Contactos, dinero y horas de lobby: Cómo se pierde y se recupera un torneo ATP
Contactos, dinero, apoyos, horas de lobby, rentabilidad... Los factores que acercan y alejan de una ciudad la organización de un gran torneo de tenis. Chile ha vivido las dos caras de la moneda.
Seis años debieron pasar para que Chile volviera a tener un torneo ATP, un tiempo suficiente para comenzar de cero, después de la triste forma en que el evento dejó de realizarse. Ya no había figuras atractivas, como los ex número uno del mundo Mats Wilander, Marcelo Ríos, Gustavo Kuerten y Rafael Nadal o los chilenos Nicolás Massú y Fernando González. "No había respaldo, la televisión no tenía interés en transmitir el campeonato y los auspiciadores tampoco querían participar, sobre todo si no había tenistas chilenos que llegaran a las rondas finales", recuerda Jaime Fillol, organizador del extinto certamen que se desarrolló en el país entre 1993 y 2014.
La historia había comenzado hace casi tres decenios, cuando se reorganizó el circuito para dar vida al ATP Tour, sucesor del Grand Prix Tennis Circuit y ahí Chile tendría un papel decisivo. "Cuando se cambia esto, la ATP se da cuenta de que Brasil tenía cuatro fechas y eso no podía ser. Vimos con mis hermanos Álvaro y Esteban la posibilidad de postular y así compramos los derechos para traernos la fecha", cuenta Fillol, quien fue parte de la comisión que reestructuró el calendario en 1990.
Pero después de 24 años, el panorama era desolador. Con Chile fuera de la élite del circuito, los hijos de Jaime Fillol (cuatro mujeres y un varón), y sus respectivas parejas, comenzaron a buscar fórmulas para que en el mediano plazo volviera al suelo nacional un torneo de esta envergadura. Así surgió la idea de organizar un challenger en el Club de Polo, una especie de 250 en miniatura. La apuesta resultó, pues los mismos jugadores le hicieron una excelente publicidad al certamen, la que además se complementó con los favorables informes de los supervisores. Gracias a esos comentarios, la ATP eligió al evento entre los 10 mejores challengers del planeta.
Por supuesto que el hecho de que se respirara tenis en la familia Fillol ayudó bastante, ya que los deportistas sintieron que ellos, como organizadores, entendían sus necesidades por haber estado dentro de la cancha. "La hospitalidad del evento es tan impresionante como los picos que mantienen la región", publicaba la web oficial sobre el certamen.
Esos antecedentes y la importancia de la figura de Jaime Fillol a nivel internacional fueron fundamentales para que el deseo de volver a la élite se comenzara a concretar. Octagon, la misma empresa dueña de la fecha chilena y que la había trasladado a Quito y luego a Córdoba, se mostró interesada en que el evento regresara. Entonces, se buscó otra alternativa: arrendar la fecha del Brasil Open, un torneo que nunca prendió en Sao Paulo. Los partidos siempre se jugaron con tribunas vacías y en la versión de este año su primer cabeza de serie fue el portugués Joao Sousa, apenas 40 del mundo en ese momento.
La situación del torneo paulista no tenía muy conforme a la ATP. Paralelamente, las conversaciones se desarrollaban hace tiempo y a pesar de la arremetida de Estados Unidos, el organismo quiso mantener el torneo en esta parte del mundo. "El lobby comenzó hace más de un año y participaron Allan Jarry, la ministra Kantor y la Federación de Tenis. Se conversó bastante con Jorge Salkeld, vicepresidente de Octagon, y también con David Tosas, que es manager de Garin. Eso permitió que ante cualquier eventualidad nos tuvieran en cuenta", revela Sergio Elías, timonel de la Fetech.
Catalina Fillol, directora del futuro torneo, lo retrata así: "Nosotros nos enteramos del movimiento de Quito a Córdoba y, cuando vimos eso, pensamos en cómo meter ruido para mostrarnos y hacer lo mismo. Teníamos la suerte de que la ATP nos conocía y así se dieron las conversaciones con Octagon en distintos torneos, incluso en los que participaba Nico (Jarry). Después las conversaciones se pusieron intensas y tras el US Open, Octagon contactó a Martín (Rodríguez) y Allan (Jarry) y preguntaron si aún estaban interesados en la fecha".
Otro factor muy importante fue el ingreso del gobierno con un aporte de US$ 500 mil, para cubrir las garantías. El millón 500 mil restante será aportado por privados. "Como Ministerio apoyamos el inicio de estas conversaciones porque para el ATP es prioritario para empezar las negociaciones que haya un interés manifiesto del país a través del gobierno en traer un evento de estas características y así se lo dejamos saber desde un comienzo. Ya no hay fechas disponibles y por lo tanto poder recuperarlo es una muy buena noticia para el desarrollo del tenis", dice la ministra del Deporte, Pauline Kantor.
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