“Desmedidos”, “ingeniosos” y “un cantante extremista”: qué dijo la prensa sobre Nevermind en 1991
Hace exactamente 30 años Nirvana lanzó su segundo disco en medio de las moderadas expectativas de su sello y una relativa indiferencia de la crítica especializada. El rápido boca a boca y el fenómeno mundial que generó Smells like teen spirit llevaron al álbum a escalar rápidamente en los ránkings y a transformarse en un clásico instantáneo. Aquí, algunas reseñas de la prensa extranjera y chilena sobre un disco que salió con 46 mil copias y terminó vendiendo 30 millones.
A mediados de septiembre de 1991, el sello DGC, la división dedicada al rock alternativo de la entonces gigantesca Geffen Records -que por esos días tenía a Guns N’ Roses, Aerosmith y Cher- llevó a disquerías las primeras copias de Nevermind, el segundo disco de Nirvana, uno de su más recientes fichajes. Thurston Moore de Sonic Youth, en ese momento la mayor banda de rock independiente del sello, recomendó a los ejecutivos que contrataran al trío. “Yo sé que en general a ustedes no les gustan los grupos nuevos, pero en este caso les convendría hacer una excepción”, les dijo el músico. La disquera llevó a las tiendas de todo Estados Unidos una partida inicial de poco más de 46 mil discos, pensando en que, en el mejor de los casos, podían llegar a vender 500 mil unidades. A la fecha, ha vendido más de 30 millones y hubo un momento en que el álbum llegó a despachar 300 mil ejemplares por semana.
La historia de Nevermind no es solo la del último disco que revolucionó el rock, hace ya 30 años. También es la de un fenómeno que tomó desprevenidos a todos. La de un álbum con cierta ambición pero fundamentalmente de matriz punk y espíritu underground que terminó conquistando todos los ránkings como nadie lo había hecho antes. La sorpresa fue total para sus autores, para el público, para la prensa especializada de la época, para los artistas que entonces lideraban las ventas sobre todo para el equipo que trabajaba con Nirvana.
“Kurt (Cobain) decía ‘quiero ser tan grande como los Pixies’, y ese era nuestro horizonte. A veces, cuando no había nadie más, en el fondo de mi mente pensaba que quizás podían llegar a ser tan grandes como Jane’s Addiction”, recuerda hoy en entrevista con Variety el exmánager Danny Goldberg, riéndose de sí mismo y de las moderadas expectativas en torno al trío que completaban Krist Novoselic y Dave Grohl, que si bien había tenido buena recepción con su debut Bleach (1989) en el circuito más alternativo -sobre todo en Reino Unido-, no parecía preparado para el salto total a la masividad, la sobreexposición y el mote de “voz de una generación” que rápidamente adquirieron.
Aunque para Cobain, el estrellato no era precisamente una meta inalcanzable ni un mundo ajeno. Sólo que nadie lo había logrado antes de la forma en que él lo hizo. “Kurt amaba Black Flag y la subcultura, pero también amaba a los Beatles, y descubrió una manera de combinar esos dos amores”, cuenta Goldberg en la misma nota de Variety. “Creo que siempre tuvo un sentido intuitivo de la audiencia masiva, porque era parte de esa audiencia masiva, aunque también formaba parte de la subcultura punk”.
Con todo, la promoción de prensa de Geffen para Nevermind fue más baja que la que entonces se estilaba para un sello discográfico importante. De hecho, sólo a partir de los comentarios positivos de cercanos y de periodistas a los que se les había enviado previamente el álbum, convencieron a DGC de aumentar la tirada original del disco, que pasó de 35 mil a poco más de 46 mil unidades.
Nevermind salió a la venta el 24 de septiembre de 1991 y debutó en puesto 144 del ránking Billboard, el sistema oficial en Estados Unidos para medir el impacto comercial y mediático de un lanzamiento. La crítica musical, de hecho, en general ignoró la salida del disco, y recién cuando el sencillo Smells like teen spirit comenzó a ganar popularidad en los meses siguientes y se volvió un inesperado hit mundial, las reseñas en torno al álbum comenzaron a ponerse al día.
Eso sí, las críticas que sí aparecieron en ese momento fueron en su mayoría positivas. El 27 de septiembre de 1991, sólo tres días después de su aparición, Karen Schoemer de The New York Times escribió: “Con Nevermind, Nirvana ciertamente ha acertado. Hay suficientes texturas intrigantes, cambios de humor, fragmentos instrumentales y juegos de palabras ingeniosos para proporcionar horas de entretenimiento”. La periodista concluyó, acertadamente, que el disco era “más sofisticado y cuidadosamente producido que cualquier otra cosa que hayan ofrecido bandas similares como Dinosaur Jr. y Mudhoney”.
Más efusivo aún fue Everett True, desde el otro lado del Atlántico, donde el trío ya tenía un cierto renombre en el circuito subterráneo. Para la legendaria publicación inglesa Melody Maker, el crítico escribió: “Cuando Nirvana lanzó Bleach hace varios años, los más entusiastas de nosotros pensamos que tenían el potencial para hacer un álbum que dejaría boquiabiertos a todos sus rivales. Dios mío, nos dieron la razón”.
Si bien los ejecutivos de DGC consideraban que el primer sencillo del LP y el que realmente pegaría masivamente sería Come as you are, el 10 de septiembre de ese año lanzaron Smells like teen spirit como single, buscando que expandiera su alcance en radios alternativas y campus universitarios de EE.UU. El romance fue instantáneo y sobrepasó cualquier expectativa, sobre todo cuando se estrenó el célebre videoclip en MTV. La pieza se convirtió en un fenómeno, rotaba todo el día y de alguna forma impulsó todo un nuevo look en el canal de videomúsica, dándole un nuevo público al cual apostar. Meses después vendrían los dos premios MTV, la doble nominación al Grammy y la recordada parodia de Weird Al Yankovic. Smells like teen spirit se convertía en un clásico instantáneo.
Lo anterior generó que algunos grandes medios musicales que habían pasado por alto el lanzamiento de Nevermind volvieran a poner sus ojos sobre el disco. En diciembre de 1991, tres meses después de su aparición, la popular revista Spin reconoció que con Nevermind “estarás tarareando todas las canciones por el resto de tu vida, o al menos hasta que tu CD se agote”. Mientras que Rolling Stone, el 28 de noviembre, le dio al álbum cuatro de cinco estrellas y señaló que el LP “posee las canciones, el carácter y el espíritu de confianza para ser mucho más que un resurgimiento de los éxitos de alto octanaje de radio universitaria”.
No todas las críticas fueron precisamente positivas. El Boston Globe se mostró menos entusiasmado con el álbum y el crítico Steve Morse sentenció que “la mayor parte de Nevermind está repleta de punk-pop genérico que ha sido realizado antes por innumerables grupos, desde Iggy Pop hasta Red Hot Chili Peppers”. Incluso dijo que “la banda tiene poco o nada que decir, conformándose con divagaciones estúpidas del cantante y letrista Cobain”.
Eran días sin internet y de tiempos más lentos, por lo que pasaron cuatro meses antes de que Nevermind se consolidara definitivamente, cuando a fines de enero de 1992 trepó hasta el primer lugar del ránking Billboard 200. En Chile, para ese entonces y gracias a la rotación del video en MTV, el disco también era analizado en la prensa local.
En una reseña fechada el 6 de diciembre de 1992, el suplemento La Escalera de La Tercera incluyó una reseña del cassette de Nevermind, dedicándole también espacio a la figura de Cobain, “un esquizofrénico y extremista que quiere romper con todo lo establecido”, dice la publicación.
Sobre el disco, el artículo destaca que “su música es entretenida, sobre todo en canciones como Lithium, Come as you are y Polly. Poseen una buena factura, son densos, pero no en mala, sino que buscan en sus letras crear un desenfreno desmedido, propio de los ‘90″.
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