Bill Clinton, entonces gobernador de Arkansas, no comenzó bien su aventura presidencial en 1992. En las primarias demócratas de ese año perdió todas las contiendas de enero y febrero, hasta que recién en marzo logró imponerse y ganar el Súper Martes, con holgados triunfos en ocho de los 11 estados que acudieron a las urnas ese día. En ese momento, algunos señalaron que el precandidato había “renacido entre los muertos”.
A partir del Súper Martes a Clinton no lo detuvo nadie: desde abril triunfó en todos los estados y finalmente se quedó con la nominación presidencial del Partido Demócrata. Fue tan fuerte el huracán Clinton que en las elecciones presidenciales arrasó y frustró la reelección del republicano George H. Bush.
En Estados Unidos al Súper Martes se le da esa nominación porque es el día cuando más estados realizan elecciones primarias para elegir al candidato presidencial de ambos partidos. Se trata de un día que puede definir el futuro de los precandidatos para bien o para mal. Así, si para Clinton fue un trampolín, para otros es la debacle.
Mientras los republicanos ya tienen asegurada su carta presidencial este año (Trump va a la reelección), el Súper Martes del 3 de marzo significa la vida o la muerte para los precandidatos demócratas. Esta vez son 14 los estados que llevarán a cabo sus primarias o caucus: Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont, Virginia, además de Samoa Americana. Además, este año participarán los dos estados más poblados del país: California y Texas, el primero por primera vez en un Súper Martes.
En ello radica la importancia y atención que le han asignado los precandidatos demócratas, con el senador de Vermont, Bernie Sanders, como el gran favorito, seguido por el exvicepresidente Joe Biden.
El martes estarán 1.357 delegados en juego de los cerca de 4.000 que luego deberán nominar al candidato presidencial en la Convención Demócrata en julio, es decir, casi un tercio del total de delegados (34%). Hasta ahora, en los caucus de Iowa y Nevada, y en las primarias en New Hampshire y Carolina del Sur, se han repartido apenas 155 delegados. Luego del Súper Martes quedarán por repartir, gradualmente, 2.467.
“En términos generales el Súper Martes está diseñado para ayudar a los candidatos a ganar impulso, de modo que las elecciones primarias terminen antes y los partidos puedan trabajar para unirse detrás de sus (presuntos) nominados”
John Miles Coleman, experto del Centro de Política de la Universidad de Virginia
Una fallida estrategia
El primer Súper Martes se remonta a 1988, pero desde 1976 que varias elecciones en distintos estados se concentraban en un mismo día. Sin embargo, a fines de los 80 el Partido Demócrata ya se había cansado de que en los estados del sur del país estuvieran perdiendo peso en el proceso de nominación. Por eso, muchos estados programaron sus primarias para el mismo día y más temprano en el calendario, con la esperanza de que tuvieran una mayor prioridad para los candidatos. La idea fue que si los estados del sur celebraban sus primarias juntos, en un día durante febrero o marzo, podrían tener una mayor influencia sobre la nominación presidencial del partido.
Para Josh Putnam, politólogo que dirige el sitio FrontloadingHQ, que se centra principalmente en las reglas del proceso de nominación presidencial, “la idea en los 70, que no se concretó hasta 1988, era que si los estados del sur celebraban primarias temprano y votaban juntos por un candidato conservador o moderado, ese candidato se convertiría en el nominado. También se pensó que esa persona, un conservador/moderado del sur, tendría más posibilidades de vencer a un republicano en las elecciones generales”.
Pero para ese año la estrategia no tuvo los resultados esperados, puesto que quien resultó como el nominado demócrata fue Mike Dukakis, de Massachusetts. De todas formas, el concepto se mantuvo a través de los años.
“Fue un esfuerzo de los estados del sur celebrar todos sus primarias el mismo día con el objetivo de influir en la nominación demócrata para seleccionar un candidato más moderado. Hubo estados que no son del sur que también celebraron sus primarias el mismo día, por lo que se convirtió en algo más que una primaria regional sureña”, narra a La Tercera Barbara Norrander, autora del libro Super Tuesday: Regional Politics and Presidential Primaries.
El Súper Martes más grande tuvo lugar en 2008, cuando 24 estados acudieron a las urnas en el caso del Partido Demócrata (la mitad del número de delegados) y 21 en el caso de los republicanos. Por su magnitud, a ese día se le denominó el “Tsunami Tuesday” o el “Giga Tuesday”. Además se dio una particularidad: las votaciones compitieron en atención con el Mardi Grass, el Super Bowl y un tornado en el sur que mató a 57 personas. En cuanto al resultado, tanto Barack Obama como Hillary Clinton se dieron por ganadores. De esta manera, en esa ocasión, el Súper Martes no definió a la carta demócrata.
Por el lado republicano, también en 2008, John McCain era el favorito, pero Mitt Romney consiguió apoyos inesperados en algunos estados que votaron primero, como Michigan y New Hampshire. Pero después de que McCain salió fortalecido del Súper Martes, Romney se retiró de la carrera y señaló que una pelea más larga en primarias dañaría al partido.
Continuar o desistir
La cantidad de estados que votan en los Súper Martes varía con los años y depende de ciertos factores. “Como incentivo, los Comités Nacionales demócratas (y republicanos) asignan más delegados en la Convención a los estados que celebren sus primarias más tarde en el calendario, para que el calendario de primarias no se ‘sobrecargue’ con demasiados estados votando temprano. Un ejemplo perfecto de eso es California. Este año realizará primarias en el Súper Martes, pero en 2016 no votó hasta junio. En consecuencia, ahora tiene 416 delegados en lugar de los 475 que tuvo cuando votó más tarde en el año”, explica a La Tercera John Miles Coleman, experto del Centro de Políticas de la Universidad de Virginia.
“Los estados se salen del Súper Martes cuando se llena demasiado (el calendario) y sienten que su estado está siendo pasado por alto. Algunos estados también abandonan el Súper Martes por razones financieras: la mayoría de los estados que celebran una primaria ese día también tienen primarias para otros cargos políticos en una fecha posterior. Esto significa que el estado tiene que pagar el costo de dos elecciones primarias”, dice Norrander.
Esta cita electoral clave es en definitiva el reflejo más cercano de las elecciones generales de EE.UU., cuando los candidatos de ambos partidos compiten por los votos de todos los estados en un mismo día. Por eso, los resultados del Súper Martes dan el impulso a algunos precandidatos para conseguir la nominación o, por el contrario, confirman que las opciones son escasas y prefieren desistir.
“En términos generales el Súper Martes está diseñado para ayudar a los candidatos a ganar impulso, de modo que las elecciones primarias terminen antes y los partidos puedan trabajar para unirse detrás de sus (presuntos) nominados”, sostiene Coleman.
En el año 2000, por el lado demócrata, el senador de Nueva Jersey, Bill Bradley, pensaba que conseguiría la nominación. Pero en el Súper Martes perdió de manera estrepitosa frente a Al Gore, tras lo cual abandonó la carrera.
“El Súper Martes, al asignar tantos delegados, generalmente ha sido una fecha en la que un candidato construye una ventaja insuperable (muchas de las carreras en 2004 y antes encajan en esta categoría): o deja la carrera con dos candidatos bastante parejos (como en 2008). En 2016 hubo una combinación de los dos. Hillary Clinton construyó una ventaja, pero Sanders todavía era competitivo en estados que generalmente eran más blancos o tenían caucus en lugar de primarias”, recuerda Putnam.
Para este martes, Sanders asoma como el favorito. Según Real Clear Politics, en Texas y California, el senador lidera la carrera. La gran esperanza de Biden y el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, es arruinarle la fiesta, pero también seguir en competencia, un asunto de vida o muerte.