Diego Schalper, diputado RN: “Los que estamos por el Rechazo nos movemos por convicciones, no por calculadora”

Diego Schalper

Diputado dice que “la postura de Lavín y Longueira es, exactamente, lo que las nuevas generaciones de la centroderecha no queremos hacer”. A su juicio, “hemos sido herederos de un derrotismo cultural”.


“Hemos sido herederos de un derrotismo cultural”, dice el diputado Diego Schalper (RN), apuntando a la situación en la que se encuentra un sector de las generaciones más jóvenes de la centroderecha. Por eso, el parlamentario -uno de los principales rostros de quienes defienden el Rechazo para el plebiscito constitucional- cuestiona la postura que han adoptado algunas figuras del bloque.

Además, dice que “el gobierno tiene una responsabilidad muy grande de generar las condiciones necesarias” para que la consulta nacional “se desarrolle con total legitimidad”. Así, apunta a la marginación de los contagiados con Covid-19 y sostiene que “es indefendible que una parte de la ciudadanía no participe”.

En los últimos días, Joaquín Lavín y Pablo Longueira han acaparado parte de la agenda política por sus posiciones en favor del Apruebo. ¿Cómo ve usted la postura que ellos defienden?

La postura de Lavín y Longueira es, exactamente, lo que las nuevas generaciones de la centroderecha no queremos hacer, que es funcionar más con la calculadora que con convicciones… Hemos sido herederos de un derrotismo cultural y de una ausencia de la centroderecha en el mundo social, en el mundo de las organizaciones. La declaración de Longueira no gravitó como él esperaba, creo que ya es el momento de reconocerlo. Y, además, es una declaración equivocada. Los que estamos por el Rechazo nos movemos por convicciones, no por calculadora. La única opción que le queda a este proceso para ser una cosa moderada y dialogante, es que el resultado del plebiscito sea equilibrado. La tesis de Longueira le está haciendo más el juego a la Pamela Jiles que a la moderación.

Pese a eso, en términos comunicacionales ha provocado que el Apruebo gane cada vez más espacio al interior de la derecha. Eso es un desafío para ustedes, los que están por el Rechazo…

Sí, bueno, esto nos generó un afiatamiento generacional, porque esto también como que nos activó. Hoy nos hemos estructurado ya de frentón con Chile Vamos por el Rechazo, con dirigentes del mundo parlamentario, municipal y territorial. Básicamente, vamos a plantear una especie de rebelión generacional contra el pragmatismo, contra esta deshonestidad de no decirle a la gente las cosas como son... Esto se va a empezar a manifestar en terreno, en giras territoriales, donde nuestro mensaje va a ser muy simple: que no te vendan que la nueva Constitución te va a resolver las pensiones, porque eso no es cierto, que no te vendan que la convención va a ser un espacio para independientes, porque probablemente van a ser los mismos de siempre, y que no saquemos más la vuelta, si lo que la gente necesita es que tengamos sentido de urgencia. Vamos a entrar con un mensaje mucho más directo… No dejemos que los mismos de siempre hagan lo mismo de siempre. Ese va a ser un poquito el tono.

Los que defienden el Rechazo siempre dicen que este proceso no va a solucionar una serie de problemas, como dando a entender que la Constitución no sirviera para nada, pero resulta que ustedes mismos también defienden aspectos importantes que están en la Constitución. ¿Cómo se van a hacer cargo de eso en la campaña?

Sí, si nuestra crítica es que hay una senadora de la DC que diga que, prácticamente, una nueva Constitución va a permitir mejorar la falta de luz en una casa. Eso es crear una expectativa de la cual después hay que hacerse cargo. Nosotros nunca hemos dicho que la Constitución no sirve para nada, creemos que fija un marco, pero no es lo que le resuelve los problemas cotidianos a las personas, que, en nuestra opinión, es la raíz del malestar... Nosotros efectivamente necesitamos un Estado más solidario, derechos sociales más perfilados, una descentralización mejor construida. Bueno, vamos a dejarnos caer la próxima semana con una propuesta que descansa en tres grandes ejes: deberes solidarios del Estado; terminar con los abusos del Estado; y deberes de integración social.

En medio de este escenario, además, el grupo del que usted forma parte enfrentará una elección interna en RN con Diego Paulsen como candidato. ¿Qué perspectiva le ve a esa definición?

Diego Paulsen representa la mejor opción para presidir el partido. Además de su transversalidad y compromiso de dedicación exclusiva, tiene capacidad de diálogo con la oposición. Creo que el próximo presidente tiene que estar del lado de la inmensa mayoría del partido que está por "rechazar para reformar”.

¿Qué le parece que el gobierno mantenga su decisión de no tomar partido ante el plebiscito?

He visto a algunos que están por el Apruebo, y la pregunta que me hago es si ellos después van a estar dispuestos a renunciar a sus cargos para ser candidatos a constituyentes. Si uno manifiesta una postura, me imagino que es para tener algún tipo de responsabilidad. Pero dado que el gobierno tiene diversidad de opiniones, eso hay que sincerarlo, manifestarlo, pero este afán de pautear al Presidente no lo comparto. El gobierno lo que tiene que hacer es ofrecer garantías para que tengamos un plebiscito con plena legitimidad. Ya es muy complejo que el período de campaña se dé en un contexto de pandemia y cuarentenas, porque eso limita tremendamente la capacidad de informar a la ciudadanía; después, que haya un cierto grupo de personas, los enfermos de Covid, que no va a poder votar por una instrucción de la autoridad. Eso es muy complejo desde el punto de vista de la participación. Y no podemos hacer vista gorda de lo que significaría que un grupo importante de la población se sienta complicado de participar por riesgo de contraer el coronavirus. El gobierno tiene una responsabilidad muy grande de generar las condiciones necesarias para que el plebiscito se desarrolle con total legitimidad.

Entonces, los contagiados deberían poder votar, a su juicio…

Totalmente. Es indefendible que una parte de la ciudadanía no participe. Acá nos jugamos el que nadie pueda decir, el día de mañana, que este plebiscito fue, de alguna u otra forma, cuestionable. Esa es una cuestión muy de fondo. El principal cuestionamiento a la Constitución del 80 es que el plebiscito que le dio origen tuvo vicios claros de falta de rigor democrático. Por lo tanto, me parece que el mismo rigor democrático se tiene que aplicar acá.

De cierta manera, ni el gobierno ni el Servel se quisieron hacer 100% cargo de ese tema y de la responsabilidad que había detrás de cuál autoridad era la que dejaba finalmente fuera a un grupo de la población…

Creo que, más allá de buscar responsables, es algo de lo que tenemos que hacer cargo. No es razonable que en una elección haya una parte de la población que, a priori, no pueda participar. Eso, básicamente, es conculcar un derecho humano político, que es el derecho a participar. No estamos tomándole el peso a cosas que después podrían generar cuestionamientos que yo al menos no quiero. Yo soy parte de la centroderecha que quiere que el plebiscito se haga, pero, al mismo tiempo, le endoso la responsabilidad al gobierno de que genere las condiciones necesarias para que este plebiscito sea incuestionable.

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