El drama de Alto Hospicio, la ciudad que se hunde

Alto Hospicio

Repentinos y amenazantes socavones, aparentemente producto de una mala mezcla entre suelos salinos y filtraciones de agua, es el problema que ya tiene a cerca de dos mil inmuebles con riesgo de derrumbe. La comuna de la Región de Tarapacá ha vivido tiempos tensos. Ante eso, el gobierno invertirá más de $ 12.200 millones en subsidios de construcción, adquisición o arriendo. "Es una emergencia y así lo estamos tomando", dijo Guillermo Rolando, subsecretario del Minvu.


Como si hubiese ocurrido un sismo muy grande, pero a la vez muy silencioso. Aparentemente, se debe a la composición del suelo, extremadamente salino, pero lo concreto es que las familias de Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá, sufren un drama constante: sus viviendas están en riesgo de derrumbe y las intensas lluvias de los últimos años, como la ocurrida en febrero, han empeorado la situación.

¿El motivo? Los socavones, que han convertido a Alto Hospicio en una zona de peligro constante, principalmente en los sectores de La Pampa, Santa Teresa, El Boro y el sector  céntrico de la comuna. La mayor gravedad del problema quedó al descubierto tras el terremoto que afectó a Tarapacá, en abril del 2014, cuando se debieron demoler numerosas viviendas producto de daños estructurales generados por los socavones.

Según cifras entregadas por la subsecretaría del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), son 6.295 inmuebles los que se encuentran con murallas quebradas u hoyos en el piso, equivalentes a un tercio de las viviendas de la comuna. Del total, dos mil inmuebles tienen riesgo objetivo de derrumbe.

Desde la subsecretaría del Minvu aseguran que en 2013 se cambió la norma de construcción para viviendas sociales en este tipo de suelo. Y en 2016 para todos los inmuebles. Sin embargo, las viviendas ya existentes continúan en permanente riesgo. Por esto, el gobierno invertirá más de $ 12.200 millones en subsidios de construcción, adquisición o arriendo en la zona durante este 2019. Entre 2016 y 2018 fueron $9.331 millones los invertidos en esta materia.

Esa cifra se suma a $253.748.267 utilizados para los cinco estudios geotécnicos, tres ya están en ejecución y otros dos que debieran comenzar esta semana o la próxima.

De esta manera, el plan de socavones del Minvu busca solucionar la problemática en un plazo de seis años, poniendo énfasis en los casos más urgentes, los primeros tres años.

"Es una emergencia y bajo ese prisma lo estamos tomando", dice el subsecretario de la cartera, Guillermo Rolando. "Venimos trabajando desde hace cuatro meses en la propuesta, cuyos avances presentaremos mañana en Alto Hospicio. El plan que se ha llevado a cabo para socavones es histórico, porque han estado todos los actores involucrados en el tema", añade la autoridad.

Tensa espera

"Tuvimos que desocupar el edificio completo hace cuatro años y aún estamos a la espera. El block no se ha demolido y nosotros fuimos reubicados en otros inmuebles con subsidios de arriendo, pero queremos saber cuándo podremos volver a nuestras casas", dice Sonia Castellanos, propietaria de uno de los departamentos de la torre 5 del condominio La Tortuga.

Yubiza Cabezas, presidenta de la junta de vecinos Emprendedores del Desierto de El Boro, precisa que la problemática de los socavones representa un drama para las familias afectadas. "Tenemos decenas de casos de personas que han visto esfumado el sueño de la casa propia, que sus inmuebles se han hundido y destruido. Lo más terrible es que las soluciones son muy lentas".

De acuerdo al asesor urbanista Jorge Orellana, se está frente a una ciudad completa construida sobre suelos salinos. "Los índices de salinidad del suelo pueden llegar en algunos sectores a un 40% y el problema se genera producto de filtraciones de agua que disuelven esos terrenos".

El profesional explica además que de acuerdo a los diagnósticos preliminares, un 4% del agua que abastece a la ciudad se filtra al suelo salino. Y se desconoce su destino.

Tres ejes del plan

Intervención barrial, de condominios sociales y viviendas individuales. Así se dividen los trabajos que se realizarán en Alto Hospicio, que en todos los casos consideran la reparación de las redes sanitarias y viviendas.  Esta iniciativa, para 728 viviendas, se comenzará a desarrollar ahora y también contempla la reposición de pavimentos dañados.

En el caso de condominios, en total son ocho los que tienen problemas, equivalentes a 1.292 inmuebles, y cuatro edificios que actualmente tienen decretos de demolición. En septiembre de 2019 se iniciará la primera fase de demolición, explican desde la subsecretaría.

Las viviendas individuales concentran la mayor cantidad: en total son 4.275 las que requieren una intervención.

Entre 2016 y 2018 se han entregado 1.475 subsidios de reparación y en los próximos seis meses se entregarán otros 548. Además, mañana se darán los primeros diez subsidios, de 111 que se dispondrán en 2019 para la construcción en sitio propio.

La entrega de subsidios para aquellas viviendas que tienen daños irreparables será entre 1.200 UF por cada una ($ 33 millones) y 1.660 UF ($ 166 millones). Los inmuebles que tienen daños reparables tendrán subsidios de entre 240 UF (más de $ 6 millones) y 350 UF ($ 10 millones). A eso se suma el subsidio de arriendo transitorio, mientras dure el proceso de construcción o reparación.

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