Coordinadora de Médicos sin Fronteras en Yenín: “En Cisjordania estamos teniendo niveles muy importantes de violencia en comparación con cualquier otro momento”

Un vehículo militar israelí maniobra durante una redada en Yenín, en Cisjordania, el 29 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Luz Saavedra comentó a La Tercera sobre la situación en el campo de refugiados palestinos y a lo que se han tenido que enfrentar los equipos médicos.


Desde los ataques de Hamas, el 7 de octubre pasado, se ha registrado un aumento de la violencia contra palestinos en Cisjordania. Desde ese día hasta ayer se había registrado la muerte de 232 palestinos, de los cuales 61 son niños y 225 de ellos perdieron la vida a manos del Ejército israelí, según el reporte del martes de la ONU.

Un reporte que hoy aumentó, luego que las fuerzas israelíes mataran a dos niños palestinos en el campamento de refugiados de Yenín, en Cisjordania, según indicó el Ministerio de Salud palestino.

Fuentes locales y de seguridad dijeron a la agencia de noticias palestina Wafa que el Ejército israelí obligó a los residentes del barrio de ad-Damj a abandonar sus hogares a punta de pistola y destruyó calles del vecindario. La agencia detalló que el Ejército también bombardeó una casa con un dron.

La chilena Luz Saavedra es la coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Yenín y conversó con La Tercera sobre lo que ocurre en ese campo de refugiados.

¿Cuál es la situación en Yenín?

Cuando miras la situación de Cisjordania ocupada, acá hay 19 de campos de refugiados, los cuales son el foco de muchísima de la violencia de la ocupación militar. De hecho, si tú consultas fuentes de Naciones Unidas, el 70% de los asesinatos de palestinos ocurre en el contexto de campos de refugiados. Y Naciones Unidas declaró 2022 como el año más mortífero para los palestinos y palestinas en Cisjordania ocupada, con aproximadamente unos 220 muertos. Sin embargo, cuando miras a las cifras de este año, ya hay 456 personas asesinadas. Esas son cifras del domingo y cada día cambian porque también hay gente en estado crítico que fallece. Prácticamente la mitad de los muertos, de las personas asesinadas en Palestina, en Cisjordania ocupada este año, han ocurrido a partir del 7 de octubre de este año, y la gran mayoría de esos asesinatos ocurre en los gobernoratos, que son como distritos, de Yenín y de Tulkarem. Entonces, cuando uno mira a la situación de acceso a la salud y de violencia contra las poblaciones y contra el personal médico, Tulkarem y Yenín son las dos zonas de Cisjordania ocupada que concentran el mayor número de violencia, de muertos, heridos, destrucción de casas, infraestructura, ataques a la misión médica, ambulancias, hospitales, centros de salud, etcétera. Por esa razón, nosotros como Médicos Sin Fronteras hemos establecido nuestra base en Yenín y somos la única organización internacional que tiene presencia permanente allí. El acceso a la salud, tanto de disponibilidad, accesibilidad y calidad, no se puede entender fuera del contexto de la ocupación militar, debido a todas las restricciones de movimiento, tanto permanentes como puntuales relacionadas con operaciones militares que afectan la capacidad de acceder a la salud tanto de pacientes como de personal médico. La mayoría de estas violaciones claras del derecho internacional humanitario, la protección de la misión médica, suceden en el contexto de los campos de refugiados y particularmente en Yenín.

Luz Saavedra
Luz Saavedra en las oficinas de la organización Médicos Sin Fronteras, en Beirut.

Cuando menciona el aumento de la violencia desde el 7 de octubre, ¿se refiere a los colonos o al Ejército? ¿Y ustedes la constatan por las personas que llegan a los hospitales?

Yenín es un poco diferente que el resto de Cisjordania ocupada en el sur, por ejemplo en Hebrón o en Naplusa, que son otras dos ciudades y distritos donde Médicos Sin Fronteras tiene programas de asistencia centrados mucho más en tema de acceso a la salud mental, porque hay claramente un vacío en la capacidad de respuesta local que nosotros complementamos. Allí sí que los compañeros están viendo violencia de los colonos. El campamento de Yenín en particular concentra muchísima de la actividad de la resistencia armada a la ocupación militar y por esa razón vemos un número muy superior de incursiones y operaciones militares, sobre todo en el contexto de que van a buscar a gente para detenerla. Y es un epicentro de violencia mucho más incrementada. Y lo que nosotros vemos claramente, porque estamos viviendo aquí y no estamos tan lejos del campo de refugiados, ni del centro de la ciudad, donde se concentra la mayoría de las operaciones militares, no es que nos lo cuenten. Por ejemplo, el sábado pasado estuvimos durante 13 horas escuchando los tiros, los drones, los misiles, los bulldozer, los francotiradores, las explosiones, porque se usaron un tipo de misiles tipo bazuca durante 13 horas. Y claro, era tal la movilización de tropas de ocupación israelí que desafortunadamente, yo, como coordinadora de los proyectos y responsable de la seguridad, tuve que tomar una decisión extremadamente difícil de tener que elegir entre exponer a nuestros equipos a la violencia o poder acudir al hospital a intentar ayudar a los colegas del Ministerio de Salud palestino. Además nos llegaban mensajes de los compañeros del hospital Jalil Suleiman que nos mandaban videos y fotografías donde claramente se ve que las tropas de ocupación israelí estaban bloqueando las entradas de acceso con vehículos militares, con bulldozers, que además se dedican a destrozar las calles. Y una de las primeras cosas que han estado haciendo desde el 7 de octubre es que ocupan casas aledañas a las entradas del hospital y posicionan francotiradores apuntando hacia las puertas del hospital. De hecho, en la última incursión del sábado tengo fotos y videos de cómo la ambulancia recibió impactos de bala. Afortunadamente, los paramédicos que estaban en ella tuvieron tiempo de salir del vehículo. Son violaciones flagrantes a la protección de la misión médica que está claramente acordada en el derecho Internacional humanitario. Es extremadamente grande la impotencia y la frustración que estamos sintiendo porque nuestros compañeros paramédicos son detenidos en los puntos de estabilización de pacientes, las ambulancias son detenidas, se las registra con violencia, haya o no gente herida adentro. Y esto no se trata solo de los heridos, también de las mujeres embarazadas que se ponen de parto, los pacientes crónicos.

Palestinos comprueban los daños tras una redada en Yenín, en la Cisjordania ocupada, el 29 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

¿Existe alguna tendencia que vean de las personas heridas?

Médicos Sin Fronteras no tiene un hospital que dirija directamente, sino que es un hospital del Ministerio de Salud Pública. Nosotros los apoyamos, pero no en capacidad de respuesta. Y una tendencia que hemos estado empezando a ver es que con anterioridad al 7 de octubre los heridos que llegaban muchas veces eran por lesiones en las extremidades, en las piernas, etcétera. Y a partir del 7 de octubre estamos empezando a ver muchísima más gente con heridas de bala en la zona abdominal, torácica o directamente en la cabeza. Los francotiradores que están apostados en la puerta del hospital disparan sobre todo lo que se mueve. Las comunidades se han organizado para poder intentar protegerse y crearon un sistema, entonces cuando hay movimiento de tropas hacia la ciudad, tanto desde los dos puntos al norte como desde el sur, la gente lo que hace es avisar mediante un sistema de sirenas en el campo que se escuchan en toda la ciudad. Entonces muchas personas, familias, niños, ancianos, mujeres, adultos acuden corriendo al hospital con la esperanza de que sea un punto más seguro. Estos chiquillos andan corriendo por el hospital y muchas veces se asoman demasiado y hemos recibido en más de una ocasión tiros de advertencia dentro del control del hospital, del estacionamiento de la entrada del servicio de emergencias médicas y también hemos recibido gas lacrimógeno. Y entonces los heridos son de todas las edades.

Palestinos comprueban los daños tras una redada en Yenín, en la Cisjordania ocupada, el 29 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Usted señaló que MSF es la única organización internacional que se encuentra en Yenín. ¿Cómo es la situación en términos de recursos?

Aquí hay organizaciones palestinas y locales que están trabajando y que yo les tengo un respeto enorme. Por ejemplo, hay un grupo de paramédicos que están organizados en el campo de Yenín o en el campo de Tulkarem, o el campo de Nur Shams, que son los tres donde Médicos Sin Fronteras estamos apoyando a estos voluntarios con material de emergencia y con formación para reforzar sus capacidades. Incluso en el campo de Yenín, como son callecitas muy estrechas, les donamos un tipo de carrito de golf para que puedan mover a los pacientes hasta un punto en que la ambulancia los pueda recoger. El hospital está perfectamente equipado., así que estamos trabajando mucho más en temas con la Organización Mundial de la Salud, de triage de pacientes, precisamente por si llegan varios heridos de bala simultáneamente y decidir qué casos tienen que ser vistos con más premura. Últimamente, en todas las reuniones que yo he tenido en estos tres campos que te mencionaba de refugiados que concentran mucha de la violencia y donde estos equipos están siendo objetivo de esta violencia, nos están pidiendo material de visibilidad para que por lo menos no tengan excusa de decir que no sabían que eran paramédicos haciendo su trabajo. Nos están pidiendo chaquetas, chalecos antibalas y cascos a los compañeros de las ambulancias privadas, porque realmente se están jugando la vida. Si bien lo que está pasando en Gaza es una absoluta masacre, lamentablemente en Cisjordania ocupada también estamos teniendo niveles muy importantes de violencia comparados con cualquier otro momento.

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