El sueño de la ministra del Interior, Carolina Tohá, fue interrumpido por una llamada a la 1.45 de la madrugada del sábado. Era su jefa de gabinete, Pía Mondaca. Las noticias que debía darle no era buenas: durante esa misma noche, tres carabineros de la 4ª Comisaría de Control de Orden Público (COP) de Los Álamos, que concurrían a un procedimiento luego de llamados al 133 alertando sobre disparos, habían sido emboscados, muertos a tiros y quemados dentro de su camioneta institucional en el sector de Quilaco Antiquina de Cañete, en la ruta que une a esa comuna de la Región del Biobío con Tirúa. Los cuerpos fueron encontrados por bomberos, alertados por las llamas. En ese operativo, se pudo identificar a las víctimas.
El mayor de los tres era el sargento primero Carlos Cisternas Navarro, de 43 años. Lo seguían los cabos primeros Sergio Arévalo Lobo, de 34 años, y Misael Vidal Cid, de 30. Todos padres de familia y todos, además, con distinciones y felicitaciones por su profesionalismo policial en sus hojas de vida.
Mientras la ministra Tohá se enteraba de esto, el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, también se puso en contacto con ella para informarle del ataque. El contexto del atentado sólo lo hacía más complejo: días después de que el líder de la CAM, Héctor Llaitul, fuese encontrado culpable de varios delitos, arriesgando una pena de 25 años de cárcel, pero, también, el día en que Carabineros se preparaba para celebrar su 97º aniversario.
Había un elemento más. La semana que terminaba se había especulado sobre los términos en que se sellaría la renuncia del general Yáñez, días antes de su formalización el 7 de mayo por el delito omisivo de apremios ilegítimos, durante el estallido social.
Todo eso estaba en el aire cuando Tohá tuvo que salir hacia La Moneda, a donde llegó alrededor de las 2.30. Ahí se reunió con el Presidente Boric, la ministra de Defensa, Maya Fernández, y el subsecretario de la misma cartera, Ricardo Montero. El subsecretario Manuel Monsalve -que estaba cumpliendo funciones en Colchane- y la delegada presidencial del Biobío, Daniela Dresdner, participaron telemáticamente de la conversación por esta situación de emergencia.
Ya en esa instancia, Boric habría planteado la idea de mantener a Yáñez en su cargo. Una vez que terminó la reunión, cerca de las 4.00, la ministra Tohá grabó un video en el segundo piso, en el sector conocido como “la galería de los presidentes”, que subió a sus redes sociales. En ese mensaje, la titular de Interior entregó los principales detalles que se manejaban del ataque, informó que se decretaban tres días de duelo nacional y avisó que, producto de esta tragedia, no se realizaría la ceremonia que se tenía prevista para festejar el Día del Carabinero. En lugar de ello, agregó, las principales autoridades del Estado se desplazarían hacia Los Álamos para conmemorar este día con las familias de las víctimas y la comunidad que sufría la pérdida de los policías.
La siguiente parada fue el Grupo 10 de la FACh. Una vez que llegaron a la base de Pudahuel, esperaron a que el avión estuviese listo y tomaron asiento para salir con ruta hacia Concepción. El general Yáñez también viajó en esa aeronave. En una conversación que tuvo con Tohá, el jefe de la policía uniformada se habría enterado de la decisión del presidente de mantenerlo a cargo de la institución. Después del despegue -a las 5.45- no se habló mucho más en el avión porque las autoridades aprovecharon de dormir durante algunos minutos.
Lo crítica de la situación obligó a que distintas instancias del oficialismo se activaran desde temprano. Desde el comité político llamaron a las 6.00 aproximadamente, a los partidos para que se acompañaran en el Cañete. Por esta razón, Diego Vela (RD) y Lautaro Carmona (PC) viajaron.
El resto estaba durmiendo para el incidente. No fueron los únicos: la timonel del PS, Paulina Vodanovic, recibió un llamado del ministro Elizalde alrededor de esa hora también. De hecho, Vodanovic citó a todos los presidentes de los partidos de gobierno a las 13.30 en el PS. En ese lugar se reunieron hasta las 15. De esa conversación sacaron un comunicado repudiando el atentado y manifestando la necesidad de que se apruebe la nueva ley antiterrorista, como también que se avance la discusión sobre las leyes de inteligencia, Ministerio de Seguridad y Reglas de Uso de la Fuerza.
Uno de los temas que hablaron fue sobre qué hacer con la situación del general Yáñez. La decisión que tomaron fue que acatarían y seguirían la opción que tomara el Presidente.
Mientras tanto, en el Grupo 10, el de Boric, Tohá y Yáñez no había sido el único vuelo que salió desde Pudahuel. También hubo otro en el que se embarcaron las autoridades de los otros poderes del Estado, como diputados, senadores y el fiscal nacional, Ángel Valencia, por ejemplo. El tercero fue para la prensa acreditada. Este diseño, planteaban en Palacio, permitía dar una demostración de unidad de los diferentes poderes del Estado en un momento así de crítico.
Diálogos en la comisaría
Ya en la capital del Biobío, Tohá y Yáñez tomaron un helicóptero hacia Cañete y, una vez allá, tomaron un auto hasta el sitio del crimen. A pesar de las horas que habían pasado, cuentan testigos, en ese momento aún puede sentirse el olor a quemado del vehículo siniestrado. La ministra de Interior y el general presenciaron las pericias y conversaron con funcionarios del Labocar. Según trascendió, los tres fallecidos salieron desde Los Álamos armados con tres pistolas con 90 municiones 9 milímetros, dos Uzi con 100 municiones 40 milímetros y una escopeta de serie con 50 cartuchos. Ninguna fue hallada en el sitio del suceso.
Después regresaron a la 4ª Comisaría de Los Álamos a dónde llegaría el Presidente. Allá el ambiente estaba espeso. Había vecinos gritándole al mandatario que renunciara y enrostrándole que, según ellos, no protegía a carabineros. Boric, que se reunió durante algunos minutos con los familiares de las víctimas, no fue el único blanco de las críticas. El fiscal Valencia, el ministro Segpres, Álvaro Elizalde, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola, recibieron el mismo trato.
Manifestantes con banderas chilenas y pancartas los increparon, quejándose a viva voz de que esta era un tipo de violencia que allá “pasaba todos los días”. Elizalde reaccionó expresando que “aquí lo importante es que se aclaren los hechos, que haya justicia y que este crimen atroz no quede en la impunidad”. Con la diputada PC fueron más duros. Algunos manifestantes se abalanzaron sobre ella, reclamándole que “usted es una de las culpables”.
En esa comisaría también estaba Miguel Vidal, el padre del fallecido cabo Misael Vidal. Frente a la prensa, recordó los últimos momentos con su hijo.
Dijo: “Anoche pasó a la casa y se despidió de mí”. El padre contó que al cabo Vidal le gustaba ser carabinero, que era la profesión que había elegido, pero que era un trabajo que lo obligaba a circular por sector muy peligrosos, como el de la ruta que une a Cañete con Tirúa, donde “nadie sabía si les tenían una emboscada o no”.
Antes de despedirse, tratando de explicar la impotencia que sentía, Miguel Vidal resumió así cómo se sentía: “Lo que ocurrió no tiene nombre. Ahora sí que si el gobierno no hace algo, yo ya no sé”.
Dentro la comisaría se reunió toda la comitiva. El diputado Andrés Jouannet (Amarillos) asegura que la reunión fue de carácter general, donde no se pudieron hacer preguntas y en la cual el Presidente “nos ha pedido que nos pongamos todo atrás del Estado, que en el fondo saquemos adelante esto, nosotros nos ponemos detrás siempre que haya una propuesta concreta”.
En esa línea, el también presidente de Amarillos asegura que esperan que el gobierno “le dé prioridad a ciertos proyectos de ley, como el uso de la fuerza, el proyecto de Ley de Inteligencia, el Ministerio de Seguridad Pública también lo podamos sacar rápido”, concluyendo que se requiere estado de sitio.
Tras 30 minutos, y antes de que terminara la instancia con todos los poderes del Estado, el Presidente Boric y el general Yáñez salieron para mantener una conversación privada que se extendió por 20 minutos. Hasta ese momento, la investigación del Ministerio Público había sido declarada secreta, no se sabía cuándo serían los velorios de los tres uniformados, cuyos restos estaban siendo examinados en el Servicio Médico Legal de Cañete, sin fecha para ser entregados, y tampoco nadie se había atribuido el ataque. Lo único que existían eran especulaciones. Una de ellas se sustentaba en que en el sector del atentado hay comunidades mapuche asociadas al grupo terrorista WAM (Weichán Auka Mapu) y al robo de vehículos. Por lo mismo, esa tesis le quitaría peso a la posibilidad de que el ataque estuviese relacionado a la CAM y a la condena de Llaitul en Temuco.
“En esto todos somos necesarios”
La ministra Carolina Tohá fue la primera en hablar con la prensa. Las preguntas, como era de esperar, apuntaban a si estos hechos cambiaban el destino de Yáñez.
“Lo que hoy necesitamos es estar todos unidos. Este no es un momento en que podemos recoger ni enfrentar ningún tipo de debilitamiento, entonces vamos a encontrar la manera que ninguna situación debilite a los que tenemos que estar presenten, partiendo por Carabineros, que es la víctima acá”.
La titular de Interior fue enfática en ese punto.
“Vamos a encontrar la manera en que esto sea así y que en los próximos días no pase nada que signifique debilitar, dividirnos o abrir entre nosotros algo que nos divida, cuando lo que necesitamos es trabajar juntos”.
El mensaje de que una tragedia así obligaba a las autoridades a aunar esfuerzos también estuvo presente en las palabras de la Presidenta de la Cámara Baja. De hecho, Karol Cariola sostuvo que se suspendería la semana distrital que comenzaría el lunes 29 de abril, para poder apurar el trámite de proyectos de ley vitales para enfrentar este tipo de delitos.
“Desde el lunes comienzan a trabajar las comisiones de Seguridad y Constitución Unidas para avanzar en Reglas del Uso de la Fuerza y también legislará la comisión de Defensa para tramitar la ley de inteligencia”, confirmó Cariola.
El más afectado de todos parecía ser el general Ricardo Yáñez, a quien le tocaba despedir a tres nuevos mártires el día del aniversario de su institución. Por lo mismo, sus palabras se sintieron como un llamado a su tropa.
“Nuestros carabineros se encuentran afectados, dolidos, golpeados, pero están de servicio todavía en la calle. Están trabajando en las investigaciones, junto al Ministerio Público para recoger la evidencia necesaria para poder capturar, detener, a los que cometieron este horrendo crimen”,
Luego, en una entrevista con Radio Biobío agregó: “hasta cuándo cresta siguen matando a los carabineros (…) todo da cuenta de que esto no fue casual. Tres llamados consecutivos a la Central de Comunicaciones, despachan los vehículos y después llaman para avisar que un vehículo nuestro se encontraba en llamas y que había tres cuerpos, tres carabineros quemados, calcinados. Esto habla de una preparación. Esto no fue algo fortuito. Esto habla realmente de un asesinato cruel, cobarde, que no puede quedar impune”.
El último en hablar fue el Presidente.
Dijo: “atentar contra Carabineros es atentar contra la patria entera. La mejor arma que tenemos para combatir a estos delincuentes, a esta gente despiadada que ha cometido un crimen horrendo, es la unidad, por eso está aquí el Estado presente”.
Con el general director a su lado, aseguró que “nuestro rol como autoridades es dar conducción y entregar resultados, no actuar con la cabeza caliente. Y en esto todos somos necesarios. Por cierto, lo es también el general Yáñez”.
En la misma vocería se informó que tanto el subsecretario Monsalve, como la ministra de Defensa se quedaran en la zona trabajando con el alto mando de Carabineros.
Los ánimos no habían logrado calmarse cuando el teléfono volvió a sonar. Esta vez en la 3ª Comisaría de Cañete. Una telefonista de carabineros tomó el llamado, cerca de las 14.15. Era desde un número celular. Cuando contestó, la funcionaria escuchó una voz que, más tarde, describiría como chilena, masculina y que le dijo esto:
“Los vamos a matar. Nos echamos a tres pacos, ahora vamos a la comisaría y vamos a dejar la cag..”.
Antes que la carabinera pudiera reaccionar, el hombre colgó la llamada.
La noche de este sábado, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, anunció el establecimiento de un toque de queda en las comunas de Cañete, Contulmo y Tirúa, el cual comienza desde las 00:00 horas y hasta las 7:00 horas del domingo.
La autoridad aseguró que “el objetivo de implementar el toque de queda obedece fundamentalmente a dos tareas que nos parece esenciales es poder facilitar la investigación que se está llevando adelante y la investigación es determinante para encontrar a los responsables, detenerlos y sancionarlos. El segundo objetivo es para tener un mejor control territorial”.