Crónica de una Muerte Anunciada: 40 años después, cómo ha envejecido la novela que García Márquez consideró su mejor libro

Gabriel García Márquez

Inspirada en hechos reales, escritos 30 años después de ocurridos, el texto de García Márquez, en sus propias palabras es un relato que cuenta una historia usando "una técnica de reportaje", para narrar un crimen pasional. Bajo la mirada de tres críticos literarios, en La Tercera PM desmenuzamos un clásico de la literatura hispanoamericana editado hace exactas cuatro décadas.


Salió a las vitrinas el 28 de abril de 1981, vía editorial La Oveja Negra, y se convirtió en un clásico. Crónica de una muerte anunciada, la historia de la muerte de Santiago Nasar, por supuestamente haber desflorado a la joven Ángela Vicario antes de su matrimonio con Bayardo San Román, quien la devuelve indignado a su familia por no ser virgen, cumple 40 años.

El autor del libro, el colombiano Gabriel García Márquez, se basó en hechos reales para construir la novela, según lo reveló un artículo de Nadia Celis titulado La verdadera historia de Crónica de una muerte anunciada.

Todo ocurrió al amanecer del 22 de enero de 1951, en un pueblito llamado Sucre, cercano al mar Caribe. Los hermanos Víctor y Joaquín Chica Salas acuchillaron a su amigo Cayetano Gentile Chimento, vengando con su sangre lo que ellos consideraban la deshonra de su hermana Margarita, quien había sido devuelta por su esposo Miguel Reyes Palencia por no haber llegado casta al matrimonio.

El hecho habría pasado inadvertido simplemente como una noticia más de la crónica roja de la prensa local si no fuera por un detalle crucial: en ese pueblo vivía entonces la familia de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, quienes eran parientes del muerto y de los asesinos; además de ser los progenitores del futuro Premio Nobel.

Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez

Gabo, quien por entonces tenía 24 años, recibió la noticia en Barranquilla, donde trabajaba como reportero en el matutino El Heraldo. En ese momento supo que tenía un material para contar, pero como suele ocurrir en la literatura, tardó años en decantar.

“Esta novela es de hace treinta años. El punto de partida es un episodio real, un asesinato que ocurrió en un pueblo de Colombia. Yo estuve muy cerca de los protagonistas del drama en un momento en que había escrito algunos cuentos, pero no había publicado aún mi primera novela. Inmediatamente me di cuenta de que tenía entre mis manos un material sumamente importante”, contó posteriormente en una entrevista con el diario El País, de España, el 30 de abril de 1981.

Sin embargo, otro factor pesó para que Gabo demorara el proceso de escritura. Un especial pedido de su progenitora, doña Luisa. “Mi madre lo supo y me pidió que nunca escribiera ese libro mientras estuvieran vivos algunos de sus protagonistas. Y me dijo los nombres. Yo lo fui dejando. Entonces pensé que el drama estaba terminado, pero siguió evolucionando, y siguieron sucediendo cosas. Si lo hubiera escrito entonces, hubiera quedado fuera una gran cantidad de material que es esencial para comprender mejor la historia”, añadió en la misma entrevista.

Y así fue. Cinco años después de haber publicado El otoño del patriarca (1975), cuando todos los involucrados ya estaban bajo tierra, García Márquez decidió ponerse manos a la obra. “Ella [mi madre] lo hizo pensando que iba a escribir el reportaje de ese acontecimiento. Es interesante ver ahora que la novela que salió de esa realidad no tiene nada que ver con ella”, agregó.

Gabriel García Márquez escribiendo

Novela y periodismo

Crónica de una muerte anunciada es una novela, aunque en rigor, García Márquez la escribió usando técnicas del periodismo.

“He utilizado una técnica de reportaje, pero en la novela ya no queda del drama mismo o de los personajes sino el punto de partida, la estructura -dijo García Márquez en la citada entrevista-. Los personajes no llevan su nombre ni la descripción que se hace corresponde al lugar. Todo está traspuesto poéticamente. Los únicos que tienen su nombre propio son los miembros de mi familia, porque estaba autorizado por ellos. Por supuesto que algunos personajes se van a reconocer, pero lo que a mí me interesa, y creo que debe interesar a los críticos, es la comparación entre la realidad y la obra literaria”.

¿Esta novela trata sobre la violencia? Para Gabo, el tema central no iba por ese lado. “No recuerdo haberlo dicho, pero lo pienso de todos mis libros. La violencia en América Latina, y principalmente en Colombia, es un fenómeno de toda su historia, algo que nos viene de España. La violencia es la gran partera de nuestra historia”.

Para esos entonces, García Márquez ya se había anotado con títulos como El coronel no tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967), y la mencionada El otoño del patriarca. Todos títulos clásicos de su catálogo. Sin embargo, con Crónica de una muerte anunciada, pensó que había llegado a su cénit. Así lo aseguró en la entrevista con El País.

“Uno siempre cree que su mejor novela es la última, pero creo que ésta lo es en el sentido de que es una novela en la que yo he logrado hacer exactamente lo que quería. Las novelas en el camino quieren escaparse a los escritores de las manos, los personajes toman vida propia y terminan por hacer lo que les da la gana. En ninguna había tenido yo un control absoluto como en ésta”, dijo.

“Probablemente por el tema y por la extensión. Es un tema muy riguroso, estructurado casi como una novela policiaca, y un libro muy corto. Estoy satisfecho del resultado. Yo creo que mi mejor novela anterior era El coronel no tiene quien le escriba, no Cien años de soledad, y esto lo he dicho muchas veces. Ahora creo que la mejor es ésta”.

Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez

La parte de los críticos

Consultados por Culto, tres críticos literarios nacionales desmenuzan la importancia de esta trascendental novela. ¿Es la mejor de su carrera? El critico Vicente Undurraga señala: “No sé si la mejor, pero sí una de sus tres o cuatro grandes novelas. Si El otoño del patriarca es la más intrépida, aquella donde García Márquez tensó más los límites del lenguaje, y si Cien años de soledad es la culminación de todo un universo, Crónica de una muerte anunciada es, probablemente junto a El coronel no tiene quien le escriba, un relato perfecto, asombroso en su tratamiento del tiempo y en su despliegue de una trama que conocemos desde temprano y que sin embargo nos intriga igual”.

La crítica y académica Soledad Bianchi piensa que no, aunque rescata algunos elementos. “Crónica de una muerte anunciada es un libro muy hermoso, por cómo está escrito. Me impactó lo bien escrito que está, García Márquez siempre escribía bien, pero esa me pareció especialmente bien escrita. Pero me quedo con Cien años de soledad, es inigualable”.

El poeta, crítico literario y director de Ediciones UDP, Matías Rivas, señala: “No. Creo que Crónica de una muerte anunciada es un muy buen libro, pero me parece que los libros más importantes de García Márquez son Cien años de soledad, y El coronel no tiene quien le escriba. Es una de las buenas novelas de García Márquez, pero no la mejor. Aunque tampoco creo que hay que definir los libros como mejores o peores”.

Al ser de 1981, es inevitable preguntarse cómo ha resistido el paso de tiempo. Undurraga piensa: “El que envejece es uno. La buena literatura está siempre abierta y va conversando de distinto modo con las distintas épocas porque siempre hay en ella algo que se nos escapa”.

“No la he leído de nuevo, pero me imagino ha envejecido que muy bien, porque era casi como una novela policial, había toda una narración muy entretenida y que te agarraba -dice Soledad Bianchi-. He releído cosas del tiempo de Cien años de soledad, y encuentro que algunas no tienen el impacto que tuvieron en su momento. Pero esta se sostiene bien, es una historia que te tomaba y no te soltaba a pesar de que uno sabía el final”.

Desde su verja, Matías Rivas dice que la novela ha envejecido muy bien. “Creo que es muy buena porque es una novela que está hecha con suspenso, y eso es lo que a mucha gente le interesa y le apasiona. Creo que también está muy presente su nombre, porque lo ocupan habitualmente los periodistas como título, cosa que ha ayudado a que permanezca en la memoria el concepto de ‘Crónica de una muerte anunciada’. Hay infinitos titulares con ese nombre, lo cual le ha dado una inmortalidad tanto al título como a la novela”.

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