Un despido con 95 días de retraso: el adiós de Arias ventila otro sinsentido de la U
Azul Azul malgasta los dos meses de receso y empodera a Arias para despedirlo después de dos fechas del segundo semestre. Además, saca por un tiempo a Hernán Caputto de la revolución formativa para la que se le contrató. Y le quedan 14 fechas para salvarse del descenso.
"Perdimos dos meses. Tiramos a la basura dos meses cuando menos nos podíamos equivocar". La palabra de un director de Azul Azul retumbó en unos de los pasillos del Estadio Nacional como preludio de la sentencia final de Alfredo Arias. La U acababa de igualar con Audax Italiano 1-1, permanecía en zona de riesgo y, lo que es peor, sumaba apenas 10 puntos de los últimos 36 en disputa. Todos ellos con el charrúa en el banquillo. Por eso, la permanencia del técnico a esa altura era insostenible, aunque muchos recordarían en el recinto ñuñoíno que la decisión sobre su salida debió tomarse 95 días antes.
La noche del 5 de mayo en el camarín visitante del estadio Bicentenario de La Florida, Alfredo Arias le advirtió a tres directores de Azul Azul -José Luis Navarrete, Rodrigo Goldberg y Sergio Vargas- que estaba dispuesto a dar un paso al costado si aquello iba en directo beneficio del club. La mala campaña hasta ese momento con el charrúa en el banquillo, que no conocía de victorias en siete compromisos dirigidos, parecía un argumento más que suficiente para abrirle la puerta de par en par. Sin embargo, la proximidad del superclásico ante Colo Colo, programado para el 18 de mayo, y la posibilidad latente de poner a un entrenador interino frente a tamaño escenario era un riesgo que nadie quería correr en la concesionaria. Pero más allá de que los directivos presentes en el lugar accedieron a continuar trabajando juntos, el uruguayo tenía fecha de vencimiento.
Por eso, muchos se extrañaron al interior del club que la permanencia de Arias se extendiera hasta este domingo 4 de agosto, cuando tras una reunión de directorio extraordinaria se decidiera de forma unánime su salida tras el empate con Audax. Especialmente porque una semana después de aquella fría noche en La Florida, luego de un empate ante Coquimbo, se había decidido cesar de sus funciones al DT en caso de no ganarle a Colo Colo en la siguiente fecha. Por delante venían dos largos meses para trabajar con un nuevo estratego, tiempo suficiente para olvidarse de todo lo malo del primer semestre. Por esos días, el pago de la cláusula de rescisión, fijada en 150 mil dólares no era tema de discusión entre los dirigentes.
El convencimiento a esa altura era que Arias no había estado a la altura y que difícilmente revirtiera la tendencia negativa. Algo que terminó ocurriendo puesto que apenas terminaría ganando un encuentro de 12 disputados por el torneo local. Pero entremedio, el empate ante los albos y la victoria sobre Iquique le dio un segundo aire al uruguayo. Y de paso relajó a algunos directores, al punto de que terminaron empoderándolo para conformar el plantel de cara al segundo semestre. Armó una lista negra, que incluyó a Sergio Vittor, Gabriel Torres y Ángelo Henríquez (solo este último se mantuvo en el plantel por decisión del propio futbolista), y recomendó la contratación de Marcos Riquelme, para suplir la falta de goles en el primer semestre. Las dos series ganadas en la Copa Chile también hicieron lo suyo. Porque el charrúa sumaba confianzas, más allá del mal juego del equipo.
Pero el reinicio del torneo nacional no cambió el panorama estadístico ni menos futbolístico. Las miserias de un equipo que apenas ganó dos compromisos en 16 fechas, pese a que en 12 de ellas se puso primero en ventaja, volvían a quedar en evidencia. Y Arias se quedaba ya sin respaldo alguno. Su asistencia a la conferencia de prensa tras la igualdad con Audax sería su última aparición pública como entrenador de la U. Pese a que todavía no quedaba sellada su salida, su rostro demostraba que intuía que su futuro inmediato no estaba en el club.
Se busca técnico
Pese a que todavía quedaban horas para el partido con Audax del pasado sábado, el directorio se quiso anticipar a la posibilidad de un mal resultado que los obligara a sacar a Arias y poner a alguien en su reemplazo de manera interina. Contra todo pronóstico decidió que ese hombre fuera Hernán Caputto, quien hace algunas semanas había sido anunciado como nuevo jefe del área formativa del club, como piedra angular del nuevo proyecto. Para muchos un contrasentido tomando en cuenta que sus funciones habían quedado claras durante su presentación. Para otros, refleja la carencia de personal adecuado en las divisiones inferiores de la U, que además sufrió varias bajas en este último mes por la reestructuración encabezada por el extécnico de la Sub 17 de Chile.
Por eso, para evitar otra avalancha de críticas con respecto a la función de Caputto con el primer equipo y no sumar un nuevo foco de conflicto, Sergio Vargas enfatizó en que su interinato solo será por un partido. "Es el jefe técnico del fútbol formativo, que no ha dirigido en Primera, pero que es de una capacidad probada. Para mí, el día de mañana será un gran entrenador y confiamos en lo que puede realizar el día sábado". De paso, el integrante del comité deportivo de Azul Azul agregó que el nuevo entrenador debe tener ciertas características: "Buscamos el nombre ideal y preferimos que sea alguien que haya pasado por el fútbol chileno, que lo conozca. Y alguien con capacidad".
A 14 partidos para el final del torneo, la U está en zona de descenso y busca su tercer entrenador de la temporada. Mientras, le entrega las riendas a quien fue a buscar para encabezar su nuevo proyecto del fútbol formativo. Un escenario dramático, pero a la luz de todos los antecedentes que bien se pudo evitar. Ahora, sin margen de error, busca al entrenador idóneo que le saque rendimiento a un equipo que en todo el año no ha dado señales de vida.
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