El complejo Día de la Bastilla de Macron: abucheos, críticas por invitación a Modi y el fantasma de los disturbios

Como ha venido siendo la tónica en los últimos años, el 14 de julio no ha sido un día fácil para el Presidente de Francia, Emmanuel Macron. En esta ocasión, durante el tradicional desfile militar que se realiza en París, el mandatario fue el blanco de abucheos y del ya clásico grito de “Macron, dimisión”, que desde 2019 se viene escuchando, en los tiempos de los chalecos amarillos.

La animosidad contra Macron sigue en alto, luego de un 2023 lleno de manifestaciones: por un lado, las huelgas por la reforma de pensiones que se desarrollaron entre febrero y abril, y por el otro, las revueltas gatilladas por la muerte de Nahel, el joven de 17 años que fue asesinado por un policía en Nanterre. A estos problemas, el presidente agregó otro: la polémica invitación a Narendra Modi, primer ministro de India, para que asistiera al desfile. La invitación al líder indio, de corte más bien nacionalista, fue criticada por un grupo de parlamentarios del partido ecologista Los Verdes, y provocó una serie de columnas en los medios franceses.

Para la realización del desfile en los Champs-Élysées, y en resguardo de que se repitieran los actos violentos de las últimas semanas, el día nacional contó con el despliegue de 45 mil policías y gendarmes en las principales ciudades francesas. De ellos, 10 mil se dirigieron a los suburbios parisinos.

Como invitado de honor, Modi fue recibido por la primera ministra francesa, Élisabeth Borne. La gira del líder asiático, que estará dos días en Francia, empezó con el anuncio de la compra de 9 mil millones de dólares en vehículos militares a París.

La invitación fue hecha para celebrar el aniversario número 25 de la asociación estratégica entre París y Nueva Delhi, precisamente en un momento en el que India está superando a China como el país más poblado del mundo.

Sin embargo, el recibimiento a Modi fue ampliamente criticado. Shumona Sinha, una escritora india residente en Francia hace años, escribió una columna en Libération dirigiéndose al Presidente Macron, y dando cuenta de las características del líder indio: “Un jefe de Estado que está llevando a cabo una política ultranacionalista, hinduista, liberticidia, fascista contra todas las poblaciones minoritarias de India, los periodistas, los profesores estudiantes y trabajadores de todos los sectores… que es responsable de masacres contra musulmanes, que ha transformado la democracia india en una farsa macabra, dirigiéndola a una teocracia”.

Apuntando lo especial de la ocasión, Sinha escribió: “Que la soberanía diplomática depende de lo que traiga la orden del día, ¡que lo haga! Que los contratos comerciales terminen haciendo las leyes, ¡que las hagan! Pero el 14 de julio es todo un símbolo, y no es digno el ensuciarlo”.

En medio de la compleja crisis de la reforma de pensiones, cuando Macron pasó por encima de la Asamblea Nacional aprobando “por decreto” el texto, el presidente ya se había referido a la fiesta nacional. Así, tenía previsto hablarle al país el mismo 14 de julio, ocasión en la que dijo haría un balance de los “últimos 100 días”. Sin embargo, el mandatario terminará haciendo una alocución al país en los próximos días, y no este viernes.

Pero al período de huelgas le sucedió la muerte de Nahel, luego de que le disparase un policía. “El presidente había prometido 100 días de ‘pacificación’ en mitad de abril, pero este anuncio se golpeó con la realidad, de los conciertos de cacerolas contra la reforma de pensiones hasta las noches de violencia relacionadas con la muerte de Nahel”, indicó una columna de BFMTV.

Para la mayoría de los franceses, señaló una encuesta de Le Figaro, los “100 días de pacificación” prometidos por el presidente no llegaron: según el 78% de los consultados, Macron no logró su objetivo para el 14 de julio, en tanto que el 43% estima que el mandatario “no logró para nada” su proyecto.

Macron no es el único criticado en esta ocasión: la primera ministra, Élisabeth Borne, también sufrió un golpe a su imagen durante la crisis de la reforma de pensiones, al ser ella quien activó el artículo 49.3, que pasaba el texto sin discusión parlamentaria. Hoy, el 65% de los franceses estima que el presidente debería cambiar de primera ministra. Esta demanda supera al índice del año pasado, cuando alcanzaba un 57%.