El vandalismo giratorio de los barrabravas
Unos son infractores reincidentes, sorprendidos una y otra vez en los estadios, pese a tener prohibido el acceso. Otro es un periodista que trabajó en la propia UC y con ME-O. El perfil de alguno de los supuestos hinchas identificados atacando el fútbol. Los clubes empiezan a querellarse contra ellos.
El 16 de febrero pasado, todo fue caos y destrucción en el Estadio Monumental. Aquel domingo, en que se suponía se celebraría una nueva edición del clásico entre Colo Colo y Católica, decenas de hinchas albos entraron por la fuerza al recinto de Macul, golpearon a funcionarios de seguridad, rompieron las rejas que dividen las galerías y tribunas del sector Cordillera, saquearon un puesto de comida rápida y lanzaron fuegos de artificio a la cancha, lesionando con uno al delantero Nicolás Blandi, provocándole además un trauma auditivo, lo que obligó a suspender el duelo, que luego terminaría ganando definitivamente la UC. Los hechos son narrados en detalle en la querella interpuesta por Blanco y Negro en contra de ocho personas identificadas (luego reducidas a siete, porque uno de los hinchas es menor de edad) y quienes resulten responsables, documento al que tuvo acceso La Tercera.
La querella fue declarada admisible. Lo insólito del escrito contra los siete vándalos es que todos ellos ya tenían varias prohibiciones anteriores de acceso a los recintos deportivos, por lo que sus castigos fueron ampliados. Han reincidido una y otra vez, burlando todas esas medidas de prohibición de ingreso a los estadios con la que el fútbol pretende acabar con los violentos. No les dejan entrar, pero siguen entrando.
A esas personas, dicen desde Macul, se sumarán otras 12. A todos ellos se les imputan graves faltas en el escrito. “Comisión de los delitos de lesiones a las personas, daños a la propiedad y porte de elementos u objetos idóneos para perpetrar, incitar o promover la ejecución de estos delitos (…) y saqueo”, acusa la acción judicial, redactada por el estudio Quintana Ried Flores (QRF). Y lo hacen presentando pruebas. Además de las imágenes fotográficas y videos captados por las cámaras de seguridad de los presuntos violentistas, el club realizó un trabajo de inteligencia en el que registró diversas publicaciones de las cuentas ligadas a la Garra Blanca, en las que los barristas se atribuyen los hechos acontecidos.
Uno de los denunciados es Kevin Gutiérrez, quien posee un amplio prontuario de infracciones en los estadios. El 13 de abril de 2019, por ejemplo, había sido sancionado hasta 2025 sin acceso a los estadios chilenos por una riña y porte de arma blanca registrado en el sector Arica del Monumental, en el duelo entre los albos y O’Higgins. Luego, el 21 de julio de 2019 fue sancionado por maltrato de obra a Carabineros, agrediéndoles con puñetazos, patadas y hasta un paraguas, además de desprender las butacas de su base para lanzarlas contra el personal policial en el partido entre Barnechea y el Cacique. Esa vez lo castigaron hasta 2058 con la prohibición de ingresar a un recinto deportivo, pero a menos de un mes, el 4 de agosto, volvió a ser sorprendido en otro hecho de violencia. Fue en el partido entre los albos y Curicó, donde nuevamente protagonizó desórdenes en el sector Arica, por lo que se le sancionó hasta 2031 por ese hecho. Y el 5 de octubre de 2019, en el Superclásico con la U, fue sorprendido ingresando a la gradería local, vulnerando el derecho de admisión. Se le castigó hasta agosto de 2060 por ese hecho. En el clásico de hace dos semanas, volvió a entrar.
Son más los hinchas de Colo Colo indentificados. Otro es César Slier, quien tenía registrada tres sanciones previas. Una por maltrato de obra a Carabineros, otra por escalar una estructura en el estadio, la barrera de separación entre galerías, y una por vulneración del derecho de admisión. Otro de los denunciados es Nelson Maldonado, castigado anteriormente por daños a los vidrios de una micro de recorrido 210 del Transantiago el día del partido entre Colo Colo y Audax Italiano, disputado en enero de 2016, y por usurpación de identidad para el duelo del Cacique con Temuco, en agosto del mismo año. También está identificado Matías Lara, quien tiene prohibición de ingresar a los estadios hasta 2023 por usurpación de identidad y por portar un lienzo. En este caso, incluso, hubo ayuda de las imágenes captadas por el Canal del Fútbol para dar con él. Además, se incluyeron los nombres de Ricardo Burgos, Jonathan Zúñiga y Pedro Díaz. A todos los mencionados se les ve en las imágenes con camisetas del Cacique.
¿Cómo es posible que personas con reiteradas órdenes de prohibición para ingresar a los estadios chilenos puedan continuar haciéndolo impunemente? Desde Colo Colo prefieren no hablar. De hecho, el viernes pasado la Primera Sala del Tribunal de Disciplina de la ANFP decidió castigar al club con tres partidos sin público local por los incidentes ocurridos, especificando en el Octavo Considerando de su fallo la falta de garantías en el control de asistencia de público. “Se observa una deficiencia en cuanto al control de identidad del público asistente al recinto deportivo, toda vez que, más allá de la violenta irrupción de personas por el sector de Tribuna Cordillera, consta en los antecedentes que en Tribuna Rapa Nui se ubicaba una persona que tiene prohibición de ingreso a los estadios, lo que denota una deficiencia en el control de las identidades en el ingreso en ese sector del recinto deportivo”.
Desde Estadio Seguro, explican: “La fiscalización la hacen los clubes. Si alguna persona con prohibición ingresa al estadio es, o por fallas del organizador, porque la persona ocupó un carnet falso o porque ingresó por un lugar no habilitado”. Eso sí, aseguran que en este caso, se debió al ingreso a la fuerza de los que tenían el acceso prohibido.
En Católica, en tanto, también han identificado a cinco personas en los incidentes del partido ante O’Higgins, por la fecha dos. Y se les ha aplicado prohibición de acceso al estadio por 16, 14, nueve, ocho y siete años, respectivamente. Los mismos cinco ahora enfrentan una querella, causa liderada por el abogado Matías Moya. En este caso no constan prohibiciones previas de acceso a los estadios.
Uno de estos sancionados, según consta en la documentación del caso a la que ha tenido acceso a este periódico, es José Ignacio Bezanilla, que fue ingresado a código 102 (de la ley de derechos y deberes en el fútbol profesional, que se refiere a cuando se verifican infracciones a las normas sobre ingreso, permanencia y salida de un recinto deportivo) por causar daños al interior del estadio (tres años de castigo), por participar en riñas o desórdenes (tres años) y por agredir o intentar agredir a personal que trabaja en el estadio (tres años). Total, nueve años sin poder acceder a los estadios. El sujeto en cuestión, identificado con fotografías y videos que se adjuntan en el informe, socio abonado de la tribuna Mario Lepe, tiene una carrera profesional bastante pública y el día de los hechos de violencia vividos en el duelo contra O’Higgins, en las imágenes se le puede apreciar, a rostro descubierto, encima de la riña que el grueso de la hinchada protagonizó con Carabineros.
Titulado de periodismo de la Universidad Católica de Valparaíso, donde en 2010 ganó las elecciones para Consejero de Periodismo con casi el doble de votos de quien salió segunda, su reportaje de título se llamó Manual de escritura periodística para el área de comunicaciones de Cruzados SADP. En 2013 hizo su práctica profesional, justamente en la sociedad anónima de la UC, para luego quedar colaborando como freelance hasta fin de año. Siempre como seguidor cruzado, hasta 2017 fue parte de Frecuencia Cruzada, radio partidaria del elenco de Las Condes.
Su vida profesional ha estado más ligada a la política, eso sí. Fue parte del equipo de comunicaciones de la campaña presidencial de Marco Enríquez-Ominami, y en octubre de 2015 publicó un libro llamado La revolución de Marco.
Quienes han trabajado con él no se ponen de acuerdo en la apreciación sobre su personalidad. Algunos dicen sorprenderse con la sanción y los hechos que se le imputan. Otros, que el castigo no es algo extraño considerando sus salidas explosivas. Y Bezanilla, contactado por este medio, no quiso abordar su sanción.
En Coquimbo, en tanto, identificaron con sus iniciales a los tres detenidos el día de los incidentes en el duelo con Audax Italiano, el 31 de enero, en el Francisco Sánchez Rumoroso. M.N.M.T., de 27 años; J.C.L.V., de 48, y L.A.C.C., de 34. Ellos, además, protagonizaron hechos de violencia fuera del recinto y fueron imputados por delitos. La justicia ordenó la prohibición para que puedan asistir a encuentros de fútbol profesional, además de firma mensual. Y el fútbol también los castigó.
La U ejerció el derecho de admisión para las personas que causaron desmanes en el duelo contra Inter de Porto Alegre, por la primera fase de Copa Libertadores. Y aunque no los individualiza, sí aporta el dato de que al que ingreso al campo de juego ese día le dieron 16 años de alejamiento de las canchas, mientras que otras seis personas recibieron nueve años por desórdenes generados fuera del estadio una vez terminado el partido. Ellos también fueron motivo de querellas penales.
Actualmente, el listado de personas con prohibición de ingreso a los estadios del fútbol chileno asciende a casi 4.500. Día a día ese documento incrementa el número de sancionados, ya contando con 88 prohibiciones de ingreso a los estadios cursadas solo este año, según datos que maneja Estadio Seguro. Prohibiciones para 88 hinchas que, como prueba el contenido de la querella presentada por Colo Colo, siguen entrando. Al menos algunos.
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