De Olivia y Billie a Marisa y Camila: hacia otro año musical dominado por las mujeres
Los últimos lanzamientos de Lizzo, Cardi B, Camila Moreno y Marisa Monte -entre otras- confirman que son las creadoras quienes siguen liderando los ránkings, los aplausos y el relato musical de los últimos años, en todos los niveles y en diversas latitudes. Una temporada donde los regresos de Billie Eilish, Lana Del Rey, Denise Rosenthal y Japanese Breakfast, además de los debut de Paloma Mami y Olivia Rodrigo, también han acaparado miradas, reproducciones y elogiosas reseñas.
“Gastas todo tu tiempo tratando de tirar para abajo a una mujer / Hay cosas más reales pasando, bebé, mira a tu alrededor”, dispara la cantante y rapera estadounidense Lizzo (33) en Rumours, su primer lanzamiento del año luego del aplastante éxito de Cuz I love you (2019). Un espectacular nuevo single junto a Cardi B donde ambas unen sus voces para criticar la cultura de los “haters” en redes sociales y el machismo con el que aún lidian las artistas femeninas en la industria del entretenimiento, que sin duda se ubica entre los temas más poderosos y atractivos no sólo de Lizzo sino de toda la música en inglés publicada en los últimos meses.
La esperada primera alianza entre ambas solistas, dos de las voces más originales y reconocibles surgidas en el pop y el rap anglo de los últimos años, funciona además como una constatación de fuerzas y un manifiesto generalizado para un 2021 musical que, tal como viene siendo la tendencia desde hace mucho, aparece nuevamente dominado por las mujeres, a todo nivel. En ventas, en popularidad, en críticas y sobre todo en relato: son ellas que las que desde hace tiempo marcan la pauta de lo que escuchamos, analizamos y discutimos, además de las fuerzas creativas detrás de los trabajos más interesantes de las últimas temporadas.
La primera mitad del presente año no ha sido la excepción. Incluso en un semestre sin novedades de megaestrellas como Beyoncé, Adele o Rihanna -y con un retorno de la nezolandesa Lorde (24) que todavía no termina de ajustarse a la expectativas-, el universo musical femenino trasciende a los nombres más rimbobantes y continúa en expansión, encabezando nuevamente los ránkings, las reseñas y las conversaciones en diversos puntos del mundo. De hecho, si en Chile Francisca Valenzuela triunfó con La fortaleza en la última entrega de los premios Pulsar con Disco del Año y Canción del Año -categoría que en siete ediciones han ganado seis mujeres-, ya hay luces que hacen pensar que la tónica se repetirá en la siguiente versión de la ceremonia.
Si se trata de números y cantidad de reproducciones, la gran ganadora en lo que va del año es la joven cantante estadounidense Olivia Rodrigo (18), quien con su primer disco, Sour, publicado en mayo pasado, aparece como la revelación absoluta del pop en este 2021.
“Un álbum debut lleno de matices y, a menudo, excepcional”, según The New York Times (el diario británico The Guardian fue más allá y lo llamó “uno de los mejores discos de ruptura jamás hechos”) que batió marcas en el ránking Billboard y que según los datos duros de Spotify es por lejos el LP con más escuchas de lo que va de 2021, superando los últimos trabajos de estrellas como Justin Bieber y Maroon 5.
Tampoco lo hizo nada mal su compatriota Billie Eilish (19), quien con Happier than ever, sucesor de un oscuro y original primer disco que la transformó en la popstar de su generación, reapareció este semestre con un LP sorprendente, diferente y arriesgado, de gran desempeño además en las listas de éxitos. “Un álbum que se siente más íntimo que el primero, y eso que el primero fue bastante íntimo”, consigna Variety en su reseña, que lo llamo “un fabuloso álbum para audífonos”.
“Un disco que se niega a mimar a su audiencia”, complementa Rolling Stone, “que se niega a protegernos de sus momentos más oscuros. Un movimiento de alto riesgo”.
Para abultar el listado, la neoyorquina Lana Del Rey (36), un referente ineludible para las cantantes pop anglo de la nueva generación, también se llevó aplausos con su Chemtrails over the country club, uno de sus mejores producciones a la fecha y la confirmación de su elevado estatus como creadora.
“Cada disco, este es el séptimo, integra un gigantesco tapabocas para quienes dudaron de su autenticidad construyendo un personaje a la antigua, donde cuesta definir la verdad de la ficción, junto a un carácter y dictámenes sobre la feminidad en colisión con las posturas dominantes”, señaló el crítico Marcelo Contreras en su reseña del álbum para Culto en marzo.
Afuera el entusiasmo ha sido similar: Los Angeles Times llamó a la solista “una de las mejores compositoras de su generación”, mientras que el sitio británico NME consideró que Chemtrails... “es un recordatorio de que, más que estar influenciada por nombres como Joan Baez y Stevie Nicks, Lana del Rey ahora está a la par con ellas”.
Si se trata de regresos poderosos, la brasileña Marisa Monte (54) reapareció este año con Portas, su primer trabajo de estudio en una década. Una irresistible y ecléctica colección de nuevos temas producidas por ella misma, que aparece entre los lanzamientos más importantes y destacados no sólo de la Música Popular Brasileña en la presente temporada, sino que uno de los discos mejor confeccionados por una artista en 2021.
“Si Marisa Monte fuera una carta del tarot, sería la Emperatriz. Al igual que esta carta, la cantautora brasileña no se disculpa por su feminidad y todas sus características que, para bien y para mal, se han convertido en símbolos de feminidad, como su estilo delicado y romántico, su voz suave y aguda”, consigna el sitio Pop Matters. “Otra cosa que la Emperatriz y Monte tienen en común es la seguridad en sí mismos y la estabilidad, y ahí es donde reside gran parte de su poder”.
En el apartado “indie” también es una música la que se lleva los aplausos. Con su tercera producción bajo el alias de Japanese Breakfast, la artista coreana-estadounidense Michelle Zauner (32) vuelve a alzarse como una creadora única e imparable. Algo que refrendan las nuevas temáticas y arreglos de Jubilee, editado en juntio pasado.
“Jubilee encuentra a su autora más madura y sabia con melodías, letras y narraciones que consolidan a Zauner como una verdadera fuerza creativa a tener en cuenta. De ahora en adelante, el ‘desayuno japonés’ puede ir a cualquier parte y lo seguiremos”, dice DIY Magazine.
También fue celebrado el retorno de la estadounidense St. Vincent (38), otra de las creadoras que mueve la aguja hace rato en el rock y el pop en inglés, esta vez con Daddy’s home, su acercamiento al funk y al soul -producido por Jack Antonoff- y a la discografía heredada de su padre, con quien la une una relación tirante. Un LP que si bien para algunos no alcanza las alturas de otras producciones de Annie Clarke, fue recibido con grandes elogios de la crítica especializada del Hemisferio Norte.
Para Mojo, nada menos que “un material magistral, una realización conceptual completa, llena de grandes melodías, ritmos profundos, caracterizaciones coloridas y detalles sonoros que se revelan a sí mismos en las jugadas repetidas. Un guardián para las próximas décadas”, dijo en junio.
En Chile, además del éxito en plataformas y de la buena respuesta internacional del disco debut de Paloma Mami, Sueños de Dalí, otros dos de los mejores trabajos del año son los que entregaron Denise Rosenthal y Camila Moreno. La primera, con Todas seremos reinas, el postergado y aplaudido sucesor de Cambio de piel, liberado en junio pasado, con el empoderamiento femenino como uno de sus principales leit motivs.
“No solo se trata de letras en un contexto propicio, sino que tras un largo proceso Denise Rosenthal comienza a encontrar una voz propia, una manera de decir y cantar donde alecciona y expone su carácter en nombre del pop”, fue parte de la entusiasta reseña de Culto para su fecha de lanzamiento.
El viernes pasado, en tanto, Camila Moreno presentó su mejor disco hasta ahora con el excelente y ambicioso Rey, que fácilmente se instala entre los lanzamientos más logrados del año en la música nacional. Un álbum conceptual con la causa feminista y el estallido social como ejes y fruto de un proceso personal de su autora, con producción de alto vuelo, melodías y coros memorables e himnos de amor y revolución que aparecen como futuros clásicos, como Quememos el reino, Es real, Hice a mi amor llorar, Detonación y Déjame, esta última junto a Lido Pimienta y Ximena Sariñana.
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