Ecuador recurre a las clases virtuales ante el aumento de la delincuencia
La medida, propia de los tiempos de pandemia, se aplicará en las ciudades de Guayaquil y Durán, en un contexto de crímenes, tiroteos y asesinatos en alza en la costa ecuatoriana.
La situación en Ecuador es grave, y ya llegó a confinar a algunas personas en sus casas por el miedo a lo que ocurre en las calles. Las peleas entre bandas de narcotraficantes y pandillas en general, disputándose el control de distintos territorios, ha vuelto la región de Guayas, en la costa del país, difícil para sus habitantes.
Desde hoy, 12 colegios de esa región tendrán clases virtuales a causa de la inseguridad. En Guayaquil, algunos de los establecimientos indicados cerrarán sus puertas hasta el 27 de septiembre, mientras que en Durán será hasta el 2 de octubre.
En ambas localidades, solo este fin de semana murieron 14 personas, lo que terminó provocando la petición del alcalde y la consiguiente medida del Ministerio de Educación. En agosto, tres universidades de Gauyaquil también tuvieron que hacer clases virtuales por la inseguridad, además del clima de amenazas que sufrieron sus estudiantes.
“Señor Presidente y señora ministra, vivimos una nueva pandemia: la inseguridad”. Con esas palabras, el alcalde de Durán, Luis Chonillo, solicitaba al gobierno central la habilitación de clases virtuales, luego de unas semanas particularmente violentas en su territorio: ”Llegamos a un consenso para hacer un llamado urgente a la implementación de la educación virtual en las instituciones educativas de Durán como una medida preventiva”.
El mismo alcalde había sido víctima de un “intento de sicariato” en mayo, y pasó un tiempo fuera del país después de ese atentado. En el ataque que él mismo vivió murieron tres personas y otras tres quedaron heridas.
En su alcaldía, los colegios se vacían naturalmente a causa del miedo de los padres: “Tenemos clases y están los profesores, son los padres que no quieren traer a sus hijos por miedo a las balas”, indicó al diario Expreso el guardia de un establecimiento en el lugar. La violencia aumentó puntualmente estas semanas, a causa de la muerte de un “duro” (líder de banda) a pocos metros del colegio. Un profesor indicó al mismo periódico: “Lo que ocurre es que el miércoles 20 de septiembre estábamos en clase y se escucharon balas en la esquina. Lo que hicimos fue el protocolo de tirarnos al piso”.
A causa de esto, el Ministerio de Educación ecuatoriano optó por aplicar “el Plan de Continuidad Educativa, a distancia, en instituciones educativas específicas”, según indicó en la red X (antes Twitter). Las zonas escogidas fueron las de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, y Durán.
El ministerio también solicitó a la policía que se ejecuten intervenciones y verificación de espacios en las escuelas cuyas clases serán suspendidas temporalmente, así como realizar patrullajes permanentes al retorno a clases presenciales. “El apoyo de las fuerzas de seguridad para que se restablezca la presencialidad debe ser prioritario, de manera que se salvaguarde la vida y el derecho del estudiantado a la educación”, indicó el comunicado del ministerio.
Este viernes, el Ministerio de Educación ofreció seguridad para las escuelas ubicadas en zonas conflictivas, principalmente en la región costera del país andino, donde operan hoy numerosas bandas delictivas. El organismo destinó 14 millones de dólares para la contratación de seguridad privada que complemente el trabajo de la Policía Nacional en las instituciones educativas que están en zonas inseguras, como la ciudad de Durán. De acuerdo con la ministra del sector, María Brown, esa es una de las medidas que prevé la cartera de Estado debido a la escalada de violencia criminal en ese territorio, y en otros como Guayaquil o Esmeraldas.
Pero esta no es la primera vez que un recinto educacional decide hacer clases virtuales a causa de la inseguridad: en julio de este año, luego de otra ola de violencia en Guayaquil, las universidades de Guayaquil, Católica Santiago de Guayaquil y Escuela Superior Politécnica del Litoral optaron por realizar durante dos días las clases de manera virtual, con miras a “precautelar la seguridad de los estudiantes”.
La Escuela Superior Politécnica del Litoral llegó más lejos y optó por la virtualidad para sus estudiantes de grado y posgrado durante tres días: “Estaremos pendientes a la evolución de los acontecimientos. Pedimos al gobierno medidas concretas para solventar los problemas de seguridad que se presentan en el territorio nacional”, indicó entonces en un comunicado el plantel. En ese entonces, en Guayaquil se estaban registrando ataques a vehículos y locales comerciales, que tuvieron su peak el 25 de julio.
Otro antecedente tuvo lugar en noviembre del año pasado, cuando se suspendieron del todo las clases de Guayaquil, Durán y Samborondón luego de 24 “horas de terror”, en las que se vivieron muchos atentados con bombas de manera simultánea. En esa ocasión, 763 mil estudiantes se quedaron en casa.
Recientemente, la Policía Nacional alertó que al menos 1.326 menores, entre 12 y 17 años, abandonaron las aulas en el país andino para unirse a bandas delictivas. De acuerdo con un informe policial, los adolescentes estuvieron relacionados con delitos como tenencia ilegal de armas, sicariato, microtráfico, robo a personas y otros asociados al crimen organizado.
Y es que la seguridad en Ecuador empeora cada vez más, con asesinatos, secuestros y extorsiones concentrados en Guayaquil y zonas cercanas al puerto. Esto habría aumentado con el enfrentamiento entre bandas criminales, que en 2020 se tradujo en una serie de masacres carcelarias en las que murieron 400 presos.
La violencia salió de las prisiones y ahora está en la calle, haciendo que Ecuador quintuplicara en cinco años sus asesinatos: de 5,8 a 25,3 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Según los expertos, para finales de 2023 ese número podría llegar a 40.
Según indica el diario El País, la situación ya no respeta los colegios ni escuelas. “Ocurren sicariatos en las puertas de los colegios e incluso han colgado dos cuerpos decapitados frente a un establecimiento educativo en la provincia de Esmeraldas”, indica el medio español. La situación obliga a los padres a elegir “entre la educación o la seguridad” de sus hijos, y algunas bandas han terminado extorsionando a los centros educativos: “Hay centros educativos que son extorsionados a pagar ‘vacunas’ de hasta 200 dólares mensuales y a los padres de cinco dólares semanales”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.