Con la salida de Ampuero, ¿se acaba la influencia de la FPP en el gobierno? Responden Ibáñez y Varela

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El empresario y presidente del directorio de la Fundación para el Progreso, Nicolás Ibáñez, comenta que no se "busca representatividad en círculos políticos actuales" y que, por el contrario, no hay una pérdida en la influencia de su fundación en el gobierno.


Ayer, cuando la prensa abordó al ahora ex Canciller, Roberto Ampuero, y ante la pregunta de qué hará ahora, él lanzó: "Vuelvo a lo mío, a la literatura". Horas más tarde, reiteró lo mismo en Twitter. Pero Ampuero no solo volverá a escribir novelas, como dijo, sino que también es probable que tenga más participación en la Fundación para el Progreso (FPP) de la cual hoy es "Senior Fellow".

La FPP, fundada y financiada por el empresario Nicolás Ibáñez -presidente del directorio-, se había convertido en un importante reducto para el segundo gobierno del Presidente Sebastián Piñera cuando al comienzo de su mandato tenía a dos ministros (Gerardo Varela en Educación y Ampuero en Relaciones Exteriores) y a un importante asesor (Mauricio Rojas en el segundo piso y luego ministro de Cultura por 72 horas) que provenían de sus filas. A ellos se puede agregar a José Ramón Valente, ahora ex ministro de Economía, quien si bien no es parte de la fundación, comulga con el ideario liberal del centro de pensamiento.

Ayer, la salida de Ampuero fue interpretada como la ruptura definitiva de la FPP con el gobierno de Piñera. Sin embargo, hoy desde la Fundación dicen que nunca estuvieron en La Moneda como institución sino que sólo correspondía a personas vinculadas a ellos. Además, hacen el punto de que el paso de Varela, Rojas y Ampuero demostró que sí han "ganado" un espacio en el debate político. De derrota política o cultural, nada.

Así lo reitera el propio Ibáñez, consultado por La Tercera PM. "La FPP no busca representatividad en círculos políticos actuales, busca en cambio, formar cultura de alta política en los jóvenes que liderarán los destinos del país en el futuro. El horizonte de la Fundación es a 30 años plazo",dijo.

Sobre la influencia de las ideas liberales de la FPP en el gobierno, el empresario agrega que no cree que haya una derrota de su ideario en La Moneda a raíz de la salida de los ministros: "Por el contrario", dice. "Más bien nos complica que nos vinculen con las circunstancias del momento. Nuestro trabajo debe ser profundo y sin aspavientos. Eso lo hemos aprendido del mundo colectivista-socialista que trabajan silenciosamente con gran dedicación y profesionalismo para controlar todos los ámbitos culturales hasta dominar, en el tiempo, las percepciones y sentimientos de las personas", señala Ibáñez.

"Nosotros somos una fundación que está centrada en la formación de jóvenes y en la participación del debate sobre las ideas liberales. El hecho de que hayan pensado en tres personas vinculadas a nuestra institución demuestra que estamos haciendo bien el trabajo y que nos hemos ganado un espacio en la discusión política. La salida de cada una de las personas vinculadas a la FPP responde a condiciones diferentes y no nos corresponde cuestionar o justificar esa decisión, la cual es de potestad y responsabilidad exclusiva del Presidente", comentó Armando Holzapfel, gerente general de la FPP.

En la misma línea, el ex ministro de Educación, Gerardo Varela, agrega que no ve que haya una derrota de la visión de la FPP en el gobierno ya que, reitera, nunca entraron al gobierno en nombre de la fundación sino que por méritos personales. "No entramos como Fundación. Nunca hubo una decisión corporativa, ni nada por el estilo. Ampuero fue ministro antes, tenía una cercanía con el Presidente, Mauricio trabajaba con él en el segundo piso, no entramos en nombre de la FPP", comenta.

La derrota cultural

Lo cierto es que con esta nueva configuración del gabinete, la FPP se queda sin representantes que sean cercanos a su fundación. El hecho, para Pablo Ortúzar, investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), da una importante lección. "Creo que da una lección respecto a quienes pretenden influir en el debate público y en la política en general: la verdadera influencia se gana a pulso, trabajando duro desde abajo hacia arriba, y no tratando de copar puestos de poder mediante movidas palaciegas. La influencia que se gana de la segunda forma es tan frágil como poco libre, y una vez que se desmorona, no deja nada detrás de sí. La cultura empresarial de "hacer la pasada" no sirve ni en el mundo intelectual ni en el político", comenta Ortúzar.

Por su parte, el cientista político Cristóbal Bellolio -quien al comienzo del gobierno de Piñera habló de una victoria cultural de la FPP- cree que la salida de Ampuero hay que interpretarlo de la misma forma. "Dije cultural en su minuto porque no creo que haya sido intencionalmente política esa decisión de Piñera. No creo que haya pensado que la FPP era el centro de estudios que más lo interpretaba, no fue esa su cadena de racionamiento", dice.

"Fueron capaces de posicionar bien a su gente al principio, ese fue un triunfo cultural más que ideológico, y la salida hay que interpretarla de la misma forma. Esto no significa que el Presidente deje sus convicciones libertarias por así decirlo y se ponga más centrista, no creo que necesariamente sea el caso. Pero sí, por supuesto, las personas más representativas de ese mundo al dejar el gobierno uno podría decir que culturalmente ese mundo deja de influir, es razonable pensar eso", agrega Bellolio.

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