, en 2003 Seminarium comenzó a hacer estudios en torno a los líderes políticos. Este es el tercero que realiza y recoge información sobre género, edad, formación escolar, universitaria y de posgrado.
El análisis abarca al Poder Ejecutivo (Presidente, gabinete y subsecretarios) hasta antes del cambio ministerial de marzo; Poder Legislativo y alcaldes. Los datos generales de la muestra, sumando las tres áreas, visibilizan cambios y ciertas constantes en la composición del medio político respecto de 2013.
La mayor participación femenina es una tendencia transversal: al considerar los datos totales, la presencia de las mujeres crece del 15 al 31% en toda la esfera política.
Esa tendencia se potencia aun más al observar los números del Poder Ejecutivo: si en 2013 la distribución de género era ampliamente favorable a los hombres, con un 80%, hoy la proporción es de 52% para las mujeres, es decir, el género femenino creció un 32% en el actual gobierno.
- En este caso se trata de un tema cultural, no de leyes: el mundo político comienza a ser sensible a una tendencia mundial, que es la paridad de género -observa Isabel Aninat.
El investigador del Coes y director del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la UDP, Cristóbal Rovira, subraya que estos avances se ven potenciados por el cambio de signo político.
-En 2013 estábamos en el primer gobierno de Sebastián Piñera y ahora tenemos un gobierno de una nueva izquierda, que es muy sensible al debate de género -dice Rovira-. En ese sentido no es una casualidad que en el primer gabinete del Presidente Boric había más mujeres que hombres. Y eso no es por un cambio en las reglas del juego, sino porque adhieren a una ideología diferente y quieren marcar una diferencia también con los antiguos gobiernos de centro izquierda.
El factor educación
Para los realizadores del estudio, el dato más novedoso se relaciona con la educación: la elite política, plantea, ya no se reproduce por cuna sino por educación. “Durante el siglo pasado, el factor de gestación de la élite era la cuna. Hoy ese factor cambió por la educación, es el fenómeno de una nueva aristocracia”, dice Rafael Rodríguez, presidente de Seminarium (ver columna al final).
El estudio concluye:
La élite política de Chile tiene como factor distintivo una educación sobresaliente respecto de la población en general tanto si son de izquierda como si son de derecha; con un matiz en el caso de los políticos independientes que muestran un menor nivel educacional.
La diferencia entre sectores radica en que mientras los políticos de derecha estudiaron en colegios privados y en la UC mayoritariamente, en la izquierda hay mayor proporción de colegios con aporte estatal y estudios en la Universidad de Chile.
De este modo, en la radiografía actual gana presencia la educación con aporte estatal. Si para 2013 el 45 % de las figuras del mundo político provenía de establecimientos privados, hoy la educación privada se repliega y logran protagonismo los colegios subvencionados y municipales, que alcanzan al 68% del total.
La disminución en la educación particular es constatable principalmente en el Poder Ejecutivo, donde baja del 76 al 48%, y en el Legislativo, donde se reduce del 54 al 39%. Aun con esa disminución, el porcentaje de colegios privados es superior a la media del país, subraya Cristóbal Rovira.
-Hay un cambio que tiene que ver con el movimiento hacia la izquierda -dice-. Si lo pensamos estadísticamente, las personas que van a colegios privados son el 10% de la población, aproximadamente. Históricamente sabemos que esa minoría está sobrerrepresentada en la élite. Y lo que vemos en este estudio es que esa sobrerrepresentación es menor a la de 2013. Creo que tiene que ver con que la élite de gobierno hoy es un poquito más diversa. Pero tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo los colegios privados siguen teniendo una gran representación.
Una diversidad gradual se percibe también al observar las universidades preferidas por la clase política: la Universidad de Chile lidera el estudio, al igual que hace 10 años, mientras la UC baja su representación (del 19 al 10%) y aparecen otras instituciones como la Universidad Austral y la Universidad Católica de Valparaíso.
Entre las profesiones dominantes se mantienen los abogados en primer lugar, secundados por los ingenieros comerciales, civiles y los profesores. En el estudio figura también una proporción de médicos, periodistas y sociólogos, entre el 4 y el 3%.
En tanto, cerca del 18% de la clase política no cuenta con estudios superiores.
Del total de personas del mundo político un 31% ha cursado estudios de posgrado, cifra levemente superior a 2013. A su vez, respecto a los destinos de los estudios, la mayoría cursó posgrados en Chile (56%), luego en España (13%), Estados Unidos y Reino Unido (9,8% cada uno).
Entre los posgraduados, lideran la Universidad de Chile (13%), la UC (6,5%) y la UDD (4,1%). Más atrás aparece la U. Alberto Hurtado y la U. Mayor (3,3%).
Si bien la pluralidad aún es incipiente, a Isabel Aninat le parece destacable:
- La Universidad Chile es una universidad súper vinculada a lo público, pero es interesante cómo otras universidades ganan espacio y creo que es un reflejo de la sociedad, cómo se va especializando. Hay cada vez más personas con grados académicos, incluso grados académicos de doctorado. Y creo que eso es interesante en términos de cómo se va sofisticando la sociedad, pero al mismo tiempo también complejizando.
Igualmente, a Cristóbal Rovira le resulta un dato de interés, sobre todo en relación a la mayoría de la población. Y plantea un matiz:
Creo que la cantidad de gente que tiene posgrados demuestra que la cuna aún importa. Es una proporción considerable si lo comparamos con la media del país, donde prácticamente nadie tiene posgrados. Eso te refuerza la idea de que en el fondo esta es una élite super educada, ya sea porque es más inteligente o tiene más posibilidades de acceso. Eso refleja que la educación pesa, y no cualquier universidad: ahora van más a la Universidad Chile que a la Católica, pero siguen siendo las dos universidades tradicionales. Las demás tienen menos incidencia.
Cristóbal Rovira
El estudio arroja además que en cuanto a posgrados, solo un 15% estudió en universidades ubicadas dentro el top 50 a nivel global, entre ellas Cambridge (3,3%) y el University College de Londres (2,4%).
- La pregunta acá es el efecto Becas Chile, pero el estudio no lo aborda: cuánta gente recibió apoyo para sus posgrados -se pregunta Isabel Anitat-. Pero llama la atención lo poco de los estudios en países de habla inglesa.
Cristóbal Rovira ensaya una explicación para este aspecto:
- Mi interpretación es que la gente que hace un posgrado en la clase política lo hace menos por una ambición académica y más por una ambición política. En el fondo, mucha gente hace un magister porque le puede servir en su propia profesionalización, en su carrera política. Por lo mismo creo que Chile es un lugar lógico, no te quieres escapar del medio, y a lo más te vas a España o Estados Unidos.
En términos generales, el estudio ilumina las transformaciones que, acaso lentamente, ha experimentado el medio político. También revela las diferencias entre el Poder Ejecutivo, el Legislativo y los alcaldes, donde aún la brecha de género es mayor y la preparación académica menor.
- En general el estudio lo que te muestra es que en 10 años la clase política se ha diversificado tanto en los colegios, en los tipos de carrera y en las universidades de las cuales proviene. Eso es muy interesante. Los abogados fueron parte fundamental de la construcción del Estado y siempre han estado súper presentes. Luego con la creación de la Corfo sobre todo, los ingenieros empezaron a ganar espacio. Hoy hay más diversidad y es interesante cómo el Estado ha ido diversificando las carreras que participan de la decisión pública. Eso hace que el debate sea más plural y también más complejo, en el sentido de que permite abordar la mayor complejidad de los problemas, que hoy día son multisectoriales.
Cristóbal Rovira reconoce una tendencia a la renovación, sobre todo en los aspectos de edad y género.
- Yo diría que lo que observamos es un proceso gradual o lento de renovación. Y creo que aquí es importante el adjetivo, porque si comparamos Chile de 1990 con el de 2023, estamos mucho mejor en temas de género, pero es porque 1990 era otra época. Entonces creo que hay que ser cuidadoso. En temas de género, sí, es un tema que llegó para quedarse: en la discusión de los bordes, creo que ese borde ya se corrió. Es un logro. Haciendo futurología, si llegara un gobierno de derecha, la variable de género es la que más les costaría ignorar.
Gobierno feminista
El primer gabinete del Presidente Boric lo integraron 33 mujeres y 31 hombres, es decir, tenía una ligera mayoría en favor del género femenino (52%). Una diferencia ostensible respecto del gabinete de 2013 de Sebastián Piñera, donde las mujeres solo llegaban al 20%.
En términos de educación de los miembros del Poder Ejecutivo, los colegios con aporte estatal crecen del 24% en 2013 al 52 % en el actual gobierno. Un aumento del 28%. Pero si se reduce el campo de visión al Presidente y sus ministros, los colegios privados son mayoría (58%); los colegios con aporte estatal llegan al 37%.
En el caso de los subsecretarios, la proporción se invierte: 62% recibió educación municipal o subvencionada, frente al 34% que estudió en colegios privados.
El gobierno actual se formó en un 50% en la Universidad de Chile, mientras el 56% del Poder Ejecutivo de 2013 provenía de la UC. En ambos casos, el 84% de los miembros del gobierno estudió en universidades tradicionales.
En 2013 los ingenieros comerciales (36%), civiles (16%) y los abogados (27%) eran los profesionales dominantes. Hoy la distribución es más amplia: los abogados (20%), ingenieros civiles (14%), comerciales y médicos (7,8%) ocupan la mitad del gobierno. La otra mitad la integran economistas, cientistas políticos, antropólogos y sociólogos, entre otros. En el conjunto predominan las ciencias sociales y humanidades.
En términos de posgrados, el 78% del gabinete tiene estudios de magister o doctorado, un 18% más que en 2013. La mayoría de esos estudios se hicieron en Chile (40%); otros destinos fueron Reino Unido (18%), España (16%) y Estados Unidos (10%).
En cuanto a las universidades donde obtuvieron sus grados académicos, sobresale la Universidad de Chile (14%), seguida de Cambridge (8%) y más atrás UCLA Berkeley, Oxford, la UC y la Alberto Hurtado (4% cada una).
Congreso con más educación municipal
La mejor distribución de género del Congreso es más visible entre los diputados que en el Senado. En la Cámara Baja, de 155 congresistas, 54 son mujeres (34,8%). Entre los senadores, la proporción es de 24% de género femenino y 76% masculino.
El Congreso actual también muestra un aumento de la educación municipal y subvencionada: del 46% de 2013 pasa a un 61% en 2023. Es decir, crecen un 15 %, sobrepasando a los privados (39%).
Esta tendencia es ciertamente más notoria entre diputados: un 65% recibió educación con apoyo estatal y un 34% estudió en colegios privados. En el Senado, en tanto, la educación privada y con apoyo del Estado están igualadas: 50%.
Si se observa la región de egreso, el 40% del Congreso Nacional proviene de Santiago. Le siguen Valparaíso y la Araucanía (7,4%, cada una).
La Universidad de Chile (18%), la UC (10%) y la Universidad Austral (5,4%) predominan en el Poder Legislativo, que exhibe ahora mayor diversidad que en 2013, cuando las dos primeras concentraban casi el 50% de los parlamentarios.
Abogados, ingenieros comerciales, médicos y profesores son las profesiones principales en ambas Cámaras, al igual que en 2013. Del total de los parlamentarios, un 70% tiene estudios de posgrado, un 3% más que el Congreso del año 2013.
La Universidad de Chile (11,5%), la UC y la UDD (8,2% cada una) son las favoritas entre los posgraduados. Harvard, la UAI, la U. Mayor y la U. Austral concentran el 4,9% cada una.
Alcaldes, menos formación
El estudio analizó una muestra de 120 alcaldes, escogidos por azar. A diferencia del Poder Ejecutivo y Legislativo, las alcaldías presentan un avance más lento en términos de género. Si en 2013 el 14% de los municipios era liderado por mujeres, hoy es el 18%.
En términos de formación, el gobierno municipal muestra también sus propias singularidades: el 87% de alcaldes y alcaldesas proviene de la enseñanza municipal o subvencionada y solo el 12,8% de colegios privados. La cifra es muy similar a 2013, cuando el 84% se había formado en la educación con aporte del Estado.
Del mismo modo, el liderazgo municipal exhibe menos años de formación y menos grados académicos: casi un 37% no cuenta con estudios universitarios.
Entre las profesiones, abogados (7,5%), profesores (4,2%), ingenieros comerciales y contadores (3,3%) lideran una distribución muy amplia. Las universidades de pregrado preferidas son la U. de Chile (6,7%), Inacap (5,8%) y la UC (5%).
Del universo de alcaldes y alcaldesas solo un 10% cursó estudios de posgrado.
En el caso de las 50 comunas con mayor población, hay diferencias: en estos casos, la representación de género sube al 39% y educación privada llega al 25%. A su vez, un 67% cuenta con estudios universitarios de pregrado y un 17% con posgrados.
- Esto demuestra que el mundo del Poder Ejecutivo y el Legislativo no es equivalente a los alcaldes, aun cuando todos son la clase política en sentido amplio -dice Cristóbal Rovira-. El canal político, si tú quieres ser alcalde, es distinto al canal de diputados y senadores. Y no es lo mismo ser alcalde de una comuna como Providencia que de una localidad rural.
Los alcaldes son una élite con rasgos socioeconómicos y sociodemográficos distintos. Y uno podría pensar que mientras más te acercas al poder de la élite, Congreso y Ejecutivo, más pesa la cuna o formación educacional.
Cristóbal Rovira
De izquierda a derecha
El estudio ofrece otro capítulo de análisis por bloques políticos, a partir de la votación en el plebiscito constitucional del 4 de septiembre del año pasado. El universo lo conforman el Poder Legislativo y los alcaldes (se excluye al gobierno).
De este modo, la izquierda y centro izquierda agrupa a los partidos de Apruebo Dignidad, Socialismo Democrático, Partido Ecologista Verde, Partido Humanista y la DC. Suma 135 representantes en esta muestra.
En la derecha y centro derecha se ubican los partidos de Chile Vamos, el Partido de la Gente y el Partido Republicano. En total, 121 representantes.
El tercer bloque es el de los independientes: 69 personas sin filiación política.
Con esta base, el estudio subraya diferencias entre los bloques políticos: en la izquierda y centro izquierda, hay una mayor participación de género, con un 38% de mujeres, lo que equivale a un 16% más que en la derecha y centro derecha.
En términos generacionales, derecha y centro derecha tienen proporcionalmente grupos de mayor edad: un 64% de personas entre 40 y 60 años, 24% sobre esa edad, y solo un 12% menor de 40 años. En la izquierda y centro izquierda crecen los menores de 40 (27%) y disminuyen los otros rangos (56% entre 40 y 60; mayores, 17%).
La Educación Media caracteriza a ambos grupos: en la izquierda y centro izquierda los colegios privados llegan al 28%, los establecimientos subvencionados suman 25% y los municipales, 46%. Entre sus adversarios políticos, la educación privada representa el 40%, mientras liceos municipales alcanzan el 42% y los subvencionados, 17%.
Entre los independientes,en tanto, el 67% se formó en liceos municipales.
La Universidad de Chile es el alma mater del 24% de la élite de izquierda y centro izquierda, secundada por la UC (5%), la UCV e Inacap (4% cada una). En la derecha y centro derecha es la UC la universidad preferida (14%); a distancia aparecen la U. Austral y la Gabriela Mistral (6%) y la U. de Chile (5%).
Entre los independientes, la U. de Chile y la U. de Concepción comparten honores (9%),así como la UC y la U. Austral (6%).
Entre las profesiones, los abogados tienen mayor representación entre los tres segmentos. El segundo lugar, en cambio, lo ocupan ingenieros comerciales en la derecha (16%) y profesores en la izquierda (5%) y entre los independientes (6%).
Entre la izquierda y centro izquierda, un 16% no cuenta con estudios universitarios, el 55 % completó la universidad y un 25% siguió cursos de posgrado. En la derecha y centro derecha las proporciones son similares: 17% tiene educación media, 53% completó los estudios de pregrado y un 27% son posgraduados.
En el bloque de los independientes aumenta la proporción de figuras que solo cuentan con educación media: 39%.
La nueva aristocracia política chilena
Por Rafael Rodríguez, presidente de Seminarium
El estudio de la Educación de los líderes políticos chilenos realizado por Seminarium, es el tercero en un período de 20 años que permite observar la evolución de la clase política dirigente de nuestro país.
De los resultados se pueden concluir varias tendencias que llaman la atención.
La primera de ellas es que la elite política chilena dejó de ser una aristocracia basada en la cuna, endogámica y de difícil acceso; por el contrario, la característica común más destacable es el nivel educacional que exhibe; muy por sobre el promedio de la población y propio de una élite dentro de la sociedad.
En efecto, no deja de ser significativo que un 78.1% del poder ejecutivo tenga estudios de postgrado, mientras que un 42% de los senadores alcanza ese nivel educacional, un 25.8% de los diputados y sólo un 10% de los alcaldes.
A nivel agregado, poder ejecutivo y legislativo en su conjunto exhiben un 90% de profesionales universitarios incluyendo un 41.1% de postgrados.
Marcando un contraste con lo anterior, un 48.4% de los alcaldes tienen licencia secundaria o técnica o estudios universitarios incompletos
Consistente con la mayor apertura a la élite política no se llega sólo por una ruta; los políticos de derecha fundamentalmente estudian más frecuentemente en colegios particulares pagados que sus colegas de izquierda, egresan proporcionalmente más desde la Universidad Católica y son más asiduos a estudiar sus postgrados en universidades americanas, mientras que los políticos de izquierda mayoritariamente estudian en colegios de la educación pública (municipales o subsidiados por el estado), van a la Universidad de Chile para estudiar sus pregrados y concurren más a universidades europeas que sus contrapartes.
Con todo, la élite política, tanto de derecha como de izquierda, es la misma en cuanto a sus grados académicos, sólo se diferencian por los caminos que toman.
En relación a la fluidez de esos caminos, surge un elemento de preocupación con el paulatino deterioro de la excelencia educacional de colegios emblemáticos; los principales 4 de estas instituciones fueron responsables de la educación escolar de un 8.1% de los políticos nacionales; si se dañan esos puentes, se podría esperar un estrechamiento de los caminos hacia el liderazgo político para alumnos que no estudian en colegios particulares pagados.
Hay mucho que escarbar en este Estudio, nuestra esperanza es que de las conclusiones que se puedan obtener de él contribuyan a alimentar nuevas perspectivas y eventualmente, decisiones para el futuro.