Diego Schalper (RN): “No nos bajaremos de ninguna mesa, Chile no entendería que no seamos capaces de ponernos de acuerdo”
El diputado y secretario general de Renovación Nacional aborda las conversaciones para alcanzar un acuerdo en materia constitucional y asegura que no abandonarán las negociaciones como el Partido Republicano. Insiste en que "tenemos toda la disposición de alcanzar el acuerdo y lo más pronto posible", pero que "parte de los aprendizajes del proceso anterior es no precipitarnos".
En una semana que las fuerzas políticas no han logrado definir las bases para un acuerdo constitucional, el secretario general de RN, Diego Schalper, aborda las tratativas y la postura de su sector para enfrentar lo que viene. “El oficialismo tiene que hacer eco de lo que ya ha planteado anteriormente porque en base a eso le vamos a dar tranquilidad a la ciudadanía de que no se va a refundar el país”, dice.
¿Cómo recibe las palabras del diputado Diego Ibáñez, quien acusó a la derecha de soberbia e intransigencia?
Cualquiera que ha participado en las conversaciones se dará cuenta que nosotros hemos concurrido de buena fe. Hemos presentado nuestros ideales y hemos estado abiertos a conversar punto por punto cómo alcanzamos una redacción que permita no satisfacer ni al Frente Amplio ni a Chile Vamos, sino que permita satisfacer el anhelo de la ciudadanía de que ciertos temas no vuelvan a generar una angustia como la que provocaron en la Convención. Aquí no se trata de lo que le satisface ni a Guillermo Ramírez ni a Diego Ibáñez, lo que se trata es qué temas sería bueno dejar como base para que la ciudadanía tenga la tranquilidad de que no volveremos a tener un proceso refundacional de hoja en blanco en Chile.
El diputado Lagomarsino dijo que la negociación estaba en un punto muerto, al menos en lo que tiene que ver con las bases constitucionales. ¿Está de acuerdo con eso, con que están entrampados en el asunto del estado social y las libertades?
No, creo que Tomás ha sido un facilitador del diálogo. Yo creo que esa frase tiene un fin retórico, está bien, pero lo cierto es que hemos ido construyendo una conversación muy genuina, muy franca. Usando las mismas palabras del mismo señor Lagomarsino, él dijo que se necesitaba un proceso poco ostentoso. Parte de eso pasa por el hecho de que la ciudadanía sienta que aquí el país no va a partir desde cero, sino que hay ciertas cosas que responden a la realidad, que responden a la tradición, que responden a las conversaciones que se han tenido, que de alguna manera no van a volver a ser puestas en peligro. Esta discusión, puntualmente sobre el rol del Estado y de los privados en la provisión de derechos sociales, es un tema que a medida que han pasado las reuniones hemos ido decantando razonablemente para que no haya ni una hegemonía estatal, ni tampoco un sistema donde no exista la provisión mixta.
¿En qué sí hay acuerdo hasta el momento?
En la gran mayoría de los temas.
¿Cómo cuáles?
No puedo revelar todos los detalles porque parte del compromiso que asumimos es tener una conversación honesta y privada, pero ya hay acuerdo en que Chile es un Estado unitario, pero al mismo tiempo es un Estado que tiene que propiciar la descentralización, que Chile es una República democrática. Hemos estado de acuerdo en el reconocimiento de los pueblos originarios, estamos de acuerdo en que hay que avanzar en un Estado social de derecho. Efectivamente ahí tenemos un matiz respecto del rol que cumplen en ese escenario las libertades fundamentales, pero es parte de lo que estamos conversando. Estamos de acuerdo en que Chile tiene tres poderes del Estado independientes y autónomos. Son cosas importantes. Piense que hasta hace poco se cuestionó si la Corte Suprema iba a ser el único sistema de justicia en Chile o hace algunos meses atrás existía el riesgo real de que Chile se transformara en desmembramientos territoriales. En el fondo estamos respondiendo a temores que instaló la Convención y estamos respondiendo a un documento que fue firmado por las fuerzas oficialistas.
En el oficialismo no están por aceptar, dicen, una subsidiariedad encubierta. ¿Ustedes hasta qué punto están dispuestos a ceder en eso?
Voy más atrás. Ellos hace algunas semanas atrás en este documento que yo le estoy planteando (Apruebo para reformar), uno de los acápites son los derechos sociales. Ahí, precisamente, se da cuenta que ellos, desde el PC hasta la DC, aceptan como razonable que en materia previsional haya un sistema mixto, que en materia de salud haya presencia de prestadores públicos y privados, que en materia de educación haya respeto por la educación particular subvencionada. Entonces, ese es nuestro piso de conversación, es lo que ellos mismos han declarado. No estamos innovando respecto de sus propias posturas que ya hicieron públicas.
¿Cree entonces que el oficialismo debería ser sincero y decir que está a favor de la provisión mixta en este tipo de derechos sociales?
Digámoslo así, el oficialismo hizo público un documento que yo podría considerar como una especie de confesión extrajudicial porque básicamente en el momento en que ellos lo dicen así y lo plantean como un acuerdo, nosotros lo tomamos como un piso de conversación bastante obvio. No lo quiero poner en negativo porque no quiero pelear con ellos, pero el oficialismo tiene que hacer eco de lo que ya ha planteado anteriormente porque en base a eso le vamos a dar tranquilidad a la ciudadanía de que no se va a refundar el país.
¿Está de acuerdo con lo que planteaba la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, de que el acuerdo hay que cerrarlo en octubre?
Tenemos toda la disposición de alcanzar el acuerdo y lo más pronto posible, pero parte de los aprendizajes del proceso anterior es no precipitarnos.
En el oficialismo dicen que ustedes presentaron unas bases muy abultadas y que ante eso es mejor sincerar y decir que es el Congreso el que tiene que hacer una reforma constitucional. ¿Está de acuerdo con esa apreciación?
Una centroderecha que plantea que avancemos hacia un Estado social y democrático de derecho es una centroderecha que está siendo parte de una diferencia estructural con el texto anterior por convicción. Me parece que el que sostiene que un cambio de esa naturaleza es una cosa menor, es alguien que francamente o le falta información o no está disponible a asumir que eso ya sería un cambio muy relevante. Es más, nuestra convicción es que el malestar social del año 2019 tiene su raíz en la incapacidad que ha tenido cierta dirigencia de dar respuesta a las problemáticas sociales.
En su respuesta usted habla de Estado social y democrático de derecho, pero en eso no hay problema. El nudo está en lo que ustedes quieren instalar de que Chile es un Estado social de derechos y libertades. Es esa formulación la que los tiene entrampados. ¿Están dispuestos a sacar ese elemento en la construcción de esa definición?
Más allá de la discusión conceptual, aquí lo importante es otra cosa, es cómo hacemos para dar tranquilidad a una ciudadanía que lo que quiere, por un lado, es mejorar sus condiciones de dignidad, pero no a costa de su libertad.
¿Están a favor de que el futuro órgano debe ser 100% electo?
Creemos que tiene que haber un elemento de legitimidad democrática y a partir de ahí, sobre la base de lo que acordemos en materia de principios, vamos a mostrar cuáles son las distintas alternativas que estamos barajando. Al oficialismo y al país les tiene que quedar claro que la legitimidad democrática es parte integrante de la ecuación que tenemos que construir a futuro.
¿El plebiscito de entrada ya lo descartaron?
Es una materia en evaluación porque uno de nuestros socios del Rechazo, el Partido de la Gente, ha dicho que es un elemento relevante.
Si no llegan a acuerdo en las materias que para ustedes son importantes, ¿se van a bajar de la mesa así como lo hizo Republicanos?
Para nosotros siempre el diálogo es el camino. Nosotros no nos bajaremos de ninguna mesa, Chile no entendería que no seamos capaces de ponernos de acuerdo. Por lo tanto, nuestro empeño va a ser siempre favorecer el diálogo. Creemos que Chile merece una solución al problema constitucional y que nuestra generación tiene la tarea de heredarles a los futuros chilenos y chilenas una buena y nueva Constitución.
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