Ucrania acusa a Rusia de bloquear evacuación y Putin advierte a Occidente
El Ejército ruso reanudó ayer su “ofensiva” sobre las ciudades de Mariupol y Volnovaja, luego de que fracasara un cese temporal de las hostilidades para permitir la evacuación de civiles. A su vez, el jefe del Kremlin afirmó que las sanciones occidentales a Moscú equivalen a una “declaración de guerra” y alertó sobre cualquier intento de imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania.
En momentos en que la guerra en Ucrania ya ha entrado en su segunda semana, la tensión sigue en aumento. Ayer las autoridades ucranianas postergaron la planeada evacuación de los habitantes de dos ciudades asediadas y bombardeadas por las fuerzas rusas, a las que acusaron de violar un alto el fuego temporal que debe permitir que los civiles escapen de una de las zonas de combates más duras del conflicto, en el sureste del país. Ello, mientras el Presidente ruso, Vladimir Putin, elevó su apuesta contra Occidente, al advertir que consideraría como cobeligerante a cualquier nación que intente imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania y sostener que las sanciones contra Rusia son como una “declaración de guerra”.
Luego de que el Ministerio de Defensa ruso declarara un alto el fuego para la “apertura de corredores humanitarios” cerca de Mariupol y Volnovaja, la alcaldía de la primera ciudad anunció en las redes sociales que la evacuación comenzaría antes del mediodía. Sin embargo, la operación “fue postergada por razones de seguridad”, ya que las fuerzas rusas “continúan bombardeando Mariupol y sus alrededores”, indicó unas horas más tarde la alcaldía en Telegram, solicitando a los residentes que volvieran a los refugios y esperaran más información sobre la evacuación.
“Estoy ahora mismo en Mariupol, estoy en la calle, puedo escuchar bombardeos cada tres o cinco minutos”, dijo Alexander, un ingeniero de 44 años y residente de la ciudad, citado por la cadena británica BBC. El corredor verde establecido para sacar a la gente no estaba funcionando, aseguró. “Puedo ver autos de personas que intentaron huir y están regresando. Es un caos”.
En respuesta, Rusia acusó a los “nacionalistas” ucranianos de Mariupol y Volnovaja de impedir a la población civil salir de esa zona, informó la agencia de noticias RIA. “Está pasando lo mismo en Kharkov y Sumy”, afirmó el Ministerio de Defensa, refiriéndose a dos ciudades del este de Ucrania en el epicentro de los combates, “así como en muchas otras localidades”, añadió.
Poco después, el Ejército ruso reanudó su “ofensiva” sobre las dos ciudades sitiadas del sureste de Ucrania, informó un portavoz del Ministerio de Defensa ruso. “Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalistas o a prolongar el ‘cese el fuego’, las operaciones ofensivas se reanudaron a las 18.00 de Moscú”, precisó el vocero, Igor Konashenkov.
“Ni un solo civil pudo salir de Mariupol ni de Volnovaja por los corredores de seguridad anunciados. La población de esas ciudades está retenida como escudos humanos por los grupos nacionalistas”, aseguró el portavoz. Según Konashenkov, “batallones nacionalistas” aprovecharon la interrupción de la ofensiva para “agruparse y reforzar sus posiciones”.
Emma Beals, investigadora en el Middle East institute, dijo al diario El País que “históricamente, Rusia ha aceptado aplicar un cese al fuego solo cuando está en línea con sus ambiciones estratégicas, con lo que puede ser una victoria militar completa”.
El gobierno ucraniano dijo que el plan era evacuar a unas 200.000 personas de Mariupol y 15.000 de Volnovaja. Sólo 17 personas fueron evacuadas de Mariupol ayer y nadie había salido aún de Volnovaja, según informó Tass citando a los separatistas prorrusos.
El alcalde Vadim Boichenko dijo que Mariupol, que antes de la invasión rusa contaba con unos 450.000 habitantes, estaba sometida a un “bloqueo”, sin electricidad, alimentos, agua, gas ni transporte. Las fuerzas separatistas y el Ejército ruso indicaron de su lado que la ciudad estaba sitiada.
Un equipo de la agencia France Presse vio ayer en Mariupol escenas de devastación, a pesar de que Putin sostiene que sus fuerzas no atacan áreas residenciales. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) calificó de “desgarradora” la situación de la ciudad.
Un miembro de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que se encuentra refugiado en la ciudad con su familia, afirmó que recolectó “nieve y agua de lluvia”, ante la imposibilidad de conseguir agua debido a las largas filas en los lugares de distribución. “Queríamos conseguir también pan ‘social’ (repartido por las autoridades), pero no estaba claro el horario ni los puntos de distribución. Según la gente, muchos almacenes fueron destruidos por los misiles y personas muy necesitadas se llevaron las cosas que quedaron”, agregó. “Esta noche el bombardeo fue más duro y cercano”, dijo el miembro de MSF, quien destacó que todavía no había electricidad, calefacción ni conexiones de telefonía móvil.
Mariupol ha soportado fuertes bombardeos, una señal de su valor estratégico para Moscú. El control de este puerto del mar de Azov le permitiría a Rusia una continuidad territorial entre sus fuerzas llegadas de la península de Crimea en el mar Negro -que Putin arrebató a Ucrania en 2014- y las de los territorios del Donbás en el este ucraniano, controlados por separatistas prorrusos.
Según el último balance actualizado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, publicado ayer, al menos 351 civiles han muerto y 707 han resultado heridos en Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero, agregando que es probable que los números reales sean “considerablemente más elevados”. Al respecto, la ONU denunció “cientos de víctimas civiles” en Volnovaja.
En tanto, el número de refugiados podría aumentar hasta 1,5 millones en la noche de hoy, desde los 1,3 millones actuales, según dijo ayer el director de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados.
“Declaración de guerra”
En medio de este escenario, Putin afirmó ayer que las sanciones occidentales a Rusia equivalen a una “declaración de guerra”, y advirtió que cualquier intento de imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania equivaldría a entrar en el conflicto.
“Estas sanciones que se están imponiendo son similares a una declaración de guerra, pero gracias a Dios no se ha llegado a eso”, dijo Putin, dirigiéndose a un grupo de azafatas en un centro de formación de Aeroflot cerca de Moscú.
Según indicó, cualquier intento de otra potencia de imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania sería considerado por Rusia como “una participación en el conflicto armado”. La OTAN ha rechazado la petición de Kiev de establecer una zona de exclusión aérea, alegando que supondría una escalada de la guerra más allá de Ucrania.
Putin aseguró que no hay reclutas involucrados en la operación militar, que, según él, está siendo llevada a cabo sólo por soldados profesionales. “Nuestro Ejército cumplirá todas las tareas. No lo dudo en absoluto. Todo va según lo previsto”.
Asimismo, el jefe del Kremlin descartó la preocupación de que se pueda declarar algún tipo de ley marcial o situación de emergencia en Rusia. Según indicó, tal medida se impone sólo cuando hay una amenaza interna o externa significativa. Además, Putin firmó ayer un decreto por el que ordena al consejo de ministros elaborar un listado de países que han realizado “acciones no amistosas” contra Rusia, que será publicado en dos días, informó Tass.
Putin se reunió más tarde con el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, en el Kremlin para hablar de la crisis. Israel se ha ofrecido a mediar en el conflicto, aunque las autoridades rebajaron las expectativas de avances. En tanto, el portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin, afirmó ayer que el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, está listo para sentarse a negociar con Putin en Estambul, o bien en Ankara. “Tener una reunión de este tipo sin duda afectará positivamente a la situación actual. Nosotros, como Turquía, estamos listos para contribuir a esto”, dijo Kalin. Por su parte, China pidió ayer que haya negociaciones “directas” entre Ucrania y Rusia en una conversación telefónica entre el ministro de RR.EE. chino, Wang Yi, y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.
Al margen de estas propuestas, los negociadores ucranianos dijeron que mañana se celebrará la tercera ronda de negociaciones con Rusia para un alto el fuego. Las dos rondas previas fueron infructuosas y Zelensky afirmó que Moscú debe parar los bombardeos primero.
Zelensky hizo una “petición desesperada” para que el este de Europa entregue aviones fabricados en Rusia a su país, durante una videollamada ayer con senadores estadounidenses, dijo el líder demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer. En la reunión por Zoom, los legisladores norteamericanos prometieron desbloquear US$ 10.000 millones de ayuda para Ucrania, la mitad destinada al área militar.
Según destacó ayer The New York Times, los gobiernos aliados han estado discutiendo cómo asegurar la línea de sucesión en Ucrania en caso de que las fuerzas rusas capturen o maten a Zelensky, en parte porque insiste en que no será evacuado.
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