Con posible ley marcial, sin Apple ni H&M: cómo se vive la guerra en Rusia
Las sanciones de Occidente han golpeado duramente la vida de los rusos. Al mismo tiempo, con el correr de las horas aumentan las versiones de que se aplicará la ley marcial, que restringirá mucho más la información sobre el conflicto.
La guerra de Rusia contra Ucrania también ha tenido duras consecuencias para los rusos, quienes han enfrentado las fuertes consecuencias de las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea, y también la represión interna hacia quienes se han manifestado contra el conflicto.
El Ministerio de Defensa de Rusia anunció el miércoles, por primera vez, el número de muertos entre los militares rusos en el conflicto. Si bien las cifras de bajas en tiempos de guerra son notoriamente poco confiables, y Ucrania ha calculado el total de muertos rusos en nueve mil, los 498 que Moscú reconoció en la primera semana de la guerra es el más grande en cualquiera de sus operaciones militares desde la guerra en Chechenia, a mediados de los 90.
Los rusos, que durante mucho tiempo evitaron involucrarse en política, ahora se dan cuenta de que su país está luchando en un conflicto a gran escala. Incluso cuando el Kremlin se vuelve cada vez más agresivo, con una fuerte represión contra quienes se manifiestan contra la guerra.
Así, las autoridades rusas amenazaron con multar o bloquear 10 medios de comunicación independientes rusos (Echo de Moscú, InoSMI, Media Zona, New Times, Dozhd, Svobodnay Pressa, Krym.Realii, Novaya Gazeta, Journalist y Lenizdat) si no eliminan las publicaciones sobre la guerra en Ucrania. Las autoridades han interferido en el acceso a Facebook y Twitter.
El 26 de febrero de 2022, Roskomnadzor, el regulador estatal de medios y comunicaciones, acusó a esos 10 medios de publicar “información falsa” sobre la guerra. La presunta información falsa incluye que el Ejército ruso está bombardeando ciudades ucranianas y provocando víctimas civiles, así como referencias al conflicto armado como “un ataque”, “invasión” o “declaración de guerra”. Al parecer, las autoridades rusas exigen a los medios de comunicación que se refieran a la guerra únicamente como una “operación especial en relación con la situación en la República Popular de Lugansk y la República Popular de Donetsk”.
Las autoridades habían designado con anterioridad a algunos de los medios de comunicación como “agentes extranjeros”.
Los parlamentarios propusieron una sentencia de prisión de 15 años para las personas que publiquen “falsificaciones” sobre la guerra, y circulan rumores sobre el cierre de fronteras o la ley marcial. El Ministerio de Educación programó una lección en video que se iba a mostrar en los colegios de todo el país que describió la guerra contra Ucrania como una “misión de liberación”.
Para muchos jóvenes, que no conocen a otro Presidente que no sea Vladimir Putin, la noticia de que su país había comenzado una suerte de “operación especial” en Ucrania fue un balde de agua fría.
Es el caso de María, que desde el jueves 24 de febrero -día en que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania- se esfuerza en “encontrar una lógica” a todo lo que está pasando, pero sin éxito: “Mi sistema de valores se ha hundido”, contó en entrevista con la agencia Reuters.
Al igual que cientos de moscovitas, esta joven se ha manifestado todos los días contra la guerra, sin pancartas ni eslóganes para evitar ser detenida. Esto, porque las personas que han sido apresadas por manifestarse contra la guerra ya superan las siete mil y entre ellos se encuentran niños y ancianos.
La portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz Throssell, pidió el martes a las autoridades de Rusia la liberación de todos los detenidos de forma arbitraria y que respeten los derechos de libertad de expresión y de reunión.
“Los políticos no escuchan a gente como yo, que pensamos diferente”, dice Maria, que acaba de abandonar sus estudios. Muchos jóvenes de su generación se sienten “traicionados” por el Kremlin, que “se niega a verlos y escucharlos”.
Acorralados por las sanciones
Durante años los rusos gozaron del capitalismo y la globalización. No solo tenían vuelos baratos hacia Europa, sino que acceso a créditos hipotecarios costeables. En Gastronom Número 1, en plena Plaza Roja, a solo metros del cuerpo embalsamado de Lenin, era posible encontrar vinos de todas partes del mundo, así como también distintas delicatessen. Mientras que en el centro comercial ubicado en el mismo lugar era posible hallar las marcas occidentales más exclusivas.
Sin embargo, esas ventajas de la vida moderna desaparecieron abruptamente el lunes, dice el diario The New York Times, y fueron reemplazadas por una oleada de ansiedad a medida que las sanciones impuestas por Occidente en represalia por la invasión a Ucrania sacudieron los cimientos del sistema financiero de Rusia.
El martes, Apple dijo que había dejado de vender todos sus productos en Rusia, siguiendo movimientos similares de fabricantes de automóviles y camiones, incluidos Ford, General Motors, Volvo, Renault y Jaguar. Los gigantes petroleros occidentales Shell y BP terminaron empresas conjuntas con sus contrapartes rusas a principios de esta semana. Disney, junto con WarnerMedia, la empresa matriz de CNN, están pausando el estreno de películas en Rusia.
El rublo se desplomó, perdiendo una cuarta parte de su valor, y el Banco Central cerró la negociación de acciones en Moscú hasta el martes. El público se apresuró a retirar efectivo de los cajeros automáticos y Aeroflot, la aerolínea nacional, canceló todos sus vuelos a Europa después de que los países prohibieran a los aviones rusos usar su espacio aéreo. La preocupación por los viajes era tan grande que algunas personas se apresuraron a reservar asientos en los pocos vuelos internacionales que aún operaban.
“Me he convertido en una bola concentrada de miedo”, dijo al periódico la propietaria de una pequeña agencia de publicidad en Moscú, Azaliya Idrisova, de 33 años.
Por otro lado, YouTube bloqueó el acceso en línea a los canales de medios controlados por el estado ruso RT y Sputnik para sus usuarios en Europa después de la presión de los funcionarios europeos. La decisión de YouTube sigue a una acción similar el lunes de la plataforma de publicación de videos TikTok, una subsidiaria de la compañía china ByteDance, y la empresa matriz de Facebook, Meta Platforms.
Otra plataforma que ha tenido problemas es Netflix, que desde el martes estaría legalmente obligada a transmitir 20 estaciones de televisión rusas si quiere continuar operando en el país. Los canales son una mezcla de noticias, deportes y entretenimiento, y bajo lo que se conoce coloquialmente como la ley Vitrina TV, todas las plataformas de transmisión con más de 100.000 usuarios rusos tienen para ofrecerlos como parte de sus servicios.
La noticia de que Netflix probablemente se vería obligado a transmitir propaganda rusa provocó una furiosa respuesta de los suscriptores en Occidente, con cientos de usuarios reclamando por Twitter y algunos cancelando su membresía. Netflix se encuentra en medio de una complicación, porque si no cumple con la ley, corre el riesgo de ser prohibido en Rusia.
Spotify, por su parte, ha cerrado de forma indefinida sus oficinas en Moscú. La plataforma de streaming musical había abierto su delegación en la ciudad hace apenas un mes
No obstante, los usuarios rusos de la aplicación seguirán teniendo acceso a la plataforma. Desde la empresa explican que consideran esto una decisión estratégica para “asegurar el flujo global de información”. Spotify también borrará de su plataforma los canales de Russia Today y Sputnik News por su función propagandística al servicio de Putin.
A nivel del retail la empresa sueca de textil H&M decidió interrumpir temporalmente sus ventas en Rusia, debido a los “trágicos” acontecimientos en Ucrania”. Una medida similar tomó la también sueca compañía de muebles IKEA.
¿Qué le pasó a mi hijo?
Por otro lado, los familiares de los soldados que han sido enviados a combatir a Ucrania viven su propia tragedia. En Moscú, la oficina regional del Comité de Madres de Soldados de Rusia ha recibido 2.000 llamadas diarias desde el jueves pasado. “La primera pregunta de los padres es: ¿Qué le pasó a mi hijo?”, dijo a The New York Times, Aleksandr Latynin, un alto funcionario del comité. “¿Está vivo?”
Aprovechando las preocupaciones de las familias rusas, Ucrania ha presionado para publicitar el hecho de que muchos jóvenes soldados rusos estaban muriendo o eran prisioneros, una realidad que el Ejército ruso no reconoció hasta el domingo, el cuarto día de la guerra. Las agencias del gobierno ucraniano y los voluntarios han publicado videos de prisioneros de guerra rusos desorientados diciendo que no tenían idea de que iban a ser parte de una invasión hasta justo antes de que comenzara, y las fotografías e imágenes mostraban los cuerpos de los soldados rusos esparcidos por calles y campos. Además, han dado cuenta de las malas condiciones en las que se encontraban, con alimentos vencidos.
“Es la tercera década del siglo XXI y estamos viendo noticias sobre personas que se queman en tanques y edificios bombardeados”, escribió Aleksei A. Navalny, el líder de la oposición, en una publicación en las redes sociales desde la prisión el miércoles, pidiendo a los rusos seguir manifestándose a pesar de la fulminante represión policial. “No estemos ‘en contra de la guerra’. Luchemos contra la guerra”.
Posible aplicación de la ley marcial
A nivel político, el Consejo de la Federación celebrará el viernes una reunión no programada y se espera que se aprueben leyes anticrisis. Sin embargo, la analista rusa Tatiana Stanovaya escribió en su cuenta de Telegram que es posible que se introduzca ley marcial.
Esta normativa brinda a las autoridades la oportunidad de introducir la censura militar, aumentar el secreto en los organismos estatales y locales; prohibir todas las manifestaciones; prohibir el trabajo de organizaciones públicas, internacionales o extranjeras que atenten contra la seguridad del país, entre otras medidas.
De llevarse a cabo, dice Stanovaya, “estará asociado con la intención de introducir un control total sobre el espacio de información, cortar internet al máximo, capturar a todos los que escriben o dicen algo incorrecto, imponer restricciones de viaje”,
A juicio de la experta, “las sanciones han sido mucho más duras y destructivas para la economía y el sistema financiero del país de lo que nadie podía imaginar. A pesar de todas las garantías de los funcionarios rusos, las autoridades no estaban preparadas para ello. Es decir, las consecuencias sociales de las sanciones serán mucho peores, más duras para las personas y las empresas”.
También, indica, han empezado a aparecer grietas alrededor del entorno del Kremlin. “Voces tímidas, ‘oligarcas’, diputados, artistas, académicos, sacerdotes, están en contra de la guerra”, sostuvo.
Es el caso de la fiscal rusa Natalya Poklonskaya, que acaba de hacer una declaración contra la guerra, quizás la primera declaración de un funcionario. Otro caso de descontento es el de Lyudmila Narusova, miembro de la Cámara Alta del Parlamento de Rusia, quien dijo el domingo al canal de televisión independiente Dozhd que los soldados rusos muertos en Ucrania yacían “sin enterrar; perros callejeros salvajes mordisqueando cuerpos que en algunos casos no pueden ser identificados porque están quemados”.
“Mientras que las figuras clave del gobierno se muestran asustadas e indecisas. Estas grietas se extenderán por todas partes, desde la parte inferior hasta la superior. Para detenerlos las autoridades necesitarán recursos, que no habrá”, sostuvo Stanovaya.
La directora de R.Politik dice que un escenario posible es que se produzca una polarización simultánea y un enfrentamiento creciente entre los dos polos: el ‘partido de la guerra’ y el ‘partido de la paz’. “El antiputinismo en sí mismo era un débil incentivo político, pero ahora hay una motivación antibélica superpoderosa para la movilización de la oposición: hay demasiado en juego. Todo degenerará en una especie de batallas posicionales: surgirán estallidos de disidencia, a los que las autoridades responderán con nuevas represiones cada vez menos eficaces. Tendrán que ir contra los suyos. Putin está preparado, pero el ‘régimen’ no está tan seguro”, sostuvo.
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