Denunciante de torturas de 12 carabineros que serán formalizados: "Estaba tan desesperado que le dije 'no los denuncio, pero llévenme a alguna posta'"

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Carabineros está enfocando el trabajo en dos áreas: saqueos y desmanes. FOTO: Richard Ulloa.

El 13 de diciembre, 12 carabineros serán formalizados por la fiscalía por presuntas torturas a un hombre en Ñuñoa. Los funcionarios policiales niegan que su accionar haya provocado las graves lesiones al denunciante.


En una transmisión en vivo por televisión, a las 20.42 del 21 de octubre en Ñuñoa y mientras regía el toque de queda, se aprecia cómo un piquete de 12 carabineros de Fuerzas Especiales (FF.EE.) se acerca a un hombre vestido con una polera y un pantalón negro, que lleva un sartén en la mano. Los funcionarios empiezan a golpearlo con bastones y patadas en la cabeza y la espalda, hasta que M.O.C. cae al suelo.

El próximo 13 de diciembre, estos 12 carabineros serán formalizados en el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago por el fiscal jefe de Ñuñoa Álvaro Pérez, por presuntas torturas en contra de  M.O.C. 

En su declaración judicial de cuatro carillas, entregada el 24 de octubre ante dos funcionarios de la Unidad de Víctimas y Testigos (Uravit) de la Fiscalía Oriente, M.O.C. detalló cómo fue esa noche: "Yo llegué a la plaza de Ñuñoa como a las 19.00. Andaba solo. Me encontraba manifestando con un sartén y una cuchara de palo (...) Cuando llegué había miles de personas, quizás una 10 mil, pese a que ya se había ido gente".

Señaló que "siempre fue una manifestación pacífica" y que no estaba "especialmente preocupado de la hora que llega Carabineros, pero deben haber llegado como una hora y media después del toque (de queda), como a las 21.00 o 22.00".

El denunciante, en tu testimonio, relató que "cuando llega este contingente de carabineros o militares la gente comienza a irse, como normalmente ocurre cuando llega Carabineros (...) Yo grito 'viva Manuel Rodríguez' como para darle un poco de ánimo emocional a la gente (...) Me pongo frente a ellos a grabarlos con mi celular (...) Luego me escondo por un quiosco que queda por el sector del Dante, me escondo para grabar (...) Salgo detrás del quiosco y ahí comienzo a grabar delante de ellos".

Según su versión, fue en ese momento cuando empezaron a pegarle. "Me metí bien dentro de ellos, creo que choqué de espaldas con un carabinero. Intempestivamente recibí una luma creo, que de fierro recubierta de goma. Ese golpe lo recibí en el costado izquierdo de mi cara, comencé a sangrar por mi ojo izquierdo y también por parte de la boca, por dentro, por las encías. De hecho después de las horas tenía el paladar lleno de sangre".

Luego, dijo "veo mis anteojos quebrados (...) se me tiran encima estos tipos, me intentan rodear, no sé cuántos, porque donde miraba veía a estos personajes con cascos (...) Me dedico a esquivar los golpes de estos tipos hasta que siento una patada de uno de ellos que me da por la zona costal izquierda. Cuando recibo esa patada en las costillas creo que caí al suelo".

Después de la golpiza, declaró que "quedé desorientado. Pensé en arrancar, pero como estaban todos estos tipos ahí se me vino a la mente que me podían balear por la espalda, así que me quedé ahí. De repente uno me tomó, me retuvo y me metieron a una micro, es como una micro chica, más grande que una patrulla (...) Me subo como puedo a este vehículo, me senté en la pisadera y me arrastré hasta adentro, ellos nunca me ayudaron a subirme. Ahí debo haber estado unos 20 minutos (...) Ahí le pregunté a un tipo que parecía mayor si él estaba a cargo del procedimiento, me dijo que no. No andaban con los nombres en sus pechos".

Indicó que "como defensa sicológica los encaré y les dije 'miren lo que me hicieron cobardes, me reventaron un ojo, me destruyeron dientes' (...) Andaban todos drogados, con las cuestiones típicas de la coca, caras rojas, ojos saltones, yo no les dije eso porque a lo mejor me agarraban una zandada de palos. Y empecé a asumir una actitud de adultos, porque son cabros entre 20 y 24 años. Les dije como 20 veces 'ustedes están afinando mal la puntería, no puede ser que golpeen a las personas de esta manera brutal sin ningún motivo, no soy delincuente, ni ando haciendo desmán alguno' y los carabineros andaban todos callados".

Declaró que luego lo llevaron a una comisaría, que lo bajaron del carro y lo subieron a otro. "Me cambiaron a un camión que yo creo de debe haber sido militar, cerrado, por el color té con leche que tenía en el interior, manejado por dos pacos adelante. Yo les gritaba por favor tírenme en cualquier parte, necesito atención médica, estaba tan desesperado que les decía 'no los denuncio pero déjenme en una posta, digo que me caí'. A lo que un paco me dice 'ah, no vai a hacer la denuncia' y yo le digo 'no, llévenme a una posta'. Yo sentía que perdía mi ojo. Anduve como una hora o una hora y media dentro de esa cuestión. Y un paco me dijo 'te vamos a llevar al Barros Luco' y yo le dije 'cómo, si eso está lejos, necesito atención médica'. Ahí hay otra cosa grave, negación de atención médica".

Finalmente, dijo, lo llevaron al Hospital del Salvador. "Cuando llegué a la posta dos carabineros me custodiaron en todo momento". Explicó que un paramédico le iba a tomar la presión "de muy mal modo y yo le digo 'míreme cómo tengo ojo, qué me va a tomar la presión, véame el ojo, me han negado atención mucho rato'".

Además, y de acuerdo al testimonio, increpó a los carabineros en el hospital. Señaló que uno de los policías le dijo "'lo que pasa es que tu tení odio', yo le dije 'lo que tengo es bronca, necesidad de justicia'".

Según un documento del hospital, del 23 de octubre, el diagnóstico de M.O.C. fue el siguiente: "Trauma ocular cerrado izquierdo grave, trauma torácico cerrado izquierdo contuso, fracturas costales múltiples, fractura dental incisivo central izquierdo, luxación anterior del hombro izquierda reducida, fractura nasal izquierda". 

El hermano del denunciante también entregó su testimonio a la fiscalía, el 25 de octubre pasado: "Durante la atención médica, en presencia de todo el personal de urgencia, conversé durante aproximadamente 20 minutos con el teniente Martín Blanc, a quien le reclamé por la cobardía que refleja la agresión amparada en una doctrina que promueve la violencia. El teniente Blanc reconoció la agresión realizada, se disculpó por las lesiones ocasionada, señalando que no era parte de sus instrucciones y que no tenía control absoluto del comportamiento de su equipo. Incluso yo le indiqué que le iba a creer cuando en los tribunales señalara exactamente lo mismo, pues de otra forma no tenía cómo saber si las disculpas eran honestas o no".

Sin embargo, según el acta de declaración de Carabineros, Blanc, quien será formalizado junto a otros 11 efectivos por las presuntas torturas, negó responsabilidad en los hechos. "En ningún momento mi acción de levantar el pie con la finalidad de detenerlo fue premeditada, sino que fue realizada como acto reflejo, ya que en ese momento me encontraba mirando la turba de manifestantes que se encontraban a unos 50 metros en frente a nosotros", declaró oficial.

Agregó que el detenido "se encontraba extremadamente eufórico y agresivo" y que "respecto al informe de lesiones (...) menciona una serie de lesiones que, conforme a mi apreciación, no fueron resultado del accionar policial, sino que podría haber ocurrido anteriormente a la detención".

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